Posiblemente “9” haya sido uno de los discos más esperados de la escena local. Luego del reconocimiento unánime de su antecesor, “8”, el nuevo trabajo de Marco Sanguinetti generaba una expectativa singular, que ahora la propia obra se encargó de cubrir. La flamante producción, compuesta de 10 temas propios, reafirma el compromiso estético y sonoro que Sanguinetti había evidenciado trabajos anteriores. Este viernes en Thelonious y el 4 de octubre en Bebop, “9” comienza a transitar los escenarios porteños antes de sus presentaciones en Nueva York.
Fotografía de apertura: Pablo Astudillo
Después de “8” viene “9”. Eso es matemática pura. Pero las ciencias exactas no pueden explicar porque se llama “9” si tiene 10 temas y es el disco 6 en la trayectoria de Marco Sanguinetti, uno de los más inquietos músicos de escena local. Lo cierto, más allá de los guiños humorísticos del autor, es que el joven pianista volvió a sorprender con un trabajo notable, con composiciones propias y un sólido grupo, que en esta oportunidad incluye el especial color de un violoncello. “Quiero desarrollar un estilo propio, arraigado en los paisajes de la ciudad”, dice Marco.
¿Más allá de la idea de correlación que denotan los números, dirías que existe una continuidad en tus últimos dos trabajos?
Creo que el disco nuevo profundiza aspectos que habían aparecido en “8”. Cosas que tienen que ver con sonidos agregados. Con un trabajo muy cuidado de posproducción, pero con colores y timbres distintos. Esta vez creo que el grupo generó muchos colores.
¿Y por qué crees que un mismo grupo generó cosas distintas?
Es que después de todos estos años tocando juntos hay una química especial. Y yo por mi parte aprendí cómo aprovecharlos mejor. De la mejor manera. La relación entre todos también es mejor. Podría decirte que somos amigos. Cuando grabé “8”, a excepción de Migma, casi no nos conocíamos a nivel humano. Yo los busqué porque quería esos músicos, pero no los conocía, nunca los había tratado. Y eso es una de las grandes diferencias que observo ahora y es algo importante para mí. Volver a grabar con ellos, componer para ellos, fue para mí muy provechoso esta vez.
La sensación es que vas expandiendo tu música. ¿Coincidís?
Puede ser. Lo que si claramente siento es que voy mutando. De hecho este disco, que está tan en continuidad con el anterior, posiblemente esté cerrando un ciclo. Quizás mi próximo disco no tenga nada que ver con todo lo anterior. No lo sé. Lo que sí sé es que es muy poco probable que me quede girando sobre esta fórmula. De todas maneras estas mutaciones o esta expansión, como la llamás vos, tiene que conservar un estilo propio. Una esencia estética y sonora que se sostenga en todos los trabajos, aunque sean diferentes.
Una personalidad propia, se podría decir
De alguna manera si. Eso forma parte de mi búsqueda. Una música instrumental que esté muy en foco con lo que yo estoy buscando desarrollar, que es un estilo propio y muy arraigado con los paisajes de esta ciudad. Para mí este disco es muy porteño, muy actual y muy mío.
Algo novedoso en tu música es la inclusión de un violoncello. ¿Cómo surgió eso?
Tuve una experiencia previa al disco. El año pasado me contrataron para hacer la música de la Compañía Nacional de Danza con un coreógrafo francés que vino a trabajar acá. Allí pensé que la música tenía que tener piano y cello. A mí el cello es el instrumento que más me gusta de todos, junto con el bandoneón. Por eso, al comenzar a componer para “9” comprendí que necesitaba que mi música sea muy melódica, que se pueda silbar. Casi clásica, en cierto aspecto. Y el violoncello es perfecto para eso. Por eso cuando comencé a componer la presencia del cello fue inevitable y además me encanta como toca Violeta García.
Salvo unas pocas excepciones, el cello no forma parte de los combos de jazz. Recuerdo un cellista en la formación de Chico Hamilton a finales de los 50 y más acá Eric Friedlander. Es un desafío también…
Puede ser, pero yo no lo veo desde ahí. No hago mi música pensando en si es jazz o en base a lo que se suele escuchar. Lo pienso desde mi perspectiva. Y para mi resultó natural, no algo impuesto. No es que vino un cello y entonces yo tuve que escribir para eso. Fue al revés. Mi música pedía un cello. Me di cuenta que necesitaba un instrumento melódico que pudiera hacer notas largas. Que pudiera cantar de esa manera tan especial.
Tanto en “8” como en “9” vos dibujas los temas con una simbología especial, con tiempos e intensidades, por fuera de lo que sería una partitura clásica. ¿Qué te impulsa a desarrollar eso?
Yo me vi forzado a desarrollar una manera de escribir la música por mis trabajos con danza contemporánea. Para que pueda ser leída por gente que no lee música. Cuando hago música con un grupo de danza, yo necesito que los bailarines entiendan las partes de la música. A veces hago esquemas para eso. Pero el año pasado, con la Compañía Nacional, yo les hacía hacer percusión a los bailarines, entonces tuve que hacer esquemas para que ellos supieran donde golpear, donde aplaudir. Eso me llevó a desarrollar esquemas de escritura que no fueran los tradicionales. Pero hay una diferencia. En “8” los temas estaban dibujados de manera estática. Ahora lo que queríamos hacer es repetir eso, dibujar los temas, pero en forma dinámica.
¿Y cómo lo hiciste?
En “9” cada uno de los temas está escrito con una partitura de un sistema nuevo. Con códigos, donde cada instrumento tiene su signo, y aparece dónde toca. Hay también una cuestión de alturas, de intensidades. Y todo eso genera un dibujo. Un valor gráfico, más allá del contenido. Hay como una línea que refleja el paso de los minutos y la parte en que están divididos los temas. Laura, la diseñadora hizo un trabajo tremendo con esto.
El disco salió editado a través de Exile Records, que es una disquería especializada. ¿Cómo se dió eso?
Si, es una disquería especializada que tiene discos increíbles. El dueño es una persona que sabe mucho de vinilos y de música en general. Hace unos años comenzó a editar vinilos, principalmente de rock independiente, de la escena under, con ediciones muy, muy buenas. Cuando yo saqué “8” él lo vendía en su tienda. Y siempre me decía que cuando yo hiciera el próximo disco, me lo quería editar. Yo estaba hablando con el Club del Disco, así que llegamos a un acuerdo y el Club aceptó distribuirlo y que sea el Disco del Mes de setiembre.
¿Dirías que “9” es un disco de jazz o eso es algo que no te desvela?
Para mi es claramente jazz. Quizás un determinado tipo de jazz. Pero no es otra cosa. Pero también creo que aparecen elementos que yo voy encontrando que definen una entidad de estilo muy propia. Y ese es mi objetivo principal. Ir dándole forma a una música propia. Una música que cuando alguien la escuche sepa que es mi música.
“9”. Marco Sanguinetti Set
Marco Sanguinetti, piano y composición
Migma, bandeja de vinilos
Violeta García, cello
Jerónimo Carmona, contrabajo
Fermín Merlo, batería
Pablo Butelman, guitarra
Grabado en estudios Dr F, en marzo de 2017.
Producción, grabación y mezcla Mariano “Manza” Esain
Próximos shows del Marco Sanguinetti Set
22 de septiembre Theolonious Club. Salguero 1984. CABA
4 de octubre Bebop. Moreno 364. CABA