Ocho son los temas que lo componen y “Ocho” es el nombre del último disco de Marco Sanguinetti. El numerito, que haría las delicias de un popular locutor de loterías, es sólo un detalle en el rico universo de esta singular entrega. Se trata, para decirlo pronto, de un trabajo de excelencia. Un disco que invita y desafía. La recompensa está en el camino.
Sonidos de cuero estrujado. Un aliento agitado. Cuerdas y percusión. Una batalla de sonidos aparentemente inconexos. Una puja de colores buscando la luz. Y entonces, cuando todo parece a punto de estallar, surge la melodía. El piano que apenas se insinúa, se hace ahora protagonista y la forma nace como nace la figura desde el bloque de mármol.
Así se inicia “Cuchillo”, el primer corte de este bello y extraño disco de Marco Sanguinetti. Una experiencia artística que –como cualquier otra-, podrá gustar o no, pero seguramente no cosechará indiferencia.
Con un puñado de temas propios, “Ocho”, el cuarto disco del pianista luego de Improvisiones (MDR, 2005), Los procesos de Franz (Acqua, 2008) y El otro (Acqua, 2011), es una entrega sin concesiones. Un viaje cargado de talento y originalidad, que para consumarse requiere de oídos atentos y desprejuiciados.
Este desafío está planteado desde el primer tema y continúa a través del vertiginoso “Ruedas”, un torbellino que Sanguinetti conduce desde el piano y que encuentra a un inspirado Fermín Merlo en batería. El clima propone otros aires con “Camino”, melancolía en estado puro, con Marco en piano y armonio y sigue con el intimista “No lo sabemos”, con Sanguinetti, Merlo y el bajo de Jerónimo Carmona junto con los inserts de “Manza” Esains.
“La ventana”, el único tema con letra en el disco, es una ocasión propicia para la personal voz de Victoria Zotalis. La cantante de “Zo’loka”, se luce aquí en una canción que habla, como entre sueños, de los reflejos del alma y los secretos del amor. Una perlita entre tanta diversidad creativa.
El sexto corte, “Navigator”, muestra un abordaje casi minimalista, que atrapa, en su reiterado viaje entre el relax y la tensión.
Le sigue “San Telmo”, con el violoncelo de Leila Cherro y finaliza con «Claramente”, con Mariano Esain en guitarra.
Lo dicho. Un disco personal. Que atrapa y conmueve. Un trabajo que demanda de una escucha cómplice y que paga con originalidad y talento. Además, como los buenos discos, “Ocho” es adictivo. Cuando el último tema llega a su fin, es difícil resistir el impulso de volver a escucharlo. Están todos advertidos.
Marco Sanguinetti: piano, armonio, cucharas y tabla Jerónimo Carmona: contrabajo Fermín Merlo: batería Migma: bandeja de vinilos Victoria Zotalis: voz Leila Cherro: violoncelo Mariano “Manza” Esain: guitarra Grabado en Estudios ION los días 5 y 16 de abril de 2013 Producción, grabación y mezcla: Mariano “Manza” Esain Masterizado en Andrés Mayo Mastering, por Andrés Mayo. Diseño: Laura Varsky Ilustraciones: Leandro Castelao Composición, arreglos y producción general: Marco Sanguinetti Escuchar y descargar un tema completo:http://marcosanguinetti.bandcamp.com/track/no-lo-sabemos
Discazo che, muy recomendado.
Excelente disco