El saxofonista norteamericano Dave Liebman dió un único show en Buenos Aires junto con Ale Demogli en guitarra, Oscar Giunta en batería y el brasileño Sizao Machado al contrabajo. En entrevista exclusiva con argentjazz, Liebman, analiza el pasado y presente del jazz y rememora su paso por las bandas de Miles Davis y Elvin Jones.
En su última grabación, Lineage, versiona clásicos del rock y del pop. ¿Qué lo impulsó a buscar ese repertorio?
Lineage fue primero el nombre del grupo junto Michael Stephans en batería, Evan Gregor contrabajo, Bobby Avey piano, Vic Juris en Guitarra y Matt Vashlishan en alto y soprano. Como el disco no tenia nombre y ya estaba grabado le pusimos “The Lineage of Lineage” que quedó como un juego de palabras interesante. Bobby y Evan son estudiantes de mi mujer Caris y míos. Ellos representan a dos generaciones menos que la que tenemos con Michael, y Vic una menos que la mía, por lo tanto hay un linaje de tres generaciones que sigue y va guiando el camino. Hace más de 20 años que estoy haciendo una lista de canciones pop, rock y otros géneros musicales que me gustan por diversos motivos, ya sea por la melodía, armónicamente o emocionalmente y que no tienen que ver con el jazz. La idea siempre fue recrearlas desde un punto de vista mucho mas contemporáneo y con un acercamiento al jazz. Y todo esto encajó perfecto en el proyecto que nació junto con Mike. Comenzamos a trabajar en algunas melodías que nos gustaban a los dos y fuimos construyendo todo el lenguaje adaptando melodías, trabajando en rítmicas y armonías más sofisticadas para algo que la gente conoce muy bien. Fue realmente un proceso muy divertido.
Va a tocar aquí con dos músicos argentinos y un brasileño. ¿Qué pueden aportar los artistas locales a un arte nacido en otro tiempo y otro país?
El jazz siempre se nutrió de músicos y músicas de todas partes del mundo. Y tal vez por eso se convirtió en la elegida mayoritariamente por los músicos en todo el mundo. Creo que eso tiene que ver con la libertad de la improvisación y la libertad para fusionarse rápidamente con otros estilos. Duke Ellington tocaba con músicos portorriqueños y cubanos, Recordá la fusión de Stan Getz con la música brasileña. La fusión del jazz con músicos europeos, la fusión incluso con el rock. Todo esto es algo que viene sucediendo en el jazz del los años 30. Por eso encontrás tremendos músicos en todas partes del mundo y con la computadora ahora es muy fácil saber quien toca de verdad y quien no, Y esto está a tu alcance con solo con apretar un botón. ( risas).
¿Conoce a quienes lo van a acompañar en Buenos Aires?
A Sizao lo conozco hace tiempo y es unos de los contrabajista más sólidos y melódicos que escuche en los últimos años. Con Ale vengo tocando hace muchos años en Sudamérica, Europa y Estados Unidos. Es uno de los pocos guitarristas que conozco que maneja tremendamente mi estructura armónica, que por cierto es muy compleja de codificar en la guitarra. Además tiene un oído increíble y cualquier cosa que le decís la toca en un segundo. A Oscar es al que menos conozco de los tres, pero tocamos en La Plata en un concierto. Fue gracioso porque esa misma semana él había tocado con Wayne (Shorter) también, con lo cual debe ser el único baterista en el mundo que, sin formar parte de los grupos estables, pudo tocar en una semana con Wayne y conmigo. Dos ex Miles en pocos días. (risas). Pero todos traen su background personal y eso es precisamente lo que nutre al jazz de ideas nuevas.
¿Que puede esperar el público que aún atesora las grabaciones que hizo junto a Miles Davis?
Mi música se construye de Miles, pero la parte más importante de mi vida fue con Elvin Jones. Toqué con él por muchos años cuando era chico y fue como mi padrino musical. Esa fue la música que más me marco en todo sentido. Mi desarrollo musical parte de ahí en adelante. Con el Quartet vamos a tocar parte de mi música de los últimos tiempos, algunos adaptaciones de viejos standards y algunas sorpresas que no vamos a revelar. Va a ser un show intenso, sofisticado, moderno y tradicional al mismo tiempo!.
La voz propia es objetivo para muchos músicos. ¿Qué importancia le adjudica usted?
La tradición te da los recursos para poder construir un discurso sólido. Luego tenés que innovar. Eso lo ves en la historia. Charlie Parker se inspiró en Lester Young y Ben Webster partió de ahí, Miles en Parker, John Coltrane en Art Tatum y Parker, Thelonious Monk en los grandes músicos de Stride Piano, como Willie Lion Smith, James P. Johnson. Y así se va construyendo el “Linaje”, volviendo a la palabra. Partiendo desde la tradición e incorporando tu voz a eso. Eso es lo más importante y es lo que rescato en un músico. Vos tenés que escuchar a alguien y saber que es él en la segunda nota que toca. Obviamente va a tener influencias, pero siempre termina sonando a él mismo.
Usted ha dicho que hay un antes y un después de Coltrane. ¿Cuál cree que fue el principal aporte que hizo a la evolución del jazz?
Coltrane continuó la expansión que Charlie Parker introdujo en los 40′ con el Be Bop. Pero esa expansión la llevó hasta las ultimas consecuencias en sólo ocho o nueve años, desde el 57/58 hasta mediados del 67, cuando murió. Si escuchás discos como “Giant Steps” grabado en 59, Coltrane’s Sound, del 60), “A love Supreme”, del 65, Ascension del 66 o Meditations de 1967, vas a ver la evolución increible de su música. Un nivel de sofisticación pocas veces visto en otros músicos. Creo que Trane llevó al instrumento que hoy llamamos saxo a otro escalón evolutivo sin dudas. Desde la técnica, ya que realmente lo que él tocaba era intocable hasta entonces, hasta el sonido. Cambió los parámetros sonoros del saxo, sin duda. También el registro, llevó mucho más allá las posibilidades melódicas basadas en la armonía. Esa posibilidad de elevar el instrumento a otro lugar le dio la posibilidad de elevar de jazz a otro escalón. Y eso queda claro con solo escuchar su música.
El 17 de julio se cumplieron 46 años de su muerte. Por qué durante todo este tiempo no apareció otro Coltrane?
Sinceramente creo que es así. No apareció en estos años un músico de la calidad de Trane. No veo quien otro después de él pueda elevar al instrumento o la música a otro escalón como él hizo. Creo que logró una síntesis perfecta. Difícil de igualar.
¿Con esa influencia cómo se hace para “despegar” y buscar el propio lenguaje?
Es una pregunta difícil. No creo que haya fórmulas. Si tuviera la fórmula la vendería y seria millonario (risas) .Creo que hay que confiar en uno y poder, desde la solidez de esa base dejada por él, establecer una especie de trampolín que te permita crecer. El problema es cuando te quedás en su mundo. Como su mundo es tan mágico y tan grande, es muy difícil poder salir. Quizás la clave esté en poder usar su mundo como los cimientos de algo. Muy fácil decirlo, claro. Muy difícil hacerlo.
*Esta entrevista sólo fue posible gracias a la gestión y colaboración de Ale Demogli y Vanina Rodriguez Larreta. A ellos nuestro agradecimiento.