Jorge Anders: Con la orquesta en el alma

Ya afincado definitivamente en Buenos Aires, luego de más de 30 años de vivir y trabajar en Nueva York, Jorge Anders vuelve al escenario de Notorious al frente de su orquesta y con nuevos temas, entre ellos la aún no estrenada «Manhattan suite» de su autoría.  

anders jorge

Hay decisiones que marcan una vida. En 1979, con poco más de 40 años Jorge Anders llegó a Nueva York sin saber hablar inglés. En sus valijas,  junto a los sueños por cumplir, llevaba una carpeta llena de arreglos para big band. Testimonios innegables de un oficio que había adquirido por sí mismo en la activa Buenos Aires de los 60s.

A poco de llegar comenzó a trabajar con el percusionista cubano Cándido, quien poco después lo recomienda con Mercer Ellington, que por entonces regenteaba la orquesta de su padre, fallecido cinco años antes y buscaba darle nuevos bríos a la agrupación.Jorge Anders 10 52 (F Agustín Benencia) Cándido fue gráfico. «Tengo un argentino que la rompe» deslizó en los oídos de Mercer. Cuando el hijo de Duke vió  los  arreglos, supo que aquel blanco desconocido era el músico que estaba buscando para que su orquesta levante vuelo.

«Cuando yo llegué a Nueva York no sabía ni una palabra en inglés y fue mi amigo Mario Rivera quien me armó la primera orquesta para que yo pudiera tocar mis arreglos, mis temas», recuerda Anders.

«Rivera juntó un grupo de músicos bárbaro. Estaban Lew Soloff y Jon Faddis. Faddis era un verdadero ogro de voz gruesa. En el primer ensayo Rivera les dijo que yo no sabía inglés y que él haría de traductor. Comenzamos a tocar y yo vi que les gustaban mis temas. Me hacían señas de ok. Pero cuando terminamos yo estaba molesto porque no les podía agradecer. Rivera les explicó que yo me sentía mal por no poder hablarles. Y Jon Faddis, el ogro, le dice a Rivera: «dile que no se preocupe. El habla muy bien. Habla con su música y eso es suficiente». 

Anders recuerda hasta con mínimos detalles. Su mirada se pierde más allá de la ventana de un bar de Recoleta y en sus ojos hay un brillo de orgullo y nostalgia. Fueron más de 30 años en los que el argentino vivió en Nueva York tocando y  grabando con un sinfín de músicos. Con la orquesta de Ellington  primero, con la suya propia después, compartiendo escenario con figuras míticas de la escena norteamericana, desde Eddie Condon a Zoot Sims.

“Era una gran orquesta la de Mercer. Muy reforzada, con muy buenos solistas. Eran todos negros. Los brothers me llamaban cool man«. «¿Sabés que allí estaba Kenny Garret, el saxo que luego estuvo en el grupo de Miles Davis? Con Garrett nos llevábamos muy bien, éramos muy compinches. Nos hicimos grandes amigos. Gran músico. Tocábamos uno al lado del otro…pero el tipo la desarmaba”.jorge anders ap

Usted deja la orquesta de Ellington luego de estar  cinco años allí y de haberla dirigido. ¿Qué lo llevó a alejarse?

Quería formar mi propia orquesta. A Mercer no le gustó. “Parece que para vos no tiene valor tocar en la Orquesta de Ellington», me dijo enojado. Pero al final entendió que yo tenía mis propias ideas musicales, ganas de hacer otras cosas por mi cuenta. Así formé la New York All Stars Big Band, aunque seguí arreglando para Mercer y para Butch Miles, Mel Lewis y otra gente. Fueron unos años muy intensos.

¿Cómo había aprendido el oficio de arreglar para big band?…no es algo que se enseñe de manera formal, al menos en aquellos años…

No. Yo jamás fui a una escuela. Todo lo aprendí tocando con otros músicos. Actuando. Yo había hecho arreglos para pequeños combos, para tríos o el cuarteto que tenía por entonces. Pero quería hacer algo con una big band. Y no sabía cómo. Un día le pregunté a un gran amigo mío y muy buen arreglador, Mike Rivas. Y Mike me dijo «yo te enseño en un solo día, pero necesito estar con vos ocho o nueve horas. Vas a terminar con la cabeza destruida y me vas a odiar, pero al día siguiente vas a saber cómo pararte frente a una orquesta». En la noche de aquel día terminé con la jorge_anderscabeza destruida. Era tanta la información que no podía procesarla. Toqué esa noche con el grupo con el que estaba, pero lo hice como un autómata, sin sentirlo. Al otro día, cuando me levanté, tenía todo claro. Mike tenía razón. Ese fue mi comienzo y desde entonces no paré.

¿Hay muchas maneras distintas de componer y arreglar para una big band?

Básicamente hay dos. Algunos prefieren trabajar sobre un ‘score’ general y que después un copista se encargue de transcribir las partes para los distintos instrumentos. Yo trabajo de otra manera. Directamente sobre las partes de cada músico. Así tengo presente los detalles si surge una duda. Comienzo con una idea en el piano, la desarrollo y le voy agregando los demás instrumentos. Pienso, aquí va el piano solo, acá deberían entrar las trompetas o los trombones y escribo sobre eso y voy definiendo el rol de cada uno.

Es difícil para alguien sin el oficio pensar cómo se puede tener una idea precisa de una orquestación si nunca se la escuchó.  La banda a pleno sólo en la cabeza…

Yo te voy a responder lo que decía siempre Francisco Canaro. Una orquesta no se tiene en la cabeza. Se tiene en el alma. Si no está allí, no está en ningún lado.

Buena respuesta. ¿Y luego cuando llega con las partituras es tal cual lo había imaginado o hay cambios?

No, no hay cambios. Todo el trabajo es anterior. Yo esto lo aprendí de Horacio Salgán. El tardó seis meses en escribir «A fuego lento», pero una vez que lo terminó, lo terminó.   A m puede llevarme un año componer una pieza. Pero cuando llevo las partituras a los músicos está todo terminado, no hay cambios ni agregados. Es un tema cerrado y ellos lo tienen que respetar.jorge anders solo

Después de más de 30 años en Nueva York y de haber girado por todo el mundo ¿qué diferencias observa entre los músicos y la actividad allá y la escena en Buenos Aires?

La principal diferencia es que acá no hay la competencia feroz que hay en el norte. Allá se compite ferozmente para elevar la calidad del producto, porque además eso significa más trabajo, más oportunidades. No te olvides además que en Estados Unidos cada universidad tiene su big band. Tienen profesores de primera. Hay mucha calidad, porque tienen todo servido. Acá el director de una big band, además de escribir, dirigir o arreglar,  tiene que buscar lugares donde tocar, reclutar los músicos, ocuparse de la lógistica, de cobrar, de pagar. Hay un desgaste grande que allá no existe. Allá lo que hay que hacer es estudiar en serio y tocar. Acá tenés que hacer todo. Es un desafío.

Hace cinco años que está tocando con su big band en Notorious, ha editado un disco en el 2015, «Going Home». ¿Qué es lo que viene ahora?

Seguir tocando. Seguir componiendo. Grabar un nuevo disco. Estamos en todo eso. Tengo terminada mi «Manhattan Suite», espero poder estrenarla con esta formación y grabarla también. Yo he tocado con todo el mundo, pero ahora puedo decirte que siento un placer tremendo de tocar con estos chicos en la orquesta.R-3228253-1321375415.jpeg Son talentosos, estudiosos y con mucho futuro. También quiero reeditar algunos de los discos que hice aquí antes de irme y otros que grabé en Nueva York.  Hay muy buen material allí y sería lindo que se puedan volver a escuchar. ¿Sabías que yo grabé con Oscar Aleman el único disco que él tiene con orquesta?…Era un músico fantástico», dice Anders sonriendo y otros recuerdos se vienen a  su memoria…

Jorge Anders Orquesta. Viernes 10 y 17 de febrero. 21 hs.Notorious. Callao 966.

Si te gusto comparti

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *