Con cinco episodios online y otros tantos por venir, Miscelánea ya se ha ganado un lugar protagónico en la escena musical por la singular calidad de su imagen y sonido y la creatividad general de la propuesta. Ideada y puesta en marcha por la documentalista y artista visual Andrea Romio y por el ingeniero de sonido Sebastián Notte, director del estudio Moebio; la primera temporada de Miscelánea evidencia una lograda convivencia entre lo testimonial y lo artístico, ofreciendo además, un espacio único para que los músicos muestren sin limitaciones su faceta menos transitada.
¿Cómo surgió la idea de Miscelánea y a que responde en particular?
Sebastián Notte. Básicamente a que veníamos viendo que había un montón de propuestas muy interesantes, de músicos que se juntaban para hacer muy buena música, y que muchas veces todo eso terminaba en nada. O a lo sumo en una presentación o en un ensayo. Y bueno, a través de esta serie, de estos capítulos, buscamos justamente lo contrario. Que más gente se interese por estos artistas, que su música perdure, que se pueda volver a ver, a escuchar.
¿Y cómo eligen los músicos que van a participar y con qué lineamientos?
Andrea Romio. Es gente que admiramos. O que nos gusta mucho lo que hace. Más allá de los géneros o los estilos. Por eso el nombre, buscamos que sea una miscelánea musical, estética, visual y que el artista pueda mostrarse y mostrar su música, su propuesta, que incluso puede estar alejada de lo que él hace habitualmente.
SN. Nosotros tenemos desde el comienzo una idea. Una intención estética desde lo visual, que se trabaja luego a partir de lo que el músico propone. Nuestra invitación apunta esencialmente a la posibilidad de que muestren lo que tengan ganas. Lo que más lo representen o los identifique en ese momento. Y a partir de lo que traen se va gestando la idea de lo visual.
Debe ser toda una sorpresa para el músico esto de ser convocado sin lineamientos, para que haga lo que sienta o tenga ganas. ¿Cómo lo fueron recibiendo en el transcurso de estos capítulos?
SN. Empezamos a ver una recepción distinta a la habitual en los músicos. Te diría que cada vez se atreven a proponer ideas más innovadoras y que van por fuera de lo que habitualmente tocan. Algunos incluso han llegado a preparar material especial para la grabación. Esto es súper interesante. Porque además lo disfrutan ellos y también nosotros.
AR. Incluso se da el caso de músicos que admiten que sin esta convocatoria nunca hubieran hecho lo que hicieron. Una de las últimas que filmamos fue Tatiana Castro Mejía. Ella hizo como una performance con poesía e improvisó su música. Cuando terminamos nos dijo “que suerte que me dijeron, que me insistieron, si no yo nunca lo hubiera hecho”. Y eso está buenísimo.
SN. Y nos ha pasado con otros músicos también. Que admitieron que la propuesta no hubiera tomado forma si no los convocábamos. Y a eso apunta también Miscelánea, a rescatar propuestas únicas. Aquí les damos la oportunidad de mostrarlo y formar parte de esta serie.
AR. Es también el caso de Sebastián Zanetto, que fue uno de los últimos músicos que participaron. En principio pensó en tocar con otra gente…pero después se decidió a hacerlo solo. Se propuso a sí mismo y a nosotros una composición en la que superponía distintas grabaciones de sí mismo. Como distintas capas. Esas capas también van a estar a nivel visual. Se va a ver como si tocara a ocho manos, pero es él mismo. Es un lindo desafío visual y uno de nuestros próximos capítulos.
Ustedes les dan libertad total a los artistas en lo que hace a la propuesta musical. ¿Y en cuanto a la formación? Pregunto porque hasta aquí hemos visto solistas o como máximo dúos…
AR. Por un lado hay un tema de recursos propios. Y por otro, un dúo fuerza un poco la propuesta musical hacia territorios que, a mí al menos, me resultan muy interesantes. Es como un desafío. Como decir bueno, no está tu banda habitual, a ver que hacés solo o en dúo…
SN. Me parece además que en este formato se fueron gestando propuestas muy creativas, en las que tanto los músicos como nosotros nos sentimos muy cómodos. También sucede, como decía Andrea, que todo esto es auto gestionado. Y si bien ahora contamos con más recursos que al inicio, sigue siendo una iniciativa nuestra…
¿Cómo encararon la difusión del ciclo, ya con algunos capítulos filmados?
AR. Bueno, primero comenzamos a mostrarlo a los músicos y a gente que sabíamos que le podía interesar. Luego armamos un canal de YouTube y una red de Instagram. El estreno en YouTube generó interés de distintas plataformas por incorporarlos a su contenido. Estamos viendo todo eso para que cada vez haya más gente que pueda ver los episodios de Miscelánea y conozca el trabajo de tantos buenos músicos.
Sebastián, vos estás habituado a grabar a muchos artistas aquí en Moebio. ¿Qué fue lo que te decidió a sumar ahora la imagen a tu desempeño?
SN. Creo que la imagen tiene otro impacto. Hoy todo se filma. Por más que la música sea buena, por más que el registro esté bien grabado, todo termina de tomar fuerza con la imagen. Yo tenía una experiencia previa en esto. Hace dos años habíamos hecho la serie «Instantáneas», con 10 músicos de jazz de Buenos Aires. Creo que si está bien hecho, lo visual aporta mucho valor. Complementa para bien la propuesta que trae el músico. Yo había visto algunos trabajos de Andrea que me habían gustado mucho y entonces cuando la idea comenzó a tomar fuerza, la convoqué para trabajar juntos en esto…
¿Y a vos Andrea?
AR. A mí la propuesta de Sebastián me pareció super interesante. Lo conocía y sabía lo que hacía y que incluso ya tenía experiencia en este tipo de propuestas. De todas maneras lo que nos precipitó a continuar trabajando juntos fue de alguna manera Gonzalo Bergara. Era agosto del año pasado y estábamos charlando con Sebastián como encarar todo esto y él me dice que tenemos a Gonzalo pero que está a punto de irse. Así que era ahora o nunca. Lo convocamos a Gonzalo e hicimos el primer video. Así comenzamos. A partir de allí fuimos haciendo todo un camino, fuimos encontrando una forma. Y luego fue como si todo se precipitara. Vino como una ola gigante y nosotros tratamos de navegarla.
Pareciera que hablaran de un tiempo muy prolongado, pero recién han pasado cinco meses y ya tienen varios capítulos en el aire, un canal de YouTube y propuestas para ampliar la difusión. No es poco.
AR. Si es verdad. Pareciera que hubiera pasado mucho tiempo pero en realidad no fue así. Le estamos poniendo mucha energía. Hay veces que hay episodios en los que terminamos extenuados porque nos llevaron un montón de horas. Pero luego vemos el resultado y la verdad es que estamos más que felices. Y lo que es más importante, los músicos quedan muy contentos. La verdad es que todos los que participaron hasta ahora han tenido la mejor predisposición y eso también se advierte en el resultado.
Entre los episodios que ya están online hay uno muy singular. El hijo del silencio con el músico japonés Hikaru Iwakawa. ¿Cómo se concretó eso?
SN. Esa fue una de las sesiones más especiales. Yo conocí a Hikaru casi de casualidad. Aquí se grabó el disco de Bárbara Legato. El baterista de ese grupo era Francisco Jaime. Como ya íbamos a tener todo armado para la sesión de Legato, Francisco me pregunta si podíamos extender la jornada para poder grabar luego con su propio grupo. Le dije que sí y me comenta entonces que traería un músico japonés de invitado. Ahí lo conocí y me quedó su contacto. Dos años después, a raíz del comienzo de Miscelánea, le escribo sin muchas expectativas, preguntándole si recordaba que había estado aquí. Y para mi sorpresa me dice que sí, que fue una sesión muy especial para él. Le gustó la idea del video y me dice que buscáramos coordinar agendas para concretarlo. Y así lo hicimos.
Andrea me imagino que para vos también resultó así de interesante desde lo visual. Me quedó grabado el detalle de las sandalias…
AR. Si, totalmente. Yo no lo conocía pero estuvo muy lindo. Había escuchado su música a raíz de que Sebastián me comentó la posibilidad de tenerlo. Pero no sabía qué podía hacer una vez que entre al estudio. Qué iba a pasar. Pensá que él toca 25 instrumentos!!! Lo primero es que me sorprendió es que es muy alto. Eso no lo esperaba y me hace modificar el esquema de luces y demás. Luego, ni bien llega se saca las sandalias y las deja allí. Yo en ese momento supe que no podía perder ese detalle. Que eso era parte también de lo que él representa. Tenía que conectar con la situación y documentarla. Sentir que no importa lo que yo quiero que pase, sino conectar con lo que está pasando. Pero bueno, Hikaru es un encanto de persona, además de un artista tremendo y quedó todo muy lindo.
¿Qué piensan que ganó cada uno de ustedes al completar ya la primera temporada de Miscelánea?
SN. Para mi fue muy enriquecedor. En «Instantáneas» cada uno de los convocados lo hizo con su propia formación y su música. Ahora fue distinto. Tuvimos la posibilidad de abrirnos en estilos, en géneros por afuera del jazz. Así pude conocer de cerca algunos músicos que me gustaban. Conocí su historia y su mirada sobre la música que hacen. Y súmale la posibilidad de poder mostrar todo eso. De plasmar esa idea. Esa es una vocación que comparto con Andrea. Haber podido contribuir para superar lo efímero que a veces tiene esta música. Yo siento que gané en eso.
AR. Para mí, en lo personal, esto es como el paraíso. Estamos en un lugar hermoso, con un sonido espectacular y además le puedo sumar imágenes y relato. Me cierra absolutamente todo. Además trabajar con Sebas, en una armonía muy especial, que no siempre sucede. El hace lo suyo con el sonido, yo aporto lo mío desde lo visual. Cada uno en su campo, pero lo charlamos todo, lo consensuamos. Para mí eso es muy importante. Además amo la música y me gusta indagar en eso. Claro que no tuvimos ni tenemos recursos ilimitados. Pero si pudimos mantener un estándar de calidad muy alto. Y capítulo a capítulo pudimos desarrollar una idea que fue progresando. Y el resultado está a la vista y para mi es maravilloso.
Miscelánea Primera temporada
Episodio 1: Gonzalo Bergara “Acalanto”.
Episodio 2: Los de Marte: César Franov y Juanjo Bravo “Drum´n´ bass marciano”.
Episodio 3: Pablo Puntoriero y Nicolás Ojeda “El tiempo”.
Episodio 4: Damsel Talk & José Balé “Spoons and yerbamate”.
Episodio 5: Hikaru Iwakawa “Hijo del silencio”.
Equipo: Sebastián Notte: Producción y dirección de sonido. Andrea Romio: Producción y realización audiovisual integral. Felipe Ortiz: Cámara.
Mirá acá todos los videos de Miscelánea
Andrea Romio es productora Integral de Medios Audiovisuales (ORTII), documentalista (INA Paris), fotógrafa y videoartista y licenciada en Educación (UNQui).
Sebastián Notte es productor de música (EMBA), ingeniero de sonido (UNTreF), director e ingeniero de audio de Estudios Moebio y responsable técnico en audio para producciones: películas, TV, radio y compañías fonográficas
Una nota genial. Felicitaciones a los realizadores y a los músicos.