“Small hours, late at night”, el último trabajo de Adrián Iaies pone en evidencia la veta más jazzera del pianista. Con Pepi Taveira, Mariano Loiácono y Ezequiel Dutil y el condimento esencial que aporta un grabación en vivo, Iaies entrega uno de los mejores discos de su vasta producción. Los sábados del octubre en el Café Vinilo, la ceremonia se renueva y se anticipa singular, como cada vez que el jazz ocupa el centro de la escena.
La frase es de Miles Davis. «Si no pudiera descubrir o enriquecer el arte, encontrar nuevos enfoques, me sentiría culpable de estar vivo”. Aún sin adherir a tales extremos, es cierto que el desafío de la originalidad está implícito en cada creación artística. Ante una página o una tela en blanco, ante un pentagrama vacio; el camino se bifurca inexorablemente. Descubrir o recrear. Encontrar nuevos enfoques o repetir fórmulas ya transitadas.
En otros tiempos y otras geografías, Adrián Iaies hace honor a aquellas palabras del norteamericano y de la mano de su última producción, “Small hours, late at night”, elige una vez más el arduo camino de la creación.
En los últimos tres años el pianista produjo cinco de los 18 discos que tiene en su haber. “Cuando dejó la lluvia de ser sagrada?”, el doble en vivo de 2011; “Melancolía”, disco de estudio en cuarteto del 2012; el celebrado “Conversaciones desde el arrabal amargo”, del mismo año y en dúo con Horacio Fumero; “Goodbye”, el sólo piano de standards para Rivorecords de mediados del 2013 y esta, su última producción, nuevamente con su cuarteto, pero en vivo en el Vinilo.
En todos ellos el sello, la personalidad de su impulsor, está presente. Una estética personal que atraviesa todos los discos, aunque las propuestas –fiel a la premisa de enriquecer el arte- no sean siempre las mismas.
“Small hours, late at night” vuelve a mostrar, como ya se ha dicho, la faceta jazzera más inquieta de Iaies, aunque el inicio con “In the wee sall hours of the morning”, no lo presagie y muestre a un inspirado Iaies con su melancolía en estado puro. El silencio de la sala, sólo interrumpido por los aplausos finales, da el marco justo para la carga dramática que el pianista impone a la obra.
Le sigue “Caminito”, el himno tanguero de Juan de Dios Filiberto, aquí en formato de trío con Pepi Taveira y Ezequiel Dutil. Plena improvisación, con la melodía al frente por momentos y en otros apenas insinuada.
“Brubeck”, un nada dismulado homenaje al pianista californiano fallecido en diciembre pasado, entrega un anticipo de la movida por venir, y le brinda a Mariano Loiácono su primera oportunidad de lucimiento, para que el trompetista cordobés “caliente» la escena con su swing enérgico y creativo.
“Rubio tornado catalán”, otro tema de Iaies en clave jazzera, acompañado por Loiácono en flugelhorn, precede a una singular versión de “Loverman”, con el lucimiento de Barbie Martínez y su personal interpretación, alejada del abordaje más tradicional.
Cuatro temas propios completan el último disco de Iaies. “Esa foto del Blue Smoke”, con Taveira y Dutil, “Delicias de la cena anual de camaradería JHA”, en excelente dúo con Ramiro Penovi en guitarra, “El regreso del rey de los zaguanes”, desde el título mismo, un bolero con todas las de la ley y el monkiano “Todos sabemos que no es así”.
“Estoy aquí abajo para tocar música, para interpretarla. Y es lo que hago. Es todo lo que quiero hacer. Y lo hago bien. Podría hacer un montón de cosas, pero lo fundamental, lo que me gusta, lo que está antes que todo, hasta respirar, es la música.». Palabras de Miles, que, como aquellas otras, Iaies podría suscribir sin excusas.

Pepi Taveira Batería
Barbie Martinez Vocal
Ramiro Penovi Guitarra eléctrica Todos los sábados de octubre en el Café Vinilo. Gorriti 3780 Palermo-Buenos Aires. Reservas 011 4866-6510