Esteban Sehinkman apuesta por el cambio y presenta nuevo disco y nuevo grupo. “La rueda de la fortuna“, el último trabajo de su agrupación “Pajaro de fuego”, con Pipi Piazzolla, Matías Méndez y Nico Sorin, es una puerta abierta en busca de nuevos horizontes. Algo de jazz, menos que en otros discos, distintas texturas y colores y una mayor amplitud sonora, definen esta “rueda” que anticipa la buena fortuna para oídos atentos.
Desde el 2003, cuando regresó a Buenos Aires luego de su estadía en Boston, donde estudió en la Berklee y grabó su primer disco, “La espuma de los días”, Esteban Sehinkman se ha manifestado como un artista inconformista. Lejos de la zona de confort donde anidan los menos arriesgados, el pianista ha intentado superarse en cada disco, dejando una huella fácil de rastrear en busca de su propia evolución.
Con “Bufalo”, del 2007, Sehihkman ya iniciaba un camino sin retorno en busca de nuevos sonidos, al frente de un septeto de primeras figuras. Su siguiente paso, “El sapo argentino de boca ancha”, abrevaba en el formato de trío, junto a Pipi Piazzolla y Matías Mendez, para comenzar a transitar un horizonte de riesgo y búsqueda que inexorablemente lo condujo, tiempo después, a la experiencia de “Pajaro de fuego”.
En este cuarto trabajo, el trío es intervenido por Nico Sorín y la música deja los límites del jazz para internarse en una variada gama de colores y estilos en los que no está ausente el rock y el funk de los años 70. “Es un disco para bailar”, desafiaba Sehinkman.
Fue este el paso previo al último eslabón en la discografía del pianista. Ya con Sorin como miembro estable, el flamante cuarteto deja de lado los protagonismos personales para asumir una identidad grupal, donde “Pájaro de fuego” es el artista y “La rueda de la fortuna” su más reciente creación.
El artista crea su propio público, dicen los entendidos. Nadie podría decir que Sehinkman no esté encaminado en esa dirección.
¿Por qué decidiste que en este álbum no figure a tu nombre y si aparezca un concepto autoral más grupal, como “Pajaro de fuego”?
Me parece que “Pajaro de fuego” refleja mejor la idea de la música que estamos haciendo. Tenía ganas además de darle el concepto de grupo. Es decir el grupo como gestor de la música que estamos haciendo.
¿Qué diferencias destacarías entre este “La rueda de la fortuna” y el primer disco de “Pájaro de fuego”?
Creo que «La rueda» tiene más matices que «Pájaro de fuego». Por momentos es más melódico. Te diría que también es más variado. En «Pájaro» el concepto de trance era sobre un tempo similar. Sobre una idea de Groove similar, presenta a través de todo el disco. En este no esa sí. En el último disco cada canción es un universo propio. Son todas historias diferentes. Yo creo que «La rueda de la fortuna» es un disco más “gordito” que el anterior.
¿Qué querés decir con «mas gordito»?
Tiene más capas. Tiene cierta cuestión de síntesis. Me parece que este disco tiene un tratamiento distinto. Y es que uno va mutando. En el disco anterior estaba contento con cierta crudeza en la exposición de las ideas. Y ahora se fue armando un disco con más volumen, con más superficie sonora. Y eso es porque, como te digo, una va evolucionando, va mutando, buscando otros caminos.
En este último disco hay más canciones.
Claro. Hay más canciones. Hay composiciones más melódicas, aunque también hay una parte orientada al groove muy importante. Estoy contento con el disco. Hemos encontrado un lindo balance en la propuesta. Es una evolución y un crecimiento en la propuesta sonora del disco.
¿Qué incidencia tiene acá Nico Sorín, que ahora es miembro permanente del grupo?
Para mi Nico es un aporte bárbaro, porque tiene una personalidad explosiva. A mí me gusta pensarlo dentro del grupo como un tipo que juega libre. Y en ese plano creativo rinde mucho.
Musicalmente ustedes tienen muchas cosas en común
Si. No te olvides que compartimos Octafonic que es el grupo que él lidera y es un proyecto netamente rockero. Creo que compartimos ese gusto por lo rockero con una formación jazzera, de alguna manera.
¿Si uno vuelve a escuchar tus primeros discos podría encontrar los primeros indicios de lo que luego plasmas en los dos últimos?
Yo creo que sí. Que este disco de alguna manera es un resumen de los cuatro discos anteriores. De todas aquellas ideas que venían dando vuelta y que ahora acá confluyen balanceadas.
De todas maneras, tengo la impresión que “El sapo argentino” divide las aguas. Como una bisagra en tu discografía.
Si totalmente. Con “El sapo…” empiezo a controlar las ideas musicales más de cerca. Np te olvides ue justamente allí está el encuentro con Pipi y con Matías. El comienzo del trío que de alguna manera marca el comienzo de un camino que todavía seguimos transitando.
¿Hay un porqué en la elección del título “La rueda de la fortuna”?
Si. Me interesan los ciclos. Esa filosofía de vida, de los ascendentes y los descendentes. Viste que uno piensa que controla todo y de pronto aparecen cosas por afuera y te cambian las cosas. Esos elementos de la fortuna son los que me parecen muy interesantes…
Está muy buena la estética del disco, que por otra parte es una constante en todos tus trabajos.
He tenido la chance de poder trabajar con grandes ilustradores en general. En este disco el trabajo de Hugo Horita es maravilloso. A mí me gusta la parte estética, la presentación. El cuidar cada detalle y tratar que el disco esté lo más lindo posible. Además editar el trabajo a través del Club del Disco, que como sabés distribuye el material a través de sus socios, me da también la posibilidad de que se realce la presentación. Que tome más importancia el disco físico, con un lindo pack, buenas ilustraciones, bien impreso. Como te decía para mi forma parte de un todo. La música y la estética.
“Pajaro de fuego” presenta “La rueda de la fortuna” Thelonious Club. Salguero 1884. CABA Teléfono:011 4829-1562 Esteban Sehinkman: sintetizadores, Rhodes y composición Matías Méndez: bajo Daniel Pipi Piazzolla: batería Nicolás Sorín: voz y sintetizador Invitados Tomy Sanz, batería Sebastián Lans, guitarra