Adrián Iaies y el discreto encanto de los standards

Un músico, un piano y diez canciones. Una fórmula sencilla y tantas veces transitada, regresa ahora renovada y singular en la voz de Adrián Iaies y «Goodbye», su primera entrega para el sello RivoRecords. Y así, lo que comenzó con una charla entre amigos, se traduce finalmente en arte. Una propuesta intimista, en la que el músico entrega su mirada personal, sumándole belleza a esas viejas melodías que perduran en la memoria de todos.    
Por Fernando Ríos
Fotografías: Anita Kalikies
Fotografía de la portada: Santiago Young

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Cómo surgió la idea de hacer un disco de standards para RivoRecords?

Bueno, sabés que es el sello de Justo Lo Prete, que es el productor de todos los discos que salieron allí. El es muy amigo mío y yo medio en broma y medio en serio, le dije que algún día le iba a regalar un disco. Que él se ocupe de todo. De elegir el repertorio y el arte de tapa, que yo simplemente me dedicaba a tocar.  Bueno, la posibilidad llegó, pero finalmente no fue tan así. El repertorio lo terminamos  consensuando entre los dos.Goodbye Pero el  disco si responde a la  estética que tiene el sello, básicamente grabaciones de jazz standards. Por otro lado a mi me gustaba la idea de hacer algún día un disco íntegramente con repertorio jazzístico tradicional.  Yo los he incluido en muchos de mis discos, pero siempre de un modo aislado o metido dentro de un repertorio más amplio. Esta vez me interesaba hacer un disco que conceptualmente sea eso, un disco de standards, que es algo que he estudiado, que me encanta tocar, que los disfruto y los conozco.  Y además siento que puedo ponerles algo personal.

Desde un principio la idea era un solo piano?

Si, desde un principio. Como te decía, es un regalo que yo le hacía a mi amigo, así que desde un primer momento se pensó en un solo piano.  Yo le dije es un disco tuyo,  no me pagues, no me des regalías, nada.  Con lo cual si  llevábamos músicos era otra historia. Pero más allá de eso, conceptualmente era un disco de piano solo. De hecho el sello no tenía solo pianos en su catálogo hasta ese momento.  Los primeros dos fueron el mío y el de Kirk Lightsey  grabado en vivo en el Festival de Jazz de Buenos Aires del año pasado.

Decías que finalmente la selección de temas fue consensuada.

Si. Justo es un tipo muy especial. Es un personaje que además conoce mucho, es un gran melómano y coleccionista de discos.  Conoce  mucho repertorio y tiene una idea muy clara de lo que le gusta. Es un gran productor.  De entrada me mandó una lista gigante.adrian iaies1 Yo hice una primera selección de eso y al mismo tiempo le envié algunas sugerencias.  De esas eligió algunas y de allí salió una lista consensuada que es la que finalmente llevamos al disco.  Luego alguna cosita surgió en el momento de grabar.

Por ejemplo?

Por ejemplo “Fly to the moon”.  Surgió en el momento. Estábamos hablando en un descanso, creo que hablamos de Frank Sinatra y entonces se me ocurrió tocar y grabarlo como un link directo.  Así que la versión la fuimos armando en el momento mismo de grabarla.  Incluso creo que la versión que está en el disco es la primera toma que hicimos. La primera toma de un tema que nunca había tocado de manera pública y que nunca me había planteado grabar. Y finalmente lo grabé y me encanta como que quedó.  Pero eso es lo único que surgió de manera espontánea. El resto del disco, como te decía, fue muy pensado y charlado.

No se si se me escapa algo, pero me parece que son temas que no habías grabado antes.

Bueno, justamente esa era la idea de Justo.  Grabar temas que no estuviesen en ninguno de mis discos. A mi me gustó esa idea.  Lo que si hay es una versión de “In the wee small hours of the morning que hicimos antes. Está en una grabación en vivo que hicimos en el Café Vinilo de un disco que todavía no salió. Que va a salir en septiembre.  En Vinilo hice cuatro sábados con cuatro formaciones diferentes  y uno de esos sábados fue de solo piano y toqué ese tema.  Es decir lo había tocado y grabado antes de hacer el disco de RivoRecords, pero luego este salió antes que el de Vinilo. De todas maneras cuando el disco salga, vas a ver que son dos versiones diferentes,  no tienen nada que ver una con otra. Ya lo vas a ver.iaies melero

Qué ventajas ves al grabar con un productor como ahora en «Goodbye»?

A mi me resulta muy útil. Yo tengo muy buenas experiencias de grabar con productores. En general acá no hay muchos productores y al final terminas haciendo todo vos solo.  Pero cuando pude trabajar con productores me ha ido muy bien. De todas maneras esos productores con los que he trabajado, en  general,  no han sido músicos.  Gente que tiene  una mirada que no sólo es externa, sino que también viene de otro lugar.  Como el caso de Justo Lo Prete, que es un tipo que ama la música, o como fueron los primeros discos que yo hice en España, “Tango reflections” y “Nocturna”, donde el productor es Carlos Sampayo, que es un escritor y un amante del jazz, pero no un músico.  Y luego en los discos que hice acá  estuvo por ejemplo Carlos Melero (foto), que si es músico y si bien no funciona como un productor estrictamente hablando,  si es alguien que siempre tiene una mirada y un comentario constructivo y provechoso. Así que por eso te digo, yo valoro esa mirada y me sirve.

Podés dar ejemplos sobre el aporte de esa mirada externa en una grabación?

Mirá, en general los músicos tendemos a navegar en un mar de mucha subjetividad.  Y el productor es alguien que te devuelve al eje. Que te dice, por ejemplo, acá vos te estas divirtiendo pero esta versión podría ser más corta. santaolallaO te entusiasmaste con este solo, pero este otro es más entero, más sólido, con un desarrollo más parejo.  Claro que para que esto te llegue tiene que ser gente que te genere confianza, y a la que vos puedas entregarte.  Cuando trabajé para Bajofondo, que fue la única vez que me produjo Gustavo Santaolalla,  fue una cosa así. Prácticamente no nos conocíamos. Nos encontramos en el estudio. Y me acuerdo que yo salí impresionado, porque me hizo solamente un par de indicaciones y sacó de mi algo diferente de lo que yo habría dado por mi propia cuenta. Bueno Gustavo es un productor muy reconocido y no voy a decir nada nuevo sobre su calidad .

Históricamente el productor fue una figura central. Pienso en el Teo Macero de Miles Davis o el Bob Thiele de Impulse! con Coltrane. Se sigue manteniendo eso?

Afuera es una figura indispensable, aunque está perdiendo terreno básicamente por un tema  presupuestario.  Yo conocí a Todd Barkan,  uno de los administradores artísticos del Lincoln Center. El es quien me llevó a tocar allá hace unos diez años.  Bueno,  es un productor de toda la vida. Producía unos 50 o 60 discos al año en un mercado que permitía eso. Eso ya no es así.  Y en la Argentina menos. No hay un mercado que permita un productor.  No hay suficiente volumen de venta.  No hay dinero para eso.  Si las multinacionales cada vez tienen menos productores artísticos para productos masivos, imaginate el jazz. Esa una explicación posible.

iaies3 Pero no la única…

No. La otra es que el músico de jazz suele tener cierta aprensión a eso porque como es un músico muy formado, muy preparado, piensa que eso lo habilita para autoproducirse.  Eso es un vicio y es muy parecido a lo que le pasa a un músico en el estudio de grabación en el momento de la mezcla. El músico suele pensar que puede mezclar o que sabe de audio.  Que sepas de música no quiere decir que necesariamente sepas de audio.  Yo cuando grabo mi disco, por ejemplo,  Carlos Melero me pregunta si me gusta el sonido del piano. Y yo le digo, “al que le tiene que gustar el sonido del piano es a vos,  que escuchas eso.  Yo escucho la música”.  Por eso la mirada del productor es siempre beneficiosa.  Es como el escritor con su editor.  Murakami tiene un editor. Paul Auster también.  Y estamos hablando de Murakami o Auster!. Y en la música también…

Qué tienen canciones como las de tu disco,  que sin venir del jazz, perduran y son  parte del elenco estable de los standards jazzeros?

Bueno, hay un  par que vienen estrictamente de ese palo, como «Whisper not» de Benny Golson o «Soul eyes» de Mal Waldron. Lo que tienen estas canciones es que tienen una belleza intrínseca que se basa en algo muy simple:  una melodía perfecta  y una armonización lógica de esa melodía perfecta.  Pero no perduran solo por eso.  Perduran porque además sirven para que nuevos músicos muestren su propia identidad.  Por ejemplo, Brad Mehldau graba  “Smile”, que ya lo había grabado Bill Evans o tantos otros antes.  Graba “All the things you are”. Cuántos grabaron este tema antes?…Y porque lo hace?  Lo hace, por que cuando ponés el disco y se escuchan los ocho primeros compases vos sabés que es Mehldau.   Y además hay algo que tiene mucho que ver con el placer que a uno le da tocarlos. Es difícil explicarlo para el que no es músico y no toca.M PaulMcCartneyKisses Vos pones la mano sobre el piano y ya es un placer tocar esos temas. Son tan redondos, tan perfectos, tan bien construidos, que van a estar siempre.  Y fijate que así como los músicos de jazz buscan nuevos standards en el pop o en el rock, como ha hecho Mehldau o Bad Plus y mucho antes Hancock,  muchos músicos del rock buscan dar algo personal a través de los viejos standards  del jazz. El último disco de Paul McCartney, que es una maravilla,  tiene canciones viejísimas.

Entonces cualquier tema puede ser versionado en clave jazzística?

No. Cualquiera no. Básicamente tiene que servir la forma para hacer una versión personal de eso.  Hay temas que si vos le sacás el arreglo que tiene, te quedás sin nada. Porque la gracia está ahí. Yo grabé en un disco anterior “Vengo del placard de otro” de Divididos.  Pero no toda la música de Divididos acepta este tratamiento. Como tampoco todos los temas de Spinetta o Charly pueden ser versionados.  O porqué están basados en riffs  o tienen ciertas estructuras de carácter rítmico.  Pero además hay algo esencial. Saber si vos le podes aportar algo personal a ese tema, sin importar de donde viene. Cuando Charlie Parker improvisaba sobre  rhythm changes o tocaba «Lover man» o «Cherokee», aun sin ser músicas que originalmente habían salido de su cabeza, tenían que ver con lo que Parker era, con el lugar del que el venía.  Con la música que escuchaba en la radio. IaiesY la tomó porque era la música de su barrio, y además porque pensó que le podía aportar algo personal y por supuesto que lo hizo y muy bien. Pero de entrada,  como te decía, está el tema de la forma. Para que una música te permita hacer tu versión personal, tiene que tener una forma muy amigable…

A qué le llamás una forma muy amigable?

Una forma abierta, simple y entendible.  Un tema que tenga dos partes. Una parte A, que se repite y una parte B que es un puente y luego vuelve a la parte A.  Una estructura redonda. Entonces sobre eso vas construyendo algo. Ahora si te metés a tocar un tema que tiene varias partes y tiene introducción y tiene codas y un epílogo y en el medio tiene un interludio…difícilmente puedas hacer algo con eso.  Porque básicamente los standars están basados en el concepto de una melodía perfecta que funciona como una hoja de ruta. Por eso, para darte un ejemplo burdo, difícilmente podrías hacer algo jazzístico con lo que fue el rock sinfónico.  Ahora perfectamente se podría tomar “Escalera al cielo” de Led Zeppelin. Y hacer con eso un standard.  Porque es una melodía que tiene una secuencia armónica con una primera parte que parece “My funny Valentine”.  Y  luego, claro, está el talento y la capacidad de cada uno de poner algo personal en eso. Y algo más muy importante. Eso personal que ponés tiene que ser interesante y no sólo para vos. Tiene que cautivar a otro. Tiene que comunicar. Si no logra eso, no sirve.

«Goodbye». Adrián Iaies-piano solo

GoodbyeSOUL EYES (M. Waldron)
EVERYTHING HAPPENS TO ME (M. Dennis – T. Adair) 
WHISPER NOT (B. Golson)
DANNY BOY (F.E. Weatherley)
WHEN YOU’RE SMILING (M. Fisher – L. Shay – J. Goodwin)
FLY ME TO THE MOON (B. Howard)
IN THE WEE SMALL HOURS OF THE MORNING (D. Mann – B. Hilliard)
’M GETTING SENTIMENTAL OVER YOU (G. Bassman – N. Washington)
UP JUMPED SPRING (F. Hubbard) GOODBYE (G. Jenkins)
  1.  
     
    Grabado en AGUARIBAY, Buenos Aires, el 17 de noviembre de 2012
    Ingenieros de grabación: Néstor Stazzoni y Carlos Melero
    Arte de tapa: Federico Peñalva
    Producción artística: Adrián Iaies y Justo Lo Prete
    Producción General: Justo Lo Prete
     
    Para más información:
    www.adrianiaies.com
    www.rivorecords.com
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