“Luna”, el último trabajo de Ale Demogli, grabado en Nueva York, confirma el crecimiento de un artista inquieto. Con cinco temas propios y dos de Billy Strayhorn, el argentino finaliza el año con un disco de singular calidad y anticipa lo bueno por venir en 2014, donde continuará las presentaciones que inició en el Festival de Buenos Aires, al frente de su grupo argentino.
Fotografías: Martha GonzálezAle Demogli hace suya y con derecho, aquella frase de Jim Hall, en la que se definía como “un músico que toca la guitarra” y no como un mero guitarrista. Más allá de la sutileza, lo cierto es que el argentino viene demostrando desde hace tiempo que su aporte al crecimiento del jazz en el país no se limita sólo a su instrumento. Ahora con “Luna”, Demogli reafirma que es un músico inquieto y un compositor de talento. Cinco temas propios y dos arreglos sobre Billy Strayhorn para un disco singular, que no reniega de sus raíces.
¿Cómo fue que te decidiste a grabar tu nuevo disco en Nueva York?
Fue una casualidad. Nosotros veníamos tocando esta música con el grupo y ya teníamos un compromiso para estar en el último Festival de jazz de Buenos Aires. Pensábamos grabar el disco antes del Festival. Pero por esos días Chivi Fernández se fue de gira a Noruega, Oscar (Giunta) tenía también lo suyo. Justo a mi me salió una semana de dar clases en Miami y Nueva York. Ya no teníamos más tiempo para grabar. Y entonces aproveché para hacerlo allá. No tenía otra opción.
¿Ya habías tocado con los músicos con los que grabaste?
Con Rick Syracuse y Jeff “Siege” Siegue había tocado en Europa y Estados Unidos. Los conozco desde hace muchos años. Son músicos súper versátiles y con una solidez increíble. Al que no conocía es al pianista Nick Hetko. Tiene 23 años y un futuro increíble, ya está tocando con los mejores y pronto se va a comenzar a hablar de él.
Syracuse y Sieguel también son músicos muy solicitados.
Si claro. Rick Syracuse, es un contrabajista de extensa trayectoria, tocó y grabó con músicos como Michael Brecker, Joey Calderazzo o Nick Brignola. Jeff Siege Siegel es un baterista que ha tocado con Ron Carter, Pat Metheny, Sir Roland Hanna, etc. Son músicos muy buenos y muy requeridos.
¿Y cómo llegaste a los estudios NRS?
Porqué Jeff es muy amigo de Scott, que es el dueño de esos estudios. NRS es un estudio muy emblemático de los Estados Unidos. Allí graban Jack De Johnette, Danilo Pérez y muchos otros. Por eso te digo, se dio todo a favor como para hacerlo allá y lo hicimos. En total nos tomó dos días. En principio teníamos sólo uno, pero Scott nos dió un día mas. Y así lo hicimos, sin ensayos previos. Y esto fue así porque, como te decía, no teníamos mucho tiempo. Pero también porque tiene que ver con cierto concepto que a mí cada vez me interesa más y sobre el que vengo trabajando.
¿Cuál es ese concepto?
Yo me di cuenta que los discos que más me gustan son en vivo o están grabados en estudio pero con el concepto del vivo. Como “Kind of blue”, por ejemplo. Esos son los discos a los que vuelvo siempre, porque me dan esa frescura tan especial. “Four and more”, “Live at the Plugged Nickel”….trabajos que tienen una calidez muy especial…y que están grabados en vivo o como si lo fueran. De una sola toma, sin ediciones.
¿Y así grabaron “Luna”?
Claro. No hay ningún tipo de edición allí. Lo que vos escuchas es lo que se tocó. Incluso con errores. Y eso a mí me gustó. En una época en que la edición parece que es todo, creo que el músico de jazz debe dejar eso de lado y trabajar por ser cada vez más genuino. Para que su expresión llegue en forma más directa. Poder hacer una música en el momento y de la manera más fiel a lo que vos sentís en ese momento. Y para eso tiene que practicar y estudiar. Y yo creo que la edición va un poco en contra de todo eso. Los discos muy editados los siento como muy fríos.
Más allá de tus gusto por el “vivo” ¿cuál es la tendencia actual para grabar jazz?
Depende. Hay de las dos cosas. Yo creo que los discos no son el mejor reflejo del jazz. Los discos te muestran sólo un 10% de lo que es la música. Hay que escuchar jazz en vivo. Allí es donde ves lo que el músico tiene para dar. Hoy en un estudio se puede editar un solo nota por nota. Y queda perfecto. Pero luego hay que ver si lo podés repetir en un escenario. Sólo vos con tu instrumento. Por eso te digo, el jazz hay que apreciarlo en vivo.
En esta preferencia tuya de grabar como si fuera vivo, ¿encontrás diferencias entre los músicos argentinos y los norteamericanos con los que hiciste “Luna”?
Si hay diferencias. De toque, de presión. Hay diferencias de concepto, de lenguaje. Ellos tocan jazz desde que nacieron. Lo aprenden tocando con los maestros. Como todas las músicas populares. Por eso yo siempre que puedo busco tocar con esa gente. Porque así es que aprendo. Y aprendés sin que te digan nada. Aprendés tocando.
¿Y qué pasa cuando estos músicos tocan tu música. No la de Billy Strayhorn o Thelonious Monk, con la que se criaron, sino la de un músico argentino que vive y trabaja en la Argentina.
Si entiendo lo que decís. Yo creo que cuando los músicos americanos tocan mi música, no les representa lo mismo que cuando tocan la música de uno de ellos. No es lo mismo un músico argentino que un bopero americano que puede tocar Charlie Parker perfecto. Yo no soy uno de esos y ellos lo saben y lo sienten. Se adaptan, pero lo sienten. Y eso pasa cuando hacemos, por ejemplo, “ Pintando días”, un tema que yo le dediqué a Dino Saluzzi, y acá está tocando por tipos que trabajaron con Michael Brecker o con Ron Carter. Si yo toco ese tema con músicos de acá, la música va a ir para otro lado. Eso está claro. Y está buenísimo. Por eso yo quiero seguir aprendiendo. Seguir buceando en esa música que a mí me gusta, la que tiene sus raíces en la tradición. Eso es imprescindible para que tu música sea genuina.
Algo que no está sólo limitado al jazz…
Claro. Puede ser jazz o tango o flamenco. Pero siempre los músicos que a mí me gustan son los que tienen un pie muy fuerte en la tradición. Fijate por ejemplo Paco De Lucía. Salió de la tradición del flamenco y luego la llevó para otros lados. Pero salió de allí. Lo mismo puedo decirte de Astor Piazzolla con relación al tango.
¿Por qué entre cinco temas tuyos hiciste dos de Billy Strayhorn?
Strayhorn es uno de mis compositores preferidos. Su profundidad es tremenda. Me parece un autor enorme y me gustan mucho sus temas. De todas maneras en “Luna” lo que hice fueron dos arreglos de temas suyos. En el caso de “Isfahan” es una música que él hizo durante una gira por Turquia, creo. Yo allí hice un arreglo en varias tonalidades. En el caso de “Day dream” lo llevé para una cuestión más métrica. Es un tema en cuatro que yo hice en cinco, con unas claves que van cambiando en el medio. Esta bueno experimentar con los standards, no me gusta tanto hacerlos derechos.
¿En estos músicos jóvenes salidos mayormente de universidades, como Hetko, con sus 23 años, sigue estando ese componente negro que le dio vida al jazz?”
Yo creo que sí. Es que se pueden hacer cosas que tengan una raíz negra sin siquiera pensarlo. Y esto de las raíces como decíamos, vale también en otras músicas. No creo que Piazzolla haya pensado de qué manera iba a cambiar el tango. Lo hizo. Y su música reflejó lo que él era, lo que sentía en ese momento. En el jazz tenés el groove, la expresión, la rítmica. Y eso es negro. Por eso yo creo que el jazz viene de la batería. De la tensión que genera la cosa rítmica.
En “Luna” hay cinco temas tuyos. ¿Compones en la guitarra?
Compongo de muchas maneras. A veces compongo sólo con la cabeza. A veces me surge una melodía mientras voy en el auto. “Pintando días” fue una melodía que surgió después de ver un concierto de Saluzzi. Me fui a mi casa con esa melodía en la cabeza y cuando llegué la escribí. Cuando me senté a escribir ya tenía los acordes en la cabeza. Así compuse también “Mr T”, el tema que rinde homenaje a Thelonious Monk, que lo hice mientras iba en subte por Nueva York.
Es difícil comprender cómo se puede componer mientras se maneja un auto o se viaja en subte…
La música es un lenguaje. Yo no sé cuál es el proceso que hago internamente para hablar en este momento con vos. Para buscar y encontrar las palabras. Para armar las frases y que me entiendas. Quizás un científico pueda tener una explicación a esto, pero seguro que vos y yo no la tenemos. Y así es también con la música. Ocurre internamente. Obviamente que tenés que tener las herramientas, como las palabras para expresar tus pensamientos. Y eso que pasa cuando compones en un auto o en el subte, es lo mismo que cuando improvisas. Porque improvisar es una creación espontánea. Yo siempre recuerdo algo que decía Jim Hall. “Yo no soy un guitarrista, soy un músico que toca la guitarra”. Algo que yo comparto plenamente.
- Prisma
- Pintando días
- Luna
- Day dream (Strayhorn)
- Twilight
- Mr T
- Isfahan (Strayhorn)
Ale MASTERRRRRR