«Here and now», el cuarto disco de Barbie Martínez define tiempo y espacio. Un aquí y ahora, que lejos de lo estático, habla de un nuevo punto de partida. El inicio de un rumbo tan creativo como incierto. Con la cantante asumiendo su nueva faceta de compositora y una decena de temas propios en los que narra sus vivencias con delicada poesía.
A primera vista este disco tiene un ingrediente fundamental que lo distingue de tus trabajos anteriores. Sos autora de todos los temas. ¿Cómo surgió esa necesidad de cantar tus propias letras?
Lo de componer surgió de una manera más o menos espontánea. Cada vez que grababa un disco no faltaba quien me preguntaba si tenía temas propios. Y yo respondía siempre que no me sentía madura para componer. Estaba claro además que no quería hacer nada que no sintiera. Por otro lado pensaba que los compositores de standards tiene un nivel tan alto y una producción tan importante, que si quisiera podría seguir cantándolos toda mi vida. También pensaba que si en algún momento surgía en mí la necesidad de componer lo iba a intentar. No lo iba a reprimir pero tampoco quería forzarlo…
Y ese momento finalmente llegó.
Sí, claro. Hubo un momento en que me sentí más inspirada y pensé que quizás debería intentar darle lugar a eso. Al menos probar. Ver si podía expresar lo que sentía, lo que me pasaba. Todas las letras de este disco tienen algo que ver con experiencias de mi vida. No en aspectos puntuales ni en detalles, pero si como punto de partida. Y fue todo un desafío, porque no sólo es escribir una historia, lo que de por sí no es sencillo. Tiene que significar algo que me trascienda, que nos sea común. Tiene que tener poesía, rima, musicalidad.
Imagino un proceso largo. ¿Cuánto tiempo trabajaste en estas composiciones?
El proceso tiene no menos de tres años. La verdad es que no me animaba a mostrarlas todavía. Esperé un tiempo y un día se las mostré a Francisco Lo Vuolo. A él le gustaron y me dio el impulso necesario para grabarlas. Luego las compartí con Federico Álvarez y Gonzalo Beraza, que tocan en el disco. Ellos también me dijeron que si, que estaban buenas, que se podía trabajar con todo ese material. Todo se fue dando de una manera sincronizada…
¿Cómo fue eso?
Porque desde el momento en que me animé a mostrar las canciones justo se dio la oportunidad de participar en Instantáneas, el documental sobre el jazz local que se hizo el año pasado. Nos pidieron dos temas y entonces pensé en la posibilidad de hacer un standard y un tema mío, como una manera de probarlo. Así que fuimos a grabar para Instantáneas y probamos directamente en el estudio el nuevo arreglo que había hecho Fede Alvarez. Sin ninguna preparación previa. Y quedó súper bien.
¿Cuál era ese tema?
The taker, el primer corte del disco que es también, como te digo, el primer arreglo que hizo Fede. La verdad es que tuve la suerte de tener una comunicación muy fluida con él. Hablamos de qué se trataba la canción. Cuál era la historia que contaba, que es lo que yo quería expresar en esa letra. Para donde iba la energía del tema. Y él supo captar eso muy bien.
¿Qué buscaste expresar y cómo se lo comentaste a Federico?
Trata de un vínculo entre un tomador y un dador y todos sabemos cómo termina eso. Es un tema que tiene algo vertiginoso. La situación que narra ya terminó, pero la energía sigue siendo alta. La persona que sufrió tiene ahora una atención especial sobre ese tipo de relación. Por eso la letra dice “vos tomaste todo y te fuiste”, pero también admite: “fue mi culpa, yo te di todo”. Todo esto lo hablé con Fede, él lo plasmó en el arreglo y yo sentí que había entendido perfectamente el sentido de la letra.
¿La música siempre debe estar en sintonía con la situación que cuenta la historia, a tono con su dramatismo?
Quisiera creer que sí. Yo prefiero que exista una sintonía entre música y letra. Pero también es cierto que eso no existe en algunos standards históricos. Como por ejemplo Softly, as in a Morning Sunrise, un tema muy triste, que sin embargo mucha gente lo toca rápido, como si fuera algo alegre. En este caso la música es alegre, pero la letra no. All of me también es un tema bastante dramático. La letra dice algo así como “te llevaste lo mejor de mí y te fuiste” y sin embargo se lo suele cantar con un tono más liviano.
¿Esa aparente contradicción entre letra y música no habla de otro momento? Lo que cantaban las grandes artistas negras reflejaba su tiempo social. Situaciones hoy inaceptables, pero que hace 80 años estaban «naturalizadas»…
Y mirá por ejemplo un tema que cantaba Carmen McRae, Ain’t Nobody’s Bizness If I Do. En un momento dice algo como “si yo permito que mi hombre me pegue es un tema mío”. Son letras que tocan situaciones de aquel momento. Ahora sin tanto dramatismo como ésta, hay otras muchas que hablan de la mujer sola y triste en su casa porque el hombre la dejó y ella sigue esperando que vuelva….Loverman, Ain´t misbehavin, hay miles así…Es algo que hoy está fuera de contexto. Yo no canto esas canciones. Desde mi lugar trato de elegir aquellos temas que expresen lo que siento como mujer de esta época.
Volviendo a tus temas. Ya hablamos de las letras. ¿Cómo fue el proceso de composición de la música?
Bueno, yo no soy compositora. Así que lo que hice fue tomar estructuras armónicas y construir a partir de allí, con una melodía y una letra. Y así comenzaron a aparecer cosas. Incluso muchas veces sin tener la letra definida, pero si una idea acerca de lo que quería decir. Es notable como de la nada, del silencio, comienzan a aparecer cosas. Frases que se van hilando. Cierta melodía que se acopla. También sucede que podés trabajar muchas horas en un tema pero luego lo tenés que dejar porque sentís que algo no está. Algo que quizás encontrás un tiempo después. Y en cambio hay otras que salen casi de improviso, como Luisa, my dear, que le compuse a mi sobrina y no tardé más de diez minutos. Y no sabés de donde sale, pero sale.
¿Y en medio de ese proceso cuándo sabés con certeza que una canción está terminada?
Me hacés acordar de algo. Hace unos años, cuando yo recién comenzaba, le pregunté a Florencio Justo cuando terminaba la mezcla de un disco. Y Florencio me dijo que la mezcla termina cuando uno lo decide. En las canciones también hay algo de eso. Tenés que encontrar el equilibrio y sentir que hay algo que está como cerrado. Que está bien así. Y no hacer nada más que interfiera con la naturalidad del proceso. No forzar. Sacar la foto del momento y soltar. La música es un camino para toda la vida. Entonces si buscás mejorar y refinar, vas a poder hacerlo siempre. En tu próxima canción. En tu próximo disco.
Hablando de fotos del momento…¿Qué te pasa cuando escuchas tus discos anteriores?
En verdad hoy no escucho mis discos anteriores. Prefiero escuchar a los demás. Pero cuando los escuché sentí la felicidad de haberlos hecho. De haber podido plasmar el deseo. De saber que puse lo mejor que pude en cada momento. Ver que hice y sigo haciendo lo que me apasiona. La música trasciende a las personas y me alegra saber que pude aportar algo. Y me alegra también seguir haciéndolo.
Barbie Martinez. “Here and Now”.
- The Taker 02:55
- Every time you ask for more 02:21
- Maybe Next Spring 04:24
- Summer Breeze 04:03
- I never felt like this before 03:08
- I’m not in love with you 02:27
- Luisa, my dear 02:54
- Count on me 02:21
- Intimate Strangers 04:56
- You are a star 02:06
Barbie Martínez, voz y composición / Francisco Lo Vuolo, piano / Gonzalo Beraza, guitarra / Walter Filipelli, contrabajo / Sebastián Groshaus, batería / Mauro Ostinelli, saxo tenor / Federico Alvarez, saxo alto. Arreglos de Federico Alvarez (temas 1-8) y Gonzalo Beraza (tema 10).
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