Uno nació en Paysandú, Uruguay. Otro en la ciudad de Buenos Aires. El tercero es de Rosario. Tres procedencias geográficas distintas y también tres orígenes musicales diferenciados. Sin embargo, aquí están, juntos en un disco por primera vez, compartiendo el común desafío de la creación. El AMZ Trío sale a escena con «Partida», su primer disco bajo el brazo. Y la música comienza a cobrar vida.
El bajista Hugo Acuña, con su bagaje de candombe a cuestas, el guitarrista Gustavo Mange, que compartió con aquel el AMR Trío, y que supo perfeccionarse en los Estados Unidos con Pat Metheny y Mick Goodrick, y el baterista Ernesto Zeppa, cuya versatilidad le permite navegar distintas corrientes musicales; unieron sus deseos y proyectos, para conformar un trío atípico en la escena del jazz argentino actual.
Y esa necesidad conjunta cobró forma finalmente en «Partida», el primer disco del AMZ Trío, con un puñado de canciones que mixtura con acierto los sonidos rioplatenses con la impronta del mejor jazz.
A lo largo de 12 temas, el trío logra reafirmar una sólida identidad aún en la variada gama de su paleta y en los distintos paisajes que recorre su propuesta musical. Desde «Tonk», el primer corte del disco con sus aires de de candombe subrayados por Ricardo Nolé al piano, hasta el jazzero «Break a leg», con Juan Cruz de Urquiza en trompeta.
«El empujón», que con una inspirada Nora Sarmoria en piano lleva al AMZ por las corrientes del folclore; el sentido «El final del cielo», con la sutileza de Mangel en guitarra acústica y De Urquiza con un solo impecable; las raíces uruguayas de «Tierrita nomás» y la nostalgia hecha canción de «Duermete Emilio», con el piano de Mariano Palavecino, completan un cuidado trabajo pleno de buenos momentos.
Lejos del virtuosismo vacío que llena tantos discos, Acuña, Mange y Zeppa, comparten un viaje que invita a la compañía, sumando sus talentos individuales para conformar un todo de fuerte personalidad. Doce canciones, tres músicos y un disco pleno de sutilezas. Un buen trabajo, sin dudas. De esos que, como la vida, develan momentos nuevos en cada nuevo encuentro.