Como buena parte de la población, los artistas independientes viven días de desconcierto, ante la imposibilidad de actuar y generar los ingresos necesarios para mantenerse. Los músicos de jazz no escapan a ese escenario. Aquí Adrián Iaies, Ernesto Jodos, Juan Cruz de Urquiza, Juan Bayón, Pablo Ledesma, Mariano Loiácono, O´Bri, Camila Nebbia y Sebastián de Urquiza, suman su testimonio al de tantos otros artistas. Apostando a la creatividad en tiempos inciertos.
Días pasados la cantante Silvia Iriondo propuso que los gobiernos promuevan la apertura de algunos espacios para grabar conciertos sin público y que esos recitales sean luego emitidos por la Televisión Pública. “Sería una manera de seguir manteniendo una vida cultural para todos nosotros”, dijo.
Más allá de la viabilidad de esa propuesta puntual, lo cierto es que la pandemia y la necesidad imperiosa de cuidarnos, obliga por estos días a extremar la creatividad y buscar alternativas.
Alternativas que no solo significan la permanencia de la vida cultural, sino también la subsistencia de los artistas mismos, que en su totalidad ven reducidos sus ingresos de manera dramática.
El jazz, como expresión artística que es, no escapa a esa disyuntiva. El trompetista Mariano Loiácono evidenció esa preocupación. “A nosotros como músicos -indicó- nos afecta bastante en la parte laboral tanto en los conciertos como en las clases y eso se ve reflejado en nuestra economía, pero eso no es más importante que el bienestar de todos”.
Adrián Iaies, quien a principios de 2019 publicó Nikli Song, el disco a dúo con el trompetista, entregó una mirada similar, consultado por argentjazz. “Yo estoy guardadísimo porque, además, mi esposa está embarazada. Estamos esperando una nena para octubre, así que nuestras principales energías están puestas en eso. Nos ha costado mucho y ahora queremos enfocarnos en algo que es tan trascendente. Mientras sigo escribiendo música y estudiando el piano. Hay varios proyectos que quedaron por la mitad con todo esto, pero hay que estar preparado para cuando se vuelva”.
También Juan Cruz de Urquiza, cofundador del mítico Quinteto Urbano, líder de sus propios grupos y uno de los músicos de mas rica trayectoria en la escena local, elaboró consignas para afrontar este período de reclusión.
«Estoy dando clases de manera virtual. Básicamente eso, dice Jun Cruz. Pero los otros días se me ocurrió, como una especie de aporte a la comunidad jazzística. armar una clínica abierta y gratuita a través de Instagram. Es una clase de hora y media, en vivo, bien concisa. Ya emití una y estoy muy contento con la repercusión, con la llegada que tuvo. El lunes 30 saldré con la segunda».
El contrabajista Juan Bayón, uno de los músicos más requeridos de la escena local, no deja de observar que “la pandemia solo hace patente algo que ya estaba y que es la situación de desprotección total que tiene el músico profesional en este país y, con matices, en todo el mundo”.
Está claro, dice, que “la situación más preocupante es la de los músicos cuyos ingresos provienen completamente de tocar en vivo. Esta, dice, es una situación de la que me salí por razones que inocentemente no tenían nada que ver con la economía hace unos cuantos años. Obviamente mis ingresos se vieron recortados en un 100% en lo que tiene que ver con conciertos. Pero por otro lado tengo la suerte de tener trabajo docente en el Estado, y en forma particular. Y en esto último pasé todo a formato online. Creo que el problema va a ser la recesión inevitable que se viene”.
Por su parte Pablo Ledesma, el talentoso saxofonista radicado en La Plata, apuesta por estos días a la comunicación online con sus alumnos de la Universidad Nacional de La Plata. Pablo no se muestra muy optimista en relación con la propuesta esbozada por Iriondo, aunque la considera acertada.
“Nuestro país no tuvo nunca una red cultural fuerte y bien aceitada. Y aquellos que las tenían viene desmantelándolas desde la crisis del 2008. Además hay infinidad de rubros y trabajos freelance que sufrirán el mismo problema. Por supuesto que la iniciativa es buena, pero las actividades de performance como el teatro, la música, el fútbol sin espectadores, siempre me pareció un animal muerto”.
Como docente en La Colmena-Escuela de Músicos- de Córdoba Capital, el guitarrista Osvaldo Brizuela continua dando clases online junto a los demás profesores. “la respuesta de los estudiantes es maravillosa; ellos agradecen que no dejamos de dar clases y nosotros el conservar nuestra fuente de trabajo que más allá del dinero, es también un canal de creatividad y de afecto por construir una mejor realidad desde lo que amamos”.
Para O’Bri es inevitable hacer shows en vivo a través de las redes. “Los artistas no podemos quedarnos quietos en ese sentido. Por eso ya estoy organizando con otros cantautores e instrumentistas esa modalidad para compartir. Pero también creo que a nivel estado y gobierno sumaría el no cobrar monotributo y algunos impuestos a los artistas independientes o trabajadores monotributistas en general y sumar la mayor difusión de nuestras obras por los medios de comunicación. La situación socioeconómica siempre es complicada para el artista independiente y el desamparo en estos días se percibe y sufre más”.
Ernesto Jodos no se muestra por su parte muy consustanciado con la posibilidad de organizar shows por streaming. “La tecnología no es lo mío, le dice a argentjazz. Así que no me quedan muchas más opciónes que componer, estudiar, escuchar música o leer. Y trato de publicar los discos, las pelis o los libros que más me gustaron, como una manera de compartir. Mientras me pongo al día con subir cosas mías a YouTube y otras plataformas y a reflexionar acerca de muchas cosas, públicas y privadas. Mientras espero con muchas ganas el momento de poder charlar «en vivo» con mi hija y mis amigos”.
La pandemia obligó también a paralizar la actividad en el Falla, el Conservatorio donde Jodos dirige la tecnicatura en jazz y de la cual emergió la casi totalidad de la nueva generación en el país. “Por suerte, logramos tomar los exámenes de ingreso, así que está todo prácticamente listo para comenzar cuando todo vuelva a la normalidad”, señaló.
El avance del coronavirus no sólo obligó a poner en pausa la actividad que se venía desarrollando, sino que también desarmó proyectos inminentes y trajo incertidumbre a los futuros.
Tal el caso de la joven saxofonista Camila Nebbia, quien estaba a punto de viajar a Europa cuando comenzaron a cerrarse las fronteras. “Todo cambió a último momento y de golpe se pararon todos proyectos, todos los laburos que tenía en marcha. Ahora sólo me resta estar en casa, haciendo lo de siempre. Tocando y escribiendo y tratando de armar cosas para el futuro. Pero no mucho más”.
Desde Suiza, donde se encuentra en viaje de estudios, el contrabajista Sebastián de Urquiza intenta mantener en píe el proyecto Focusyear, que en un par de semanas tendrá su primer registro discográfico.
“El Focusyear, le explica Sebastián a argentjazz, es un grupo de ocho músicos de todas partes del mundo que recibimos semana a semana distintos artistas de primer nivel. El último fue Kendrick Scott, pero también recibimos a Kurt Rosenwinkel, Gerald Clayton, Larry Grenadier, Anat Cohen y Ingrid Jensen, entre otros. Con ellos trabajamos nuestras músicas y tuvimos conciertos conjuntos”.
“Mientras, sigo escribiendo música nueva con la idea de idea de armar un proyecto nuevo cuando vuelva a la Argentina. Ya tengo varias músicas, también algunas canciones para seguir profundizando cantar mis cosas; y pensando en hacer un grupo que involucre más músicos”.