Y una noche de esas que preanuncian la magia, las historias de la viuda, la tatuada, el yaguareté y las flores se adueñan del escenario del Roseti. Este domingo Eleonora Eubel presenta su nuevo disco, el quinto de su carrera, con Rodrigo Agudelo, Juan Bayón y Martín López Grande. Los mitos y paisajes de lejanas geografías se hacen música en las calles de la ciudad.
Fotografía en show: Catu HardoyDicen los que saben que un artista debe ser capaz de crear su propio público. Si esto fuera así Eleonora Eubel debería añadir también ese logro a su comprobada virtud como cantante y compositora. Y es que «Mestizada. Historias de la viuda, la tatuada, el yaguareté y las flores», el quinto disco como líder de Eubel, que este domingo se presenta en el Espacio Cultural Roseti, es claramente otro paso en el camino de búsqueda y desafío que caracteriza su carrera solista.
Desde su primer disco, «Full Moon», en el 2000, al que le siguieron el excelente «Esthesia» en 2003, «Espejos del agua» en 2006 y «Por el aire» en 2010, Eleonora se ha mostrado como una artista inquieta, de esas que se nutren de poéticas oscurecidas para traerlas a la luz con nuevas propuestas.
En «Mestizada», Eubel entrega doce canciones, once de su autoria, acompañándose al piano junto a una banda envidiable, Martín López Grande en batería, Juan Bayón en contrabajo y Rodrigo Agudelo en guitarras, arreglos y producción.
A lo largo de este repertorio, la cantante vuelve sobre una temática que con derecho siente como propia, y que ya había conformado la esencia de sus anteriores trabajos. El folclore hermanado con el jazz, los paisajes lejanos que regresan como fantasmas nostálgicos y los antiguos mitos que rejuvenecen hoy, en su canto intimista y convincente.
