Leonardo Piantino y Las Ratas Calientes transitan por estos días la escena rosarina con una propuesta audaz. Recrear la música de Frank Zappa con arreglos propios y una cuidada instrumentación. Al frente de su octeto, el saxofonista culminó así un largo proceso de estudio y adaptación de la obra del norteamericano, para llevarla a un lenguaje más emparentado con el jazz. «Nunca pensamos que iba a ser tan bien recibida», dice Piantino, quien ahora sueña en poder mostrarla en distintos escenarios del país.
El próximo diciembre se cumplirán 22 años de la muerte de Frank Zappa, uno de los músicos más influyentes e inclasificables del siglo XX. Muchos siguen aún hoy escuchando sus discos. Otros volverán sobre la fecha, como quien regresa a un viejo amor. Algunos, los más jóvenes, lo descubrirán casi sin proponérselo y se sumarán a las filas de los fans cuando los medios se hagan eco del nuevo aniversario. Es que la devoción admite distintos caminos. Pero Leonardo Piantino eligió uno de los más difíciles: recrear la música del genio norteamericano en clave de jazz.
El saxofonista, docente en la Escuela Municipal de Rosario, dedicó muchas horas y sus mejores esfuerzos para transcribir y arreglar distintas obras de Zappa y poder llevarlas a un escenario. Con esa finalidad formó además un octeto, al que bautizó «Las Ratas calientes» y con el que viene cosechando elogios y aplausos por partes iguales. Ahora Piantino sueña con poder llevar la música de Zappa a otros puntos del país.
¿Que te impulsó a recrear con una mirada jazzera una música tan compleja como la de Zappa?
La mirada jazzera tiene que ver con mi propia manera de concebir la música, tanto desde los arreglos y la manera de tocar como desde la composición cuando trabajo con música propia. Armar un grupo para interpretar Zappa era un proyecto que había planeado ya unos años antes de materializarlo. Algo que pensaba hacer aunque me frenaba la dificultad de llevarlo a cabo y también tener otros proyectos que me ocupaban en esos momentos. Pero cuando finalmente me decidí a hacerlo y empecé a poner las primeras notas en el papel y a proponérselo a los músicos me di cuenta que esto era un megaproyecto que me llevaría tiempo.
¿Y cómo lo recibió la gente?
Muy bien. Yo no esperaba el apoyo que tuvimos del público y la expectativa y el interés que genera este grupo. Cuando hicimos nuestro debut pudimos tocar durante muchas semanas seguidas con llenos totales lo cual para un grupo que tenga algo que ver con el Jazz en la ciudad de Rosario no es para nada usual. Ya vamos por el tercer año y en nuestra última fecha también colmamos la capacidad de una de las salas grandes de nuestra ciudad, con mucha gente que se quedó sin entradas. Creo sinceramente que la propuesta es interesante, original y de calidad y no hemos visto aun cual es su techo de convocatoria. Funciona muy bien con distintos tipos de público: el del jazz, pero también el del rock. Conocedores y fanáticos de la obra de Zappa, así como también gente que no conoce en absoluto su música y llega convocada por la instrumentación y el sonido del octeto.
¿Considerás que su música está ligada en cierta forma con alguna tradición jazzera?
Cuando yo descubrí a Zappa lo consideraba parte del jazz. Entendiendo el jazz con una concepción muy amplia. Siempre recuerdo que cuando comencé mis estudios de música y me puse a investigar los diferentes estilos, leí el libro «El Jazz» de Joachim Berendt. Allí aparece Zappa mencionado en el capítulo sobre las big bands. Entonces salí a buscar sus discos, motivado por la descripción que allí aparecía. En aquel momento te digo, para mí no había diferencias entre la música de Zappa o lo que hacían gente como Miles Davis o Charlie Mingus.
¿Y ahora seguís pensando igual?
Hoy creo que desde hace mucho el jazz está lleno de cosas inclasificables que uno dependiendo de su propia definición puede considerar parte del jazz o no. Zappa no es un compositor directamente relacionado con el idioma del jazz, aunque sí con muchos, muchos puntos de contacto. Y mi proyecto en particular acentúa la conexión con el jazz ya que casi todos en el grupo venimos de allí.
¿Qué fue más complicado o más sencillo al momento de arreglar esta música para tu grupo?
Lo más sencillo a la hora de arreglar es la cantidad casi infinita de obras disponibles para elegir, entre las cuales uno puede buscar y siempre encontrar varias que se ajusten a una situación determinada que quiera proponer en un arreglo. La tensión entre exigentes partes escritas con espacios abiertos para solos e improvisación grupal´, que siempre me gusta buscar en mis arreglos, se da naturalmente en la mayoría de sus obras. Así que el trabajo de arreglo es en este caso más de adaptación a la formación instrumental y a nuestro grupo en particular.
¿Y lo más complicado?
Lo complicado, aunque también apasionante, es transcribir toda la música escrita por Zappa a partir de las grabaciones, ya que no hay transcripciones de la mayoria de los temas. Dependiendo de cuál sea el tema, este proceso puede ser muy largo. El primer tema que arreglé para el grupo fue «Inca Roads». Me llevó más de un mes hacer la transcripción y el arreglo y para cuando terminé me di cuenta de que la música tal como había quedado era muy difícil de tocar. Tenía haber algo más sencillo para que el proyecto sea viable. Ahora trabajo así para ir armando el repertorio y mantener al grupo motivado. Alterno uno difícil con uno más sencillo. Ya tenemos 11 temas ensayados y tocados, más de dos horas de música.
¿Al hacer los arreglos, cambió la consideración que tenías como oyente?
Me pasó que al transcribir y estudiar en profundidad los temas descubrí muchas cosas que me hicieron apreciarlo aún más como gran compositor. El uso de múltiples variaciones o desarrollos de una pequeña idea, para construir una obra larga; donde todo lo que aparece tiene alguna relación con el material inicial. A veces encontré cosas que me llamó la atención no haberlas percibido nunca desde la audición, a pesar de venir escuchando su música por casi 20 años.
¿Por ejemplo qué cosas?
Por ejemplo una melodía exactamente igual nota por nota a otra que ya había aparecido antes, solo que modificada y desplazada rítmicamente y que parece distinta al escucharla. Fue también curioso para mí como a pesar de no ser jazz y haber sido compuestas entre el 65 y principios de los 90, las músicas originales utilizan un montón de elementos propios del jazz moderno y de las maneras en las que se toca y se compone jazz hoy. Solos sobre estructuras con compases irregulares, o métricas constantemente cambiantes, modulaciones métricas, solos completamente free rodeados de música meticulosamente escrita. También solos sobre vamps compuestos a partir del desarrollo de motivos derivados del resto de la composición. Desde el punto de vista de las armonías, un uso extensivo de simples estructuras constantes superpuestas sobre distintos bajos, formando una paleta de colores totalmente reminiscente de las usadas en muchos estilos del jazz de las últimas décadas.
¿Zappa es un artista vigente o crees que el paso del tiempo afectó de alguna manera su obra?
Para mí es uno de los más grandes genios de la historia de la música. Único y original. Muy poquitas de sus cosas tuvieron fecha de vencimiento. Quizás algo de lo que hizo en los 80s, más ligadas a la coyuntura política o cultural de su país. Algo del sonido de los sintetizadores de esa época suenan viejos hoy día. El resto, el 99% de su obra diría yo, estará vigente siempre.
¿Vas a grabar esta música o tenés algún proyecto por fuera de Zappa ?
Este grupo existe pura y exclusivamente para tocar la música de Zappa. No está en los planes grabar un disco con este material, pero si tocar en vivo lo más posible. Y esperamos poder hacerlo en otros lugares del país. Ver este grupo en vivo es verdaderamente algo diferente, pero al no ser música original, no siento la necesidad de hacer un disco. En algún momento puede que quiera volver a tocar y grabar mi propia música original, pero no por ahora.
Leonardo Piantino, saxos alto y soprano, flauta, arreglosJulio Kobryn, saxo tenor, clarinetes bajo y soprano
Bruno Lazzarini, trompeta y flugelhorn
Andres Riba, trombón
Mariano Ruggieri, teclados
Emanuel Marquiore, guitarra
Tutu Rufus, bajo Sebastian Mamet, batería
Que pena que no tengan pensado grabarlo!