“La música es mi vida”, dice Gustavo Bergalli, como si hiciera falta que lo aclare. Lo cierto es que el músico, con un pie en la Argentina y otro en Suecia, comenzó a transitar un año de intensa actividad. Marzo lo verá al frente de su quinteto en el BeBop y armando una orquesta para la próxima visita al país de la compositora sueca Ann-Sofi Söderqvist. También programa su actuación en el Festival de Jazz de Sudáfrica en junio de 2015 y piensa futuros proyectos junto con su amigo Joe Lovano.
Gustavo Bergalli vivió durante 30 años en Suecia y aún mantiene fuertes lazos con aquel país, al que vuelve cada año para realizar giras como trompeta solista de la Stockholm Jazz Orchestra. Quizás sea precisamente aquella influencia nórdica la que lo lleva a programar su agenda con una anticipación que resulta utópica para cualquier argentino que se precie.
Pero Bergalli no se amilana. El 5 de marzo llevará su quinteto al escenario del BeBop con nuevo repertorio de su autoría. Mientras prepara la orquesta que a partir de mayo pondrá a disposición de la directora y compositora Ann-Sofi Söderqvist, quien vendrá especialmente para tocar su música al frente de esa formación.
Un mes después Bergalli viajará a la ciudad de Grahamstown, en Sudáfrica, para actuar en la edición 2015 del National Youth Jazz Festival, donde además dará dos masterclass; mientras prepara sus proyectos para el final del año y el comienzo del 2016, los que incluirán una estrecha colaboración con su amigo Joe Lovano.
Con una agenda tan surtida lo mejor es comenzar por el principio. En pocos días vuelve al BeBop con tu nuevo quinteto ¿Qué música va a hacer allí?
Es jazz moderno. Son todos temas míos, escritos últimamente, y que estamos haciendo con este quintero, que me tiene realmente muy contento. Ya hicimos días atrás una fecha en Notorious y ahora vamos a estar en el BeBop y luego, sobre finales de marzo, el sábado 21, en Blackman, el nuevo boliche que, como sabés, homenajea al querido “negro” Gonzalez. Allí estaremos entonces con Juan Pablo Hernández, un excelente guitarrista, Carlos Álvarez en el contrabajo, Alan Zimmerman en piano y Sebastián Groshaus en batería.
¿Hay tango en este repertorio?
No. Sólo jazz moderno. Esto no quiere decir que haya abandonado el tango. Imposible. Está en mi adn. Pero tenía ganas de probar otras cosas. Hacer una música que había escrito y además tocar con esta gente, todos músicos jóvenes y muy talentosos.
Y en mayo con orquesta, directora sueca y usted como solista…
Si, ese también es un proyecto inmediato y muy lindo. Invitamos a Ann-Sofi Söderqvist, una compositora, directora y trompetista sueca. Una mujer muy talentosa y con mucho prestigio en su país. Te diría algo así como la María Schneider sueca. Ella escribe un jazz muy actual, con mucha personalidad. Es una artista premiada en todos lados. Un verdadero talento. Y su música es muy buena, muy moderna y original. Para esta actuación estoy armando una orquesta, toda con músicos argentinos. Yo voy a ser la trompeta solista Ann-Sofi la va a dirigir. Vamos a hacer toda música de ella. Ya tenemos dos fechas previstas, el 15 y 16 de mayo en BeBop y estamos viendo que otra podemos agregar en algún otro lugar. Estoy trabajando en eso y también en el armado de la orquesta.
Me imagino un trabajo arduo, armar una orquesta desde cero para tocar una música muy personal.
Si, realmente es un trabajo arduo, pero apasionante. Acá hay muy buenos músicos, pero hay que integrarlos y hacer que suenen de determinada manera. Pienso incluir alguno de los que integran mi quinteto. Pero si, como te digo hay que trabajar. No es sencillo por ejemplo, encontrar un baterista para una orquesta.
¿Por qué razón?
Porque no es lo mismo un baterista de un combo que el de una orquesta grande. Hay que tener cierta especialización. Hay que conocer bien como es el tema. El feel, la acentuación, es todo un tema. Aquí, por razones obvias, no hay muchos bateristas que tengan experiencia en orquestas grandes. Pero hay algunos, así que veremos.
¿En quién está pensando?
No tengo nada definido por el momento. Hay un baterista muy bueno en la Anonymous Big Band. Es controlado, lleva bien, tiene punch. También me gusta mucho el baterista de la Boris, el “chino” Piazza, un músico muy bueno y con mucha experiencia en orquesta. Los que sucede es que el baterista y la primera trompeta son fundamentales en una orquesta grande. Son los que llevan al resto. Tienen que funcionar bien.
¿Y con Suecia hay más proyectos?
Sí, estamos pensando algo en 2016 con la Orquesta de Jazz de Estocolomo, con la que toco desde hace muchos años. Tenemos un proyecto para hacer tangos con dirección y arreglos de Jim Mc Neely, uno de los grandes arregladores actuales. La idea es armar algo con orquesta y dos solistas, que seríamos Joe Lovano en saxos y yo en trompeta. Antes de eso, estábamos charlando con Lovano de armar algo antes nosotros. Un cuarteto para ir preparando la cosa. Estamos conversando sobre esto.
Es llamativo el lugar que ocupa el jazz en Suecia, una cultura que uno imagina sin relación con una música nacida marginal y por años despreciada en su propio país de origen…
Pero no te olvides que Louis Armstrong ya apareció por Suecia en los años 30, su mejor época. Lo mismo Duke Ellington. Conocieron a los mejores en su mejor momento. Además ellos, los suecos, no tienen música propia, entonces adoptaron el jazz como propio. Y por eso tienen grandes músicos y grandes arregladores. Además, y esto no es un dato menor, hay mucho apoyo del Estado. Pensá que hay más de cien clubes de jazz en un país de nueve millones de habitantes y todos tienen respaldo económico del Estado. Obviamente que lo que domina la escena es el rock y el pop, pero el jazz tiene su presencia y su público. Es una música ya integrada a la sociedad. Está la Federación Sueca de Jazz, el Archivo Nacional del Jazz, en el que tenés cosas increíbles.
¿Qué es eso del Archivo Nacional del Jazz?…
Si lo ves te morís. Es todo un piso enorme, en un edificio de grandes oficinas. En pleno centro de Estocolmo. Con distintas secciones y todo lo que quieras. Tiene todos los discos que te puedas imaginar. Encontrás los arreglos de Elington, de Mingus, de quien quieras. Libros de todo el mundo sobre jazz, instrumentos, entrevistas grabadas con todos los grandes que pasaron por Suecia, las cartas que Armstrong o Duke le mandaban a sus amigos suecos… una locura. Y todo al alcance de quien quiera. Por eso te digo, Suecia fue siempre muy receptiva al jazz. Pensá en Charlie Parker. El único país en el que grabó fuera de los Estados Unidos fue en Suecia. Y eso es por la manera en que él se sentía allí y como lo trataban…
¿Ese apoyo también se da para los músicos locales?
Si, totalmente. Hay apoyo económico para que puedas producir tu obra. Lógicamente que primero es evaluada, para ver si tiene valor. Todas estas cosas tienen un Comité de Selección. También te apoyan para hacer giras por el país y para viajar al exterior. Yo vine tres veces a Sudamérica con mi quinteto representando al jazz sueco.
Viviendo 30 años en el país, habrá tenido ocasión de tocar con grandes músicos…
Te diría que me he dado grandes gustos. Toqué con los mejores músicos de Suecia, que los hay y muy buenos. Con muchísimos argentinos, de todos las generaciones. He tocado con Dizzy Gillespie. Compartí escenarios con Don Cherry, que vivió con su familia en Suecia; con Phill Woods, Hank Jones, Dave Murray, Warne Marsh…lo conocés?
Sí claro, el tenor del grupo de Lennie Tristano, con Lee Konitz…
Bueno, con Lee Konitz grabé un disco también. “Dedicated to Lee”, en 1983, con el grupo del pianista Lars Sjösten. Fue un disco en homenaje al saxofonista Lars Gullin. Por ahí debe andar. Pero bueno…esa es una historia para otra nota…
Gustavo Bergalli Quinteto Sábado 5 de marzo BeBop Club Moreno 364. Tel. 4331-3409 Gustavo Bergalli, trompeta y dirección Juan Pablo Hernández, guitarra Alan Zimmerman, piano Carlos Álvarez, contrabajo Sebastián Groshaus, batería