Diez años después de aquel «Memorial. Steve Lacy», un disco que ya alcanzó categoría de «clásico», Pepe Angelillo y Pablo Ledesma cierran con un nuevo trabajo la trilogía que habían continuado con «M&M» en 2011. El punto final de esta serie es «Hommage», una cuidada selección de temas de Herbie Nichols, Misha Mengelberg y Mal Waldron; con la mirada profunda y nada complaciente del dúo platense. Si bien hay discos que sólo son el reflejo de un instante; hay otros, unos pocos, destinados a permanecer por siempre en la memoria emotiva. Allí está «Hommage», en muy buena compañía.
En la primera semana de marzo de 2007 Pablo Ledesma y Pepe Angelillo grababan en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de la Plata «Memorial. Steve Lacy», un disco que, quizás sin proponérselo, resultó un hito en su posterior búsqueda estética y musical. A este le siguió en 2011 un segundo registro, donde nuevamente el dúo de saxo y piano renueva el desafío, y se lanza a explorar el universo de Charles Mingus y Thelonious Monk. El resultado: «M&M«, un nuevo trabajo de esos que se atesoran.
Ahora, exactamente diez años después de aquel primer «Memorial», Angelillo y Ledesma cierran la trilogía con un nuevo registro, el excelente «Hommage», en donde el pianista y el saxofonista se lanzan a la búsqueda de nuevas sonoridades, visitando autores injustamente relegados, como Herbie Nichols, Misha Mengelberg o Mal Waldron, para entregarlos con una mirada renovada .
En el primer disco de esta serie el homenajeado fue Steve Lacy. En el segundo Thelonious Monk y Charles Mingus y en este tercero son cinco autores.¿Con esta variedad, por qué dicen ustedes que a los tres discos los une la figura de Lacy?
Pablo Ledesma. Es que Lacy traspasa a casi todos, ya que tocó con la mayoría de los autores homenajeados en los tres discos. Con algunos de ellos quedaron grabaciones editadas y no editadas, y con la mayoría compartió escenario y amistad.
Pepe Angelillo. Si. Su figura es la que nuclea el concepto de la trilogía de estos trabajos. Además consideramos que es el músico integral que interpretó el concepto de jazz con la mirada más periférica y más concretamente con la libre improvisación, que en mi caso estoy comenzando a investigar desde hace un par de años, a partir del disco «Orillas».
¿Cómo seleccionaron los autores para este tercer disco de homenaje?
Angelillo. Fueron sugeridos por Pablo y el material lo puso él. Tenemos una manera muy piola de trabajar porque potenciamos lo mejor de cada uno. El es un gran investigador de formas nuevas o poco tocadas y yo he aprendido a buscar en estas formas la manera de que el dúo maneje la suya propia. Entender estéticamente lo que queremos decir y tratamos de no caer en lugares comunes. Con músicos poco conocidos es más sencillo. Ahora con músicos de la talla de Monk y Mingus hay que tratar de ir por lo menos tocado y escuchar.
Ledesma. Partimos de la idea de tocar composiciones de Misha, que es un músico que siempre me despertó curiosidad por el abordaje humorístico que hace de las composiciones y el estilo desenfadado de sus improvisaciones. Los demás fueron apareciendo naturalmente, ya que tienen muchos puntos en común. Y fundamentalmente son autores poco repasados en estos lares.
De los cinco compositores reflejados en este homenaje, ¿con cuál se sienten más identificados y por qué?
Ledesma. Todos me llegan de manera similar, pero ante esta pregunta específica me inclino por William Parker. Quizás porque aún vive, está en plena actividad y produciendo incansablemente música de alta creatividad. En fin, es un poco mayor que yo y vive mi tiempo, además tuve oportunidad de compartir escenario y charlar algo con él en su visita del año pasado.
Angelillo. En mi caso con Mel Waldron. Un pianista y un compositor excepcional no reconocido y valorado como lo que es. Mengelberg fue entrando en mi universo a medida que fui transitando el hacer del disco. Su música es tremendamente compleja y a la vez tiene una sencillez que es muy difícil interpretar. Es un oximoron musical por así decirlo. Es sencillamente dificultoso. Y con Nichols fue mi primera experiencia, paradójicamente el mas cercano al jazz. Es un pianista de una talla muy importante y yo descubrí a un compositor que tiene una riqueza enorme. Fue con quien más dificultades tuve para lograr una ermenéutica al servicio de su música.
Pepe, con toda tu experiencia como pianista, sentís que descubriste o aprendiste algo nuevo al hacer estos tres discos de homenaje?
Angelillo. Lo que yo descubrí o confirmé es que el espíritu que Monk le legó al jazz en general y a la improvisación en particular es enorme. Tal vez por ser pianista se note más su influencia que en Mingus. Pero los tres, junto con Lacy, tenían la convicción de no ir por lugares comunes, evitar lo que todo el mundo «espera» que se escuche. Y eso los hace más interesantes.
Mientras grababan este disco, en Amsterdam moría Misha Mengerlberg. ¿Qué podrían decir de él para quien no lo conocía o tenía una vaga referencia?
Ledesma. Que el mundo está lleno de gente talentosa. Abran los oídos y practiquen la curiosidad!! A través de mis años como consumidor de música me encontré con cosas de infinito valor de todas las regiones del mundo. Lamentablemente solemos consumir sólo lo que las grandes corporaciones ofrecen.Nos inundan con sus productos y no somos capaces de investigar un poco más allá de nuestra nariz.
Angelillo. En lo personal, si bien se sabía que Mengelberg estaba muy enfermo y ya no tocaba, sentí una profunda tristeza. En lo musical descubrí a un músico integral, excepcional. Uno de esos adelantados que la vanguardia debe recordar por siempre.
Luego de escuchar el disco, me queda la sensación de que son precisamente en sus temas en los que el dúo con Pepe «vuela» más alto. ¿Cómo lo sentís vos Pablo?
Ledesma. Es que la premisa fundamental de Misha es que sus composiciones no son para ser tocadas como están escritas, son sólo puntos de partida para ir al lugar donde te lleven. Obviamente, cualquier música en la órbita de la improvisación puede ser abordada de esa manera, pero él es muy específico en eso. El caso de Nichols o Waldron por ejemplo, es distinto porque están más enraizados en una época y un estilo que ha quedado como modelo.
¿Está en lo cierto quien piensa que los músicos seleccionados para este «Hommage» no han tenido el reconocimiento que su talento merecía?
Ledesma. Bueno, eso ocurre con la mayoría. Como decía el Chivo Borraro, el jazz es como el crimen, no paga! Pero en cierto sentido lo han tenido… fíjate vos que acá, en el fin del mundo, estamos tocando sus composiciones.
Para el final una pregunta antipática para los dos….¿Cuál les gusta más de los tres discos de esta serie de homenajes del dúo?
Angelillo. Es difícil decir cual me gusta más. Si me apuras te digo «Memorial», por la condición operativa en la que la grabamos. «MyM» fue sin darnos cuenta porque fue un concierto en vivo que tiene otro tamiz. Y este «Hommage» pasó por varias etapas de trabas, que suele ocurrir con cualquier trabajo. Te diría que tardó mucho más tiempo que el que teníamos pensado y tal vez esa dilación hizo que aun no lo tenga incorporado como los anteriores. Esta música la hemos tocado muchas veces antes que el disco saliera y es raro para mí. Saber que tengo que presentar algo que recién está terminado como producto, cuando venimos tocando esa música desde hace más de un año y medio. Pero la verdad es que los tres discos me provocan un inmenso placer, orgullo y respeto. Soy un afortunado por poder recrear música de estos grandes artistas.
Ledesma. Los tres persiguen una estética similar. Quizás el más convencional sea “M&M” por el hecho que Monk y Mingus son dos tótems; pero uno siempre se queda con el más maduro, y creo que es este último.