Si bien se puede pensar como Frank Zappa, que «hablar de música es como bailar sobre arquitectura», no es menos cierto que el jazz y la palabra escrita han formado una sociedad productiva, ideal para alimentar una buena biblioteca o incentivar a quien aún no la tiene. Aquí algunos títulos imprescindibles para comenzar a poblar los estantes con buenos textos jazzeros, ideales para la dama y el caballero en tiempos de pandemia.
El historiador Eric Hobsbawm decía que el jazz sustituyó en su vida al primer amor. Y así lo mostraba en las columnas que firmaba en el semanario The New Statesman con el seudónimo de Francis Newton o en los escritos jazzeros de su libro Gente poco Corriente. ¿Habrá sentido lo mismo Julio Cortázar al escribir sus textos sobre Clifford Brown o Thelonious Monk en La vuelta al dia en ochenta mundos? O acaso no fue su pasión musical la que motivó El perseguidor, el magistral cuento en el que toma a Charlie Parker como inspiración para un ficticio Johnny Carter.
Lo cierto es que, más allá de estos ejemplos emblemáticos, mucho es lo que se ha escrito sobre y alrededor del jazz. A través de cuentos, novelas, relatos, historias o ensayos, el jazz ha motorizado siempre esa hermandad entre una música que nació libre y la libertad de la palabra. Y muchos también son los textos que dan cuenta de ello. Porque no pensar entonces que quizás sea este, el año en que vivimos en peligro, un buen momento para iniciar o fortalecer nuestra biblioteca jazzera. Pasen y lean.
Quizás no sería desacertado para comenzar hacerse del iniciático Cómo escuchar jazz (2017), donde el crítico y músico Ted Gioia expone su propio proceso de audición. El norteamericano circula también por las librerías con su documentada Historia del Jazz (2012) y con sus detallada recorrida por el cancionero americano con El canon del jazz. Los 250 temas imprescindibles (2013); todos editados por Turner.
Pero si de historia se trata, el libro que continúa siendo una fuente inagotable es El jazz. De Nueva Orleans al Jazz Rock de Joachim Berendt. Publicado originalmente en 1953 pero actualizado en varias ediciones, entrega con un lenguaje claro y ameno una precisa y documentada cronología.
Para los ya iniciados son recomendables los textos sobre aspectos puntuales del universo musical. Como el excelente Miles Davis y Kind of blue. La creación de una obra maestra de Ashley Kahn (Alba 2002), en la que el crítico del New York Times da detalles poco conocidos de la grabación que en 1959 sentó las bases del jazz modal. Ashley Kahn es autor además de El sello que Coltrane impulsó, la historia del innovador Impulse Records, que favoreció la difusión de nuevas voces a partir de los años 60s.
También abundan las biografías, como Coltrane. Historia de un sonido de Ben Ratliff (Global Rhythm. 2010), que analiza el legado y la influencia del saxofonista y Louis Armstrong de James Lincoln Collier (Javier Vergara. 1987), que testimonia la vida de Satchmo, nacido en Nueva Orleans y muerto en 1971 en Nueva York; luego de haber puesto los cimientos del jazz como un arte fundamental del siglo XX.
Lincoln Collier es autor además de una biografía de Duke Ellington, aunque si se quiere indagar en la vida del «Duque» debería leerse El mundo de Duke Ellington de Stanley Dance (Editorial Leru.1973). Tiene especial interés allí el capítulo Diario de una gira con los shows de Ellington en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay en 1968. Dance, quien siguió a Ellington por varios países, destaca el concierto debut del 5 de septiembre en el Gran Rex: «Es un éxito tremendo. El público es entendido y la reacción cálida y emotiva», dice. Luego, desde Córdoba, reporta que el saxofonista Johnny Hodges, solista fundamental de la orquesta, escribirá un tema en homenaje a la cerveza Rio Segundo, a la que define como la mejor del mundo.
Al terminar la gira, que incluyó Tucumán y otro show en Buenos Aires, Ellington deja una declaración que Dance transcribe. «Ha sido una experiencia tremenda. Mucho más imponente de lo que jamás había imaginado y nunca la podré olvidar. Me han recibido con tal calidez que estoy anonadado y no sé cómo expresar mi agradecimiento. Quizás pueda hacerlo con música más adelante». El Duque volvería al país por última vez en 1971.
Son interesantes también las biografías de Thelonious Monk de Laurent de Wilde, (Gallimard. 1996), Vida y música de Bill Evans de Peter Pettinger (Global Rhythm. 2007) y el más reciente Carla Bley de Amy Breal (Templo en el oído 2016), que analiza la obra de la canadiense. Menos recomendable en cambio es Bird, la biografía de Charlie Parker de Ross Russell (Ediciones B. 1989), calificada como «tendenciosa» por la crítica. Para quienes busquen información más fiel sobre el impulsor del Bebop es aconsejable Nostalgia de Charlie Parker de Robert Reisner (Global Rhythm .2009), que recopila la opinión de músicos que tocaron con Bird, a quien el crítico Steve Voce definió como «el genio más ingobernable desde Van Gogh».
Suman su aporte a esta posible biblioteca las autobiografías Miles (Ediciones B 1991), donde el polémico trompetista le cuenta su vida al escritor Quincy Troupe, Lady, sings the blues (Tusquets 1988), de Billie Holiday, escrita junto al pianista William Dufty; y Como si tuviera alas, las memorias perdidas de un atormentado Chet Baker (Mondadori. 1999). Y por cierto Una vida ejemplar, (Global Rhythm 2007), el irónico título que utilizó Art Pepper para sintetizar sus logros musicales y sus caídas personales; que incluyeron años de prisión en San Quintín por posesión de heroína.
Tampoco deberían faltar los textos del francés Boris Vian recopilados por Grech en 1984. Estos Escritos sobre jazz agrupan lo que el autor de La espuma de los días, publicó entre los 40 y 50s. En el primer tomo los textos para las revistas Jazz Hot y Combat y en el segundo notas para fundas de discos y varios inéditos. «Vian estaba enamorado del jazz» recuerda su amigo el cantante Henri Salvador en el prólogo de la edición española.
El estante puede completarse con Jazz de Nat Hentoff (Pomaire.1982), con perfiles sobre músicos, la Guía Playboy de Jazz de Neil Tesser (Emecé 2000) y Pero hermoso. Un libro de jazz de Geoff Dyer (Random House. 2014), con ocho historias imaginarias, basadas en anécdotas reales.
Dentro del territorio del ensayo es imprescindible Black Music. Free jazz y conciencia negra (Caja Negra.2013) de Amiri Baraka, con textos publicados entre 1959 y 1967, donde el escritor asiste al momento en el que el free comienza su camino como expresión rebelde de la cultura afroamericana. Amira Baraka, nacido como LeRoi Jones en Nueva Jersey en 1934 y fallecido en la misma ciudad en enero de 2014, fue un poeta, ensayista y dramaturgo, con una activa vida política en los 60s.
Baraka dirigió la editorial Totem Press, en la que debutaron Jack Kerouac y Allen Grinsberg y dio testimonio crítico sobre los nuevos tiempos. «La mayoría de los críticos de jazz han sido americanos blancos. Los músicos más importantes no», decía y hundía más el cuchillo en las entrañas del racismo y la segregación. «Una de las cosas más incomprensibles de los Estados Unidos es el hecho de que a pesar de su perfil esencialmente despreciable, todavía exista aquí tanta belleza».
En 2017 la editorial Letra Sudaca incorporó una excelente recopilación del crítico Ben Sidran: Talking Jazz. Una historia oral, en la que se transcriben algunas de las decenas de entrevistas que logró en su programa radial Sidran on Record, entre las que destacan las de Keith Jarret, Sonny Rollins, Miles Davis, Paul Motian o Don Cherry. En 2019 esta editorial de Mar del Plata editó otro imperdible, Miles por Miles. Un recopilado de entrevistas y encuentros con Miles Davis entre 1957 y 1998, ideal para quien quiera profundizar en el pensamiento del Príncipe de las tinieblas.
En esta recorrida también hay libros de autores argentinos. En las librerías de usados pueden conseguirse Jazz Criollo y otras yerbas, del crítico Walter Thiers ola recopilación de textos periodísticos que publicó bajo el título Blues + Jazz en 1995, ambos por Corregidor. De edición más reciente es Oscar Alemán. La guitarra embrujada de Sergio Pujol (Planeta. 2016), una biografía del argentino que deslumbró a Josephine Baker. Pujol, un estudioso del fenómeno musical, es autor también de Jazz al sur, que con dos ediciones (Emecé 1992 y 2004), es una referencia ineludible sobre los inicios y el desarrollo de esta música en la Argentina.
También destacan los dos tomos de Memorias de un ladrón de discos de Carlos Sampayo (Norma 1999 y Gauderio 2013) donde el crítico recrea con humor y talento, la conformación de su propia discoteca y El sonido de los sueños de Diego Fischerman (Random House, 2017), en el que si bien el autor aborda otros géneros, no deja fuera al jazz y sus protagonistas; tal como lo había hecho en obras anteriores, como Efecto Beethoven de 2004 y Escritos sobre música de 2011; ambos de Paidós.
En 2015 Gourmet Musical editó Jazz argentino. La música negra del país blanco, de la investigadora Berenice Corti, un elaborado análisis de los procesos de significación social e identidad vinculados con la música popular y en 2019 hizo lo propio con Grandes del jazz internacional en la Argentina, de Claudio Parisi, con anécdotas de las visitas y actuaciones de las figuras históricas entre 1956 y 1979.
En 2018 la editorial rosarina Homo Sapiens editó el primer volumen de Gente con Swing, un recopilatorio de notas realizado por el periodista Horacio Vargas que reúne textos jazzeros de Juan José Saer, Cesar Pradines, Jonio González, Juan Sasturain, Pablo Ginaiera, Marcelo Cohen y Humphrey Inzillo entre otros. Dos años después y en plena cuarentena, llegó a las librerías el segundo volumen de esta Gente con Swing, en la que Vargas vuelve a reunir más textos de autores diversos, entre los que se cuentan Julio Cortázar, Boris Vian, Adrian Iaies, Mariano del Mazo, Eduardo de Simone, Horacio Verbitsky y Claudio Kleiman.
Pero en este 2020, o al menos en lo que va de él, llegaron otros títulos que contribuyeron a calmar las ansias del lector jazzero, haciendo más llevadero el distanciamiento social. Entre ellos Tocar la vida (Alianza), en el que el español Chema García Martinez reseña su vida periodística a través de una serie de entrevistas a un puñado de históricos. También suman aportes de valía los recién llegados Keith Jarret, una biografia de Wolfgang Sandner (Libros del Kultrum) y Playig Changes, Jazz para un nuevo siglo (Alpha Decay), donde el norteamericano Nate Chinen, por años crítico del New York Times, entrega un detallado análisis del jazz y los protagonistas de los últimos 20 años en su país.
Hecho en falta «Caliente. Una historia del jazz latino», de Luc Delannoy y «Jazz en español», de varios autores. Hay jazz fuera de Argentina y Estados Unidos y esos dos volumenes lo recogen. Discrepo con la inclusión de «Jazz Criollo y otras yerbas», de Walter Thiers y «Thelonious Monk» de Laurent de Wilde, dos libros infumables.
Muy buena nota, completa guía de libros por leer. Suerte a los que se adentren en el desértico mundo de los libros de jazz, casi siempre agotados
La biografía de Jarrett espantosa. Un ejercicio de soberbia y autocomplacencia del autor.
Por otra parte, buenísimo el resumen de esta nota.