Con un noneto de excelencia, Juan Cruz de Urquiza cumplió con creces el encargo del Festival de Jazz de Buenos Aires y produjo «Indómita luz», su particular visión sobre las canciones de Charly García, grabado en vivo en el Café Vinilo, con el que obtuvo recientemente el Premio Gardel al mejor disco de jazz .
Tu último trabajo “Indomita luz” nace del encargo del Festival de Jazz de Buenos Aires, pero vos ya venías haciendo algo de Charly García en discos anteriores.
Fue un encargo del Festival, pero es verdad que ya venía haciendo algunas experimentaciones aisladas con la música de Charly. Luego tras el encargo del Festival, de las buenas críticas y la respuesta que tuvo, decidí convertirlo en un disco.
Con tantos temas a tu disposición no debe haber sido fácil. Cómo los fuiste eligiendo?
En base a un criterio totalmente libre. Fui eligiendo en función de que cosas podía aportar. Te imaginás que hay decenas de canciones de Charly que me gustan. Pero no se pueden hacer 20 temas en un show o en un disco. En mayor medida si son como los nuestros, con solos, más extensos que las versiones originales. Había que hacer una selección. Y la hicimos.
Y en base a qué descartabas?
Cuando no encontraba la mejor manera de entrarle al tema, aportando cosas mías y sin desvirtuar la esencia. Quedó mucho material afuera, pero son principalmente aquellos en los que yo veía que no estaba aportando nada al hacerlo.
En todas las versiones se respeta la melodía. Con arreglos y solos, siguen siendo reconocibles. Así te lo propusiste?
Si, claro. Desvirtuar la melodía es cambiar una canción. Y qué sentido tiene eso? Si buscás recrear temas que querés seguir reconociendo, seguir disfrutando. Yo creo que hay elementos que tienen que subsistir, como la melodía. Por eso el desafió allí pasa más por lo armónico en algunos temas, por lo rítmico en otros. Además la formación de un grupo con cinco vientos es ya tímbricamente una propuesta en sí misma. Muchas veces lo que buscamos es generar secciones que no forman parte estructural de la canción, pero están agregadas a modo de inserte, donde se puede improvisar, que es el fuerte de nuestra propuesta.
Existe un límite para improvisar, para aportar en temas como estos, tan conocidos, que ya son como standards?
En realidad son standards pero no standards desde la manera en que se abordan. Tienen un lenguaje armónico muy particular, con una estructura muy particular, con melodías muy especiales. Canción de Charly es toda una entidad. El límite es muy subjetivo. Y uno tiene que ir apreciando la composición original y después tiene que haber elementos que puedan enriquecerlo desde algún aspecto. No estoy diciendo que con esto yo mejoro las canciones de Charly, simplemente digo que le aporto una mirada diferente, con otros elementos que pueden despertar algún tipo de atracción. El límite es difícil de delinear y cómo te digo, muy subjetivo.
Por qué tu disco está centrado en etapas más experimentales y arriesgadas de Garcia y no tanto en sus comienzos, en apariencia más sencillos? Hay sólo un tema de Sui Generis, por ejemplo.
La franja que elegí tiene que ver con mi propia experiencia como oyente. Con mi cercanía con su música, con mi adolescencia, con su primera etapa solista. Por otro lado, y al contrario de lo que podría pensarse, la sofisticación de la época de Serú abre más el juego para un arreglador. En cambio, temas supuestamente más sencillos, como “Canción para mi muerte”, que vos citás, son más arriesgados desde otro lado. Porqué son un himno para la gente. Qué vas a agregar allí?…
Con qué te encontraste al analizar tan en profundidad la música de García?
Si bien hay temas que tenía muy escuchados, al momento de transcribirlos y analizarlos más profundamente me encontré cosas muy sorprendentes, que uno aprecia muchísimo. Hay rítmicas que suenan naturales, pero que se muestran sofisticadas cuando las transcribis, o giros armónicos que los tenes que pensar pero que luego fluyen con total naturalidad. Es muy interesante.
A la hora de buscar los músicos que te acompañaron, tenías algún requerimiento extra, además de la calidad artística?
Obviamente que busqué buenos músicos, con los que además yo estuviera habituado a trabajar y tuviera afinidad. Pero además, en este caso puntual, quería que fueran músicos que sientan y aprecien las canciones de Charly García. Que tuvieran una ligazón generacional con su música. Eso para mi es un plus muy interesante.
Otro plus interesante es la grabación en vivo.
Si, seguro. Yo sentía que el feedback de la gente escuchado esos temas debía ser algo especial. Esa cuestión de ida y vuelta que tenés cuando estás en un escenario, me parecía ideal para un disco con esta música. Y suerte que se dio y además de una manera tan natural. No fue sencillo porque el escenario del Café Vinilo no es grande y nosotros somos muchos. Estando tan cerca se mete todo por todos lados y es difícil aislar cada canal. Eso te limita. Pero se pudo hacer muy bien y el resultado sonoro para mi es buenísimo…
Por qué convocaste otro trompetista?
Necesitaba una fila de vientos con ciertas características y pensé en dos trompetas, dos saxos y un trombón. Mas que nada porque mi trompeta hace muchas melodías y necesitaba que esa sección haga otros roles. Que haga la contramelodía o el colchón armónico, por ejemplo. Y quería además que esa sección también tenga una sonoridad de trompeta. Por eso convoqué a Richard Nant.
No se si coincidís, pero la grabación tiene esa cosa como de fiesta. Uno escucha solear a Hernán Jacinto, por ejemplo, y no puede dejar de pensar “este tipo la está pasando genial”…
Si, totalmente. Bueno vos sabes que pianistas de jazz hay muchos y muy buenos, pero Hernán tiene ese background de roce con el rock, que para mi es muy importante, además de su lenguaje jazzístico que es tremendo. Y si claro que la está pasando bien, está supercontento con lo que está haciendo, y el resto de los músicos también. Eso se ve en el disco, como decís. Por eso también quiero rescatar el compromiso y la entrega de todos con la propuesta y con la música que estábamos haciendo.
Entre ellos tu hijo Sebastián, que está empezando a caminar…
Si. Cuando comenzamos a presentar estos temas él no hacía ni dos años que tocaba el contrabajo. Pero también estaba muy “metido” desde siempre con Charly, con la música del flaco Spinetta, con el rock nacional en general. Así que te imaginás el placer enorme es para mi poder compartir esto con mi hijo. Además de una ventaja, yo probaba los arreglos en casa con él, así que cuando íbamos a los ensayos ya se los sabía. Tengo que destacar en esto también su compromiso y su seriedad. Le falta lógicamente mucho rodaje en su instrumento, pero tiene el don de la música, tiene ganas y se lo toma muy en serio.
El ya había tocado con otros músicos antes?
Si, su debut profesional fue a finales del 2010 y nada menos que con Oscar Giunta, Rodrigo Domínguez, Ramiro Flores, Hernán Jacinto y Mariano Loíacono en Thelonious. Un debut tremendo, yo no lo podía creer!!! El tiene algo que yo no tuve, el ambiente, el entorno, que ayuda mucho y que le dio la posibilidad de tocar desde un comienzo con músicos muy grossos. Tiene mucho que estudiar todavía, pero tiene condiciones. Y a mi también me favorece. Porque su empuje, sus ganas, me llevan a replantear mi ritmo de estudio. Esta bueno eso. Tengo la posibilidad de interactuar con él, de tocar juntos, de escribir juntos.
Como un nuevo comienzo para vos…
De alguna manera. Es como volver, si. Y está bueno…
«Indómita luz»
Canción para mi muerte
La grasa de las capitalesZocacola
No soy un extraño
Pubis angelical
Ojos de videotape
Yendo de la cama al living
Rezo por vos
Desarma y sangra
Canción de Hollywood Grabado en el Café Vinilo entre el 3 y el 5 de agosto de 2012