«Siempre busco algo que decir. Esa es la batalla. Algunas noches encuentro la respuesta, otras no, pero esa es la gracia de la improvisación. Cuando surge la respuesta, es algo mágico. No lo consigo todas las noches, pero lo intento. Eso es lo que hacían mis ídolos, los grandes improvisadores». La definición de Ken Vandermark marca con precisión su arte. Este domingo en doble función en Virasoro, el saxofonista de Chicago, desembarca en la noche de Buenos Aires con su propio grupo y su propuesta de riesgo y creatividad.
Fotografía de apertura: Esther Cidoncha
Durante los últimos 20 años, Ken Vandermark se ha esforzado por explorar y expandir los caminos de la música improvisada en los Estados Unidos. Nacido en Bostón y afincado en Chicago desde 1989, Vandermark no ha dejado de producir su música a un ritmo vertiginoso. Cientos de shows por año, más de 50 discos a su nombre, la mayor parte de ellos autogestionados y su participación en diversos contextos con una enorme variedad de músicos de distintos estilos y países; conforman la incansable búsqueda de este creador.
«La música de los improvisadores es la que me brinda la información que preciso y me inspira para improvisar», dice Vandermark. «Pero además es que nunca alcanzo a ver las diferencias conceptuales entre alguien que toca Autumn Leaves y yo tocando una composición de Albert Ayler. Es simplemente una cuestión de elección».
Además de crear su propia música, Ken ha hecho muchas contribuciones significativas y altamente respetadas tanto a las escenas locales e internacionales del jazz y la música improvisada, con la organización de conciertos en Chicago y el patrocinio de viajes de América del Norte con varios conjuntos.
En 1996, él y el escritor John Corbett comenzaron a organizar el «Wednesday Night Jazz Series», una serie de conciertos que llevaron a los músicos de Estados Unidos y Europa a audiencias mayores durante casi una década. Experiencia que repitió luego junto a Mitch Cocanig en el Hideout, o como miembro de Umbrella Music, o como director creativo para el Festival de ACME 2004, en Georgia, con la participación de improvisadores de Alemania, Noruega y Suecia.
Vandermark le quita trascendencia a tanta actividad. «Si doy 25 conciertos al mes, dice, es porque trato de imaginarme lo que harían mis héroes en mi caso. Mis ídolos tocaban todo el tiempo y por eso eran tan buenos. Estaban trabajando siempre y tocando con todo tipo de músicos. Lo que yo quiero es tocar ante personas que quieran escuchar música, eso es todo. Gente que quiera penetrar en la música».
Experimentado en navegar contra la corriente y las posturas de quienes se sienten árbitros del jazz, Vandermark no renuncia a su búsqueda. «Pienso que lo que quiere todo músico es tocar la música que escucha en el interior de su cabeza y, cuando no es capaz, toda su actividad debe consistir en buscarla».
Los músicos que trabajan con Vandermark vienen de músicas y orígenes diversos. «Pensemos en Don Cherry, propone. El estaba influenciado por las músicas de todo el mundo, todo lo incorporaba a su música y eso la enriquecía. La gente con la que toco suscribe eso».
Por eso, dice, «no importa que se llame reggae o bebop, basta con que proporcione la información necesaria, sea creativa y permita improvisar. A estas alturas –explica-, nadie puede empeñarse en que su única influencia es el swing ni otro elemento convencional. No hay más que ver lo que ocurre con Thelonious Monk y Bud Powell. Dos pianistas que suenan completamente diferente y, sin embargo, los dos tienen un swing extraordinario».
*Las citas de Vandermark fueron extraídas de la entrevista que concedió a Cuadernos de Jazz en marzo de 2002
Made To Break
Tim Daisy / USA (batería) – Christof Kurzmann /AUSTRIA (lloopp) – Jasper Stadhouders / HOLANDA ( bajo – guitarra ) – Ken Vandermark / USA (saxofones tenor y barítono – clarinete)
Domingo 9 / 21 hs y 22:30hs – Doble Función / Entrada: $350
Virasoro Bar. Guatemala 4328. Reservas 4831-8918
