Los músicos más experimentados lo saben. Hasta hace unos años, no era fácil encontrar un buen contrabajista de jazz en Buenos Aires. Cuatro o cinco nombres acaparaban la demanda y la escasez era el denominador común. Esta tendencia se ha revertido de manera fenomenal en los últimos años y hoy un centenar de instrumentistas puebla los escenarios porteños. Arturo Puertas, Pablo Básez y Mauricio Dawid, contrabajistas de distintas generaciones, analizan el fenómeno para argentjazz.
¿A que adjudica el auge de contrabajistas que se observa en la escena local?
Arturo Puertas. En realidad el auge es de contrabajistas comparado con los años 80/90 en los cuales los contrabajistas éramos cuatro o cinco. Me parece que a partir de que se institucionalizó la enseñanza del jazz al muy alto nivel en que se encuentra ahora, se empezó a inculcar a los estudiantes el respeto por la tradición, los distintos estilos y los pibes fueron descubriendo el instrumento. Hoy en día impresionala cantidad de contrabajistas que hay y que siguen saliendo, todos tocando muy bien porque han tenido buenos maestros. También ha favorecido, esto a nivel mundial, el acceso al material de estudio, grabaciones e instrumentos.

¿Qué creen que buscan y encuentran los jóvenes que se acercan a este instrumento?
Puertas. Supongo que representa todo un desafío porque ya vienen tocando el bajo eléctrico muy bien y tienen elementos sólidos para su autoevaluación. Hay que aclarar que la técnica del contrabajo no tiene nada que ver con la del bajo eléctrico por lo tanto el comienzo del estudio no es fácil, pero tiene un gran atractivo artísticamente.
Pablo Básez. Siempre es la inquietud la que lleva a la búsqueda. El instrumento es simplemente una herramienta por las cual expresamos las ideas. A veces se busca, otras se encuentra. Creo que la búsqueda pasa por la inquietud y noto que los jóvenes que se suman, encuentran la posibilidad de plasmar rápidamente sus ideas sobre un instrumento. Esto antes no ocurría.
¿Cuál es el actual nivel de contrabajistas en el país?

Puertas. Excelente. Como te dije antes, se debe al nivel de enseñanza del jazz en el país, pero no solamente de los contrabajistas sino de todos los instrumentos.
Básez. A mí también me parece excelente. Venimos de una escuela de grandes maestros del contrabajo. Desde la música clásica, pasando por la popular, principalmente el tango, también el jazz, donde dejaron sus huellas referentes indiscutidos de cada género.
Mauricio Dawid. Creo que el nivel actual es muy amplio y abarca a los estudiantes y a quienes llevan décadas de trabajo a cuestas. Muchos de ellos llegaron a un nivel musical muy alto, independientemente de si la ejecución se corresponde con los criterios técnicos que están bien vistos en el mundo. No es necesario ser Gary Karr para expresarse a través de un contrabajo.
¿Advierte una evolución allí en los últimos años?
Puertas. No sé si se puede hablar de una evolución. Si se puede hablar de una importante cantidad de músicos que están tratando de hacer música al mejor nivel posible y lo logran. Eso representa una evolución.
Básez. Creo que la evolución es permanente porque es parte de la vida. Se cambian los enfoques, se cambian las necesidades, por ende, cambian las técnicas y formas interpretativas. Al haber cambios de índole socio cultural, la música –como parte de esto- se transforma buscando nuevos caminos. Para eso hace falta aggiornarse y también que surjan nuevos intérpretes. Es muy sano que sea asi.

Dawid. El contrabajo es un instrumento cuya técnica evoluciona constantemente. El jazz, a su vez, ha expandido tanto sus límites que los instrumentistas cuentan hoy en día con una cantidad de recursos expresivos que antes no existían. La expansión del lenguaje va siempre de la mano del desarrollo de nuevas técnicas de ejecución de los instrumentos. La evolución en el jazz pareciera ser interminable
¿Cuál ha sido, a su juicio, el aporte de los contrabajistas al jazz argentino actual?
Puertas. El aporte está obviamente en que cuando un músico encara su proyecto, tiene una gran disponibilidad de instrumentistas de buen nivel para convocar. Ese es el aporte como ejecutantes. Por supuesto está también el de los compositores.
Básez. Siempre hubo gente muy importante antes que nosotros. Es justo saberlo, reconocerlo, estudiarlos y situarse más objetivamente en la época que le toco vivir a cada uno. Esto para entender en donde estamos parados hoy. Yo soy un agradecido de haber escuchado con atención a mis antecesores y haber sido alumno de ellos. Creo que “la culpa” de que haya un semillero de bajistas y contrabajistas en Argentina es en gran parte responsabilidad de quienes estuvieron antes.
Dawid. Para mí el aporte ha sido descomunal. Al igual que el aporte de los saxofonistas, pianistas, bateristas, cantantes, guitarristas…El jazz evoluciona a partir del trabajo en equipo. Creo que Jimmy Garrison hizo un aporte tremendo gracias a que lo tuvo a Elvin Jones a su lado durante tantos años
¿A quién recomendarían escuchar para conocer el nivel que alcanzó el instrumento en el país?
Puertas. Es difícil porque hay muchos que ni siquiera conozco o que no he escuchado. Me gustan Jerónimo Carmona, Pablo Motta, Juan Pablo Navarro, Juan Bayón, Mariano Otero, Mariano Sívori, Hernán Merlo y me estoy olvidando de muchos.
Dawid. A Hernán Merlo, Jerónimo Carmona, Juan Pablo Navarro. Más que mostrar el nivel que alcanzó el instrumento en el país, creo que muestran el grado de compromiso al que se puede llegar a la hora de hacer música.
Básez. En principio recomendaría escuchar la música “in situ”. Ir a escuchar en vivo a los músicos. La acústica de estos instrumentos es única en vivo. Como así, escuchar a los intérpretes en vivo y en diversos estilos. Creo que ahí, encontraremos la verdadera respuesta al aporte musical (y la historia viva) de quienes están escribiendo la nueva historia de la música y el bajo/contrabajo en el país. Y recordemos principalmente, que el país, no es solo de General Paz para aquí. Hay muchos músicos talentosísimos en el interior, que por razones poco “federales”, no se conocen.


