Durante años Leonardo Piantino, uno de los músicos más activos de Rosario, postergó la grabación de su propio material. Otros proyectos fueron alejando la posibilidad. Sobre fin del 2017, la decisión de grabarlo finalmente llegó. Piantino se rodeó de excelentes músicos de Buenos Aires y Rosario, convocó a Leo Genovese desde Nueva York y dió origen a un notable trabajo, con el que obtuvo los premios de la Editorial Municipal de Rosario y del Fondo Nacional de las Artes. «Ya es hora» sale de gira y el 30 llega a la Usina del Arte.
Fotografías en estudio: Catu Hardoy
Todos los temas de “Ya es hora” son tuyos. ¿Están escritos pensando en el grupo con el que los grabaste o son anteriores a esta formación?
No, este es un disco que me llevó muchos años hacer. Contiene una versión actual de la primera composición para un grupo de jazz que escribí en mi vida, de enero del 2005, y que nunca había grabado. Así como también otras músicas escritas para diversas agrupaciones entre el 2008 y el 2010.
¿Y por qué no las grabaste en todos estos años?
Lo fui postergando, a pesar de que estaba satisfecho con el material. Uno se va enfocando en otras cosas, como tocar en vivo con otros proyectos. Luego el nacimiento de mi hija en 2011…varias cosas justificaban la decisión de no grabar.
¿Y cómo fue que finalmente tomaste la decisión de registrar ese material?
Fue en diciembre de 2016 y de manera repentina. Desde principios de 2013 estaba trabajando con el grupo “Leonardo Piantino y sus Ratas Calientes”, un octeto con el que hacíamos exclusivamente mis arreglos de temas de Frank Zappa. Después de tres años de eso, empecé a sentir que quería volver a tocar mi propia música. Y me di cuenta de que necesitaba cerrar una etapa grabando lo que había hecho anteriormente, para luego poder comenzar con un proyecto nuevo. En esos días mi gran amigo Leo Genovese, mi pianista favorito de todos los que hay en el mundo, estaba de vacaciones visitando a su familia en el país. Lo llamé y lo invité a grabar un disco con música mía. Cuando me dijo que sí, eso cerró todo.
¿Y a partir de allí?
A partir de allí todo fue vertiginoso. Dos semanas o tres. Rápidamente conseguí a un seleccionado de músicos para tocar con las distintas formaciones instrumentales que utilizaba originalmente cada composición. Todos cumplían con la doble consigna de ser verdaderos amigos míos y músicos con los cuales había compartido al menos algunas de esas composiciones anteriormente. Además eran referentes en sus instrumentos, como Mariano Loiacono en la trompeta, Juan Bayon en el contrabajo y Franco Espindola en el trombón, todos ellos parte muy activa de la escena del jazz porteño. Desde Rosario viajamos junto al saxofonista Julio Kobryn y el baterista Sebastian Mamet que aunque no son conocidos en Buenos Aires están muy alto en la lista de mis músicos favoritos. Tuve la suerte de conseguir fechas para el 29 y 30 de diciembre en el estudio Dr.F. de Florencio Justo, a quien me habían recomendado y con mucha razón, como luego comprobé. Y en dos días lo grabamos.
¿Tuviste que hacer cambios respecto de los temas originales, pensando además que los habías compuesto hace un tiempo?
Si, rearreglé un poco algunos de los temas. Se los envíe a los músicos por email, hicimos breves ensayos de algunas partes en los días y las horas previas a la grabación con algunos de los músicos, nunca con el grupo completo y llegado el momento grabamos rápido y sin problemas.
¿El disco lo financiaste con el premio que obtuviste en el Fondo Nacional de las Artes?
No, en realidad el disco ganó dos concursos. Primero el de Coproducciones de la Editorial Municipal de Rosario y luego el de Música del Fondo Nacional de las Artes. Estoy muy contento de haber sido premiado en ambos. De ese modo la Edigorial coprodujo el disco conmigo, haciéndose cargo de todos los gastos de edición de los discos y el Fondo me otorgo un premio que en buena parte uso ahora para estar tranquilo con la producción en esta etapa de presentaciones.
Llama la atención es que para los shows están todos los músicos que tocaron en el disco, algo muy complicado de lograr con agendas tan demandantes.
Si, claro. De algún modo todo se acomodó para estos conciertos. Yo deseaba hacerlo con los músicos del disco, aunque sabía que era casi imposible porque cada uno tiene miles de proyectos. Pero se dio que los programé con tiempo, de modo de ser el primero en pedirles las fechas antes de que tomen otros compromisos. Por suerte Leo Genovese tuvo la generosidad de aceptar viajar especialmente desde Nueva York para estos cuatro conciertos, en Rosario el 28, en Venado Tuerto el 29, en la Usina del Arte, en Buenos Aires el 30 y en Gálvez el 31.
¿Y qué sentís hoy, después de tanto trabajo, al ver el disco hecho realidad y con el nivel que fue producido?
Estoy muy satisfecho con el resultado musical y con la buena repercusión que está teniendo entre todos los que lo han escuchado. Es cierto que podría haberlo grabado unos años antes, en cuanto a la fecha de las composiciones, pero de algún modo creo que esperar tanto tuvo algo muy positivo, de maduración y afianzamiento de las ideas y los sentimientos que quería expresar en un primer trabajo como líder. Escucho que pasan ciertas cosas en algunas de mis improvisaciones, que no hubieran podido ser posibles de haberlo grabado un año antes por ejemplo.
Es que el disco no deja de ser la fotografía de un momento y el camino de un músico sigue, aunque creo que este va a ser siempre un referente para vos.
El camino y la necesidad de seguir mejorando están siempre. Pero sí, estoy contento con el momento particular que refleja este disco. Y de lo que tocan mis compañeros Leo, Mariano, Juan, Franco, Julio y Sebastian no puedo estar más orgulloso. Los admiro muchísimo a todos y estoy muy feliz de que hayan grabado en mi disco.
«Ya es hora» de gira
28 de marzo en Rosario
29 en Venado Tuerto
30 en la Usina del Arte, CABA
31 en Galvez, Pcia de Buenos Aires.
Leonardo Piantino, saxo y dirección / Leo Genovese – Piano / Juan Bayon – Contrabajo / Sebastián Mamet – Batería / Mariano Loiacono -Trompeta / Julio Kobryn – Saxo tenor / Franco Espindola – Trombón