Sobre finales de 2018 Luis Nacht editaba La hora inexacta con el grupo con el que toca desde hace tres años. El debut discográfico podría ser también el de la despedida. Ya con nuevos proyectos, como el dúo con el pianista Nataniel Edelman y Suena el sueño, un disco que presentara el 4 de agosto en BeBop, Nacht asume también el liderazgo de un cuarteto junto a Sergio Wagner, Ezequiel Dutil y Carto Brandan. “Mi música es muy participativa y cada quien puede expresarla como la siente”, dice.
La hora inexacta es tu primer disco desde que en 2014 sacaste La incertidumbre y también el primero con este grupo. ¿Por qué no habían editado nada hasta aquí, a pesar que llevan un tiempo juntos?
Con este grupo vengo tocando desde hace tres años y pensamos que ahora era el momento de grabar. Los discos pueden ser el inicio de un proyecto o una culminación. En este caso yo creo que está más cerca de lo último. Es muy probable que este disco sea de alguna manera un cierre para este proyecto. Eso no quiere decir que nunca más vaya a tocar con estos músicos, porque son amigos y son increíbles y lo que se genera siempre está muy bueno.
¿Y cómo definirías precisamente lo que se genera? porque muchas veces excede lo estrictamente musical o lo que está escrito.
Si. A veces no es sólo música en el sentido formal de la palabra, sino una inmensidad de sonido. Está claro que estamos relacionados en una dirección, pero no siempre es una melodía, o una armonía específica. Sino al sonido como energía. Un mundo sonoro.
Pero siempre parten de una idea, de temas ya establecidos, generalmente tuyos.
Todos tocábamos en función de crear esa dimensión sonora de la que te hablo, pero en base a temas definidos. Muy enfocados hacia el lado de la generación de ese mundo de sonidos, de algo grupal. Con algunas indicaciones y algunas melodías muy claras, pero todos tocando en esa función. No había en este grupo mucho lugar para el desarrollo personal, pero sí para aportar libremente en función de lo que va sucediendo y principalmente de la música. No de la expresión individual.
Pero a pesar que desde lo formal es un octeto, en muchos pasajes la música se reduce a un trío, o un cuarteto.
Si hay orquestación. De pronto funciona el todo y otras veces se desarma y queda en dúo o en tríos. Hay algunos temas así, que son productos de la libertad de la que te hablaba, pero también de la casualidad. Que el momento presente domine todo.
¿Cómo es eso de la casualidad, a donde está?
Principalmente en los temas en trío. Pasó que nos juntamos con Carto y Mariano el día anterior de la grabación para no perder tiempo cuando estuviéramos los ocho en el estudio. Así veíamos con tiempo las ubicaciones, setear la batería, ver los micrófonos y dejar todo listo para la sesión del día siguiente. Entonces nos pusimos a tocar para probar cosas y ahí nos dimos cuenta que algunos temas funcionaban muy bien en trío. No lo habíamos pensado antes, pero salió. De hecho con Joty, que es uno de los temas que Mariano trajo ese día, hicimos dos pasadas y nos gustó y entonces lo incluimos en el disco, a pesar de que en principio no iba a estar. Fue casi una casualidad.
No es muy usual un grupo con dos baterías. ¿Qué buscabas cuando lo decidiste?
Yo buscaba más contundencia. A veces necesitás una energía rítmica mucho más potente. Hace muchos años que toco con Sergio Verdinelli y con Carto Brandan. Son mis amigos y son amigos entre ellos. No sería fácil si no fuera así. Esa es otra cosa que pasó por casualidad. Habíamos hecho shows con dos baterías pero no pensaba incluirlas en el disco. El que iba a tocar era Carto. Pero en un descanso de la grabación, nos pusimos a hacer bromas y bailar. Entonces alguien comenzó a tocar La Lambada. No sé quién grabó un videito con el teléfono y se lo mandó a Sergio Verdinelli y él se apareció en el estudio. Entonces armamos una segunda batería y terminamos grabando así. Como en el caso del trío, sucedió porque tenía que suceder.
También tenés dos guitarras, Patricio Carpossi y Juan Pablo Arredondo. Y si bien esto sí es más usual que dos baterías, son músicos de estilos muy distintos.
Y justamente por eso pueden tocar juntos. Porque sus sonidos son muy distintos y muy distintivos. Pueden estar tocando los dos y vas a escuchar dos guitarras que suenan muy diferentes. Es el mismo instrumento pero con otro sonido. Porque en definitiva el que toca es el que genera el sonido. Pero todo eso también es posible porque somos amigos. Son todos muy buenos músicos, pero producimos estas cosas porque estamos a gusto, porque nos queremos y llevamos años juntos. Yo siempre digo que somos como una banda de pueblo.
¿Cómo sería eso de una banda de pueblo?
Se fue armando como un grupo de pueblo. Algo desprolija, con suciedad, con esa actitud medio tribal en un punto. Como si todos viviésemos en el mismo lugar y nos juntáramos para salir a tocar en la plaza del pueblo.
Tus discos están todos en streaming. ¿Volviste a escucharlos aprovechando que están todos juntos?
Si, volví a escuchar algunas cosas y me sorprendí porque no me acordaba de nada. Me llamó la atención cómo me funcionaba la cabeza para componer eso. No sé si hoy podría hacerlo. Al menos desde ese lado de cierta inocencia compositiva. Hay una frescura que ya no está. A veces por no saber, hacés determinadas cosas que no son las que se esperaría. Y eso resulta más interesante.
También te vas alejando de cierta mirada folclórica que había en tu comienzo.
Si, totalmente. De hecho yo empecé a tocar en un grupo de folclore. Hasta los 25 años yo hacía folclore. Con el tiempo fui escuchando otras cosas. Me puse a estudiar a gente como Sam Rivers, Joe Henderson, John Coltrane y me fui desprendiendo de lo anterior. Luego pasé una época en la que quería sonar norteamericano. Quería que no se escuchara otra cosa que no sea jazz. Después empecé a componer y me di cuenta que tampoco me interesaba a sonar así. Fui evolucionando y me encaminé a ser yo mismo. Como le pasó a tantos otros. A incorporar la música que había a mi alrededor.
Decías que La hora inexacta estaba cerrando un ciclo. ¿Qué viene ahora?
Armamos un dúo con Nataniel Edelman. Él en piano y yo en saxo soprano y flauta en Sol. Ya grabamos un disco, Suena el sueño, se llama. Va a salir en digital y lo va a editar el Club del Disco. El 4 de agosto lo presentamos en Bebop como parte del Ciclo Otras Músicas.
¿Qué podés adelantar del dúo y de la música que hacen?
Con Nataniel empezamos a tocar hace un año, probando cosas y un día nos decidimos. Tomamos algunos temas que habíamos compuestos, fuimos al estudio de Mariano Otero y en dos horas lo grabamos. Te diría que en este dúo se escucha más…la humanidad de la música. Es algo muy artesanal, sin artificios. Un sonido más puro de comunicación. En marzo además voy a sacar un nuevo disco en cuarteto, éste sí en físico.
¿Con quienes?
Con Sergio Wagner, Fermín Merlo y Demián Cabaud, que es un contrabajista que vive en Portugal. Hicimos una gira el año pasado y grabamos en allá. Va salir editado por el sello Fresh Sound. La música tiene otra sonoridad completamente diferente. Si bien hay referencias armónicas, no está todo tan definido como cuando hay una guitarra o un piano. Esa música ya la estoy tocando acá también, con Wagner, Carto y Ezequiel Dutil.
Casi a un mismo tiempo estás componiendo música para muchos grupos distintos, un octeto, un cuarteto, un dúo…
Es que toda la música que yo hago es muy simple. Formalmente es muy sencilla. Cuando compongo para el grupo grande es generalmente una melodía, una armonía sugerida, muchas veces ni siquiera hay una línea sugerida de compás. Pasa también que escribo a lo largo, sin una división formal. Existen frases que se respetan, pero que se pueden tocar siempre diferentes. Básicamente son melodías con distintas cosas alrededor, donde cada uno hace lo que quiere.
¿Eso es tan así?
Si. Yo por ejemplo jamás le diría a un baterista lo que tiene que tocar. Al menos en esta música. Ni siquiera tenés obligación de tocar. Si ves que no tenés que tocar no toques. Si vos le escribís una línea de bajo a Mariano Otero, lo que va a pasar es que él la toque un ratito y luego haga algo por su cuenta y mucho más lindo. ¿Entendés?…estamos hablando de muy buenos músicos que además son compositores. Yo creo que mi música es muy participativa. Y allí cada uno se expresa como lo siente. Eso es lo mejor.
Luis Nacht – Nataniel Edelman Dúo Ciclo Otras Músicas
Domingo 4 de agosto – 18 hs. Concierto gratuito. Consumición mínima $ 130
Bebop Club. Moreno 372. CABA :