“Celebrating love”, el último trabajo de María Cueto muestra a la joven cantante en la búsqueda de su propio camino. Alternando standards jazzeros con canciones emblemáticas de Radiohead o Led Zeppelin y al frente de una notable banda, Cueto entrega un trabajo pasional y honesto, de esos que merecen y retribuyen una escucha atenta.
Fotografías en Show: Juan F. Córdoba Fotografía en estudio: Phill MaturanoEn 2012 María Cueto irrumpía en la escena de jazz local con un disco diferente. “Safe & Sound”, su primera producción, que incluía temas propios, pronto generó expectativa. Los shows que le siguieron y un viaje de estudios a Italia, reafirmaron el camino de la joven cantante. Ahora, con una nueva producción bajo el brazo, María inicia una nueva etapa. “Celebrating love”, su último disco, alterna con gusto standards clásicos con un puñado de canciones de rock. Con el respaldo de una notable banda, Cueto celebra el sentimiento con personalidad y estilo. Una cantante alejada de los convencionalismos, que busca su camino a fuerza de riesgo y pasión.
¿Cuáles serían las diferencias mayores entre este disco y el anterior?
El disco anterior era bastante oscuro Hablaba del desamor. Este es muy distinto. Hace dos años estoy en pareja, muy enamorada y quería hacer un disco que hablara de eso. De las cosas lindas. De esta etapa de mi vida. De allí el nombre, celebrando el amor.
¿Pero no decían que hay que sufrir para ser creativo?
Viste. Esta la típica leyenda que dice que hay que sufrir o tener el corazón roto para hacer buenos discos. Yo quería darme el gusto de hacer un disco con el sentimiento contrario. Totalmente distinto. Y si bien no son temas míos, si son temas que me representan. Son canciones que le gustan a Juan, mi pareja. Otras se las escuché a él en la guitarra. Por eso te digo, es un disco enteramente dedicado a él.
Elegiste también clásicos del rock. ¿Cómo construis versiones propias de canciones que asumimos como perfectas o definitivamente conformadas?
Es muy difícil. Por un lado sé el desafío que eso representa, pero no puedo dejar de hacerlos. Son temas que he escuchado siempre. Radiohead, King Crimson o Led Zeppelin forman parte de lo que soy. Y poder llevar todo esto a un disco, con una mirada propia, es un proceso que lleva tiempo. Por eso después de presentar mi primer disco en 2012 y tocarlo durante 2013, no armé nada en el 2014. Fue un año de estudio. De pensar un proyecto donde lo creativo pasara principalmente por lo estético.
El 2014 fue el año que te fuiste a estudiar a Italia…
Sí, claro. Tuve la suerte de ir a estudiar a Italia. Y te cuento algo. En ese viaje fui a un museo en donde estaban exponiendo obras de Pablo Picasso. Exponían su interpretación de “Las meninas” de Diego Velázquez. Había como 50 versiones que Picasso había hecho sobre “Las meninas”. Para mí fue un shock. Un descubrimiento único. Me di cuenta lo necesario que es estudiar en profundidad muchos aspectos de una misma cosa. Picasso se había pasado años de su vida pintando versiones del cuadro de Velázquez. Y eran 50 cuadros distintos. En uno estudiaba la profundidad. En otro la forma. Los colores, etc. Yo pensé si alguien tan genial como Picasso sabía que hay que estudiar en detalle, para que luego parezca tan simple, cómo los demás no vamos a intentar lo mismo. El impacto de aquello fue visual, pero intenté llevarlo a la música. Y eso fue lo que me permitió hacer temas tan distintos, pero que tengan una lógica estética común.
En este disco parece que no sólo te diste el gusto con la música, sino también con los músicos. Convocaste a un verdadero seleccionado.
Si, en este disco me di el gusto con absolutamente todo. A veces uno piensa que alcanza con llamar músicos buenos y ya está. Yo ahora creo que eso no es suficiente. Yo quería grabar este disco en vivo, todo en vivo, tocando todos juntos. Entonces pensé que músicos podrían estar si yo quiero alternar standards de jazz con temas de rock. Decidida a darme el gusto, primero pensé en Lucio Balduini. Lucio tiene un sonido que me encanta, me parece que es el ideal para fundir esas dos músicas. Yo lo había escuchado con Juan Cruz de Urquiza. Es un músico que tiene un sonido increíble. Pero además quería músicos que no suenen jazzeros cien por cien, ni roqueros que no puedan fundirse con el jazz. Siempre pensé en Oscar Giunta para la batería. Oscar es un genio absoluto que pude tocar cualquier cosa. Le pedí que tocara lo que quiera, sin necesidad de fundirse con nuestras ideas. Sobre todo esa cosa folclórica que tiene y que tanto me gusta.
¿Y Pablo Elorza en el bajo y a Cirilo Fernández en los teclados?
Pablo estaba en mi cabeza desde siempre. Primero porque es una persona increíble. Pero también porque toca muy bien y además es muy bueno arreglando. Yo sabía que me iba a ayudar a poner orden entre tanta creatividad. Y Cirilo fue el último que se unió al proyecto, con esa cosa tan groovera de él. Groovera pero también súper elegante. Al piano Chivi es un músico muy elegante, pero también sabe darle esos efectos locos, que tanto necesitábamos también.
¿Cómo te sentiste al frente del proyecto, siendo la más joven y la de menor experiencia?
Fue hermoso. Yo estoy comenzando, así que iba con un miedo tremendo. Y ellos estaban totalmente relajados. Te diría que fueron…no sé si paternales, pero sí muy cuidadosos conmigo. Hace unos años yo fui a ver a Oscar al Gran Rex, en la última fila, porque era lo que podía pagar y ahora no podía creer que estaba tocando con él. Y lo mismo me pasó con los otros músicos. Pero lo más increíble fue el respaldo, el apoyo y el respeto que en todo momento sentí de parte de ellos. Todos ellos me trataron como una colega, una colega que quiere aprender. Me dieron lo mejor de ellos para que yo crezca, para que aprenda. Estoy realmente feliz.
¿Y en cuanto al tratamiento que buscaste darle a tu voz?…no se puede decir que está detrás de la música, pero tampoco adelante, asumiendo todo el protagonismo…
Es parte de la idea estética. Más allá del tema volumen, es una cuestión de mezcla e instrumentación. Si bien mi voz está un poco más adelante, la idea es que se fundiera con el resto de los instrumentos. Yo no quería que el resto de los instrumentos me acompañe, sino que todos toquemos…
¿Dirías que hay un avance respecto de tu anterior disco?
Si. Vocalmente me siento mucho más cómoda. Tengo más herramientas, más matices. También me siento mejor sobre cómo manejar un proyecto. Los errores de un primer disco no se cometen en un segundo. Tengo claro, como me dijeron alguna vez, que un disco es la foto de un momento. No le pidas más que eso. Y creo que el disco representa perfectamente este momento mío. Y eso solo ya es mucho.
Es el testimonio de un momento que pasó. No deja de ser paradójico tanto esfuerzo, tantas ilusiones, para reflejar algo que ya no es….
Es que disco para la gente puede ser el principio de algo, pero en realidad, para un músico es el final de un proceso que pasó que de alguna manera ya terminó. Una foto de lo que fue. Pero esta bueno que sea así. Es algo que das a los demás. Te desprendés y lo entregás al oyente. Y mientras lo disfrutan, vos ya estás pensando en el próximo.
María Cueto. “Celebrating love” I only have eyes for you The nearness of you