Matthew Golombisky llegó en 2008 a Buenos Aires sin saber una sola palabra de español y dispuesto a pasar unos meses que lo alejaran del crudo invierno de Chicago. Lo que no sabía es que aquel viaje le cambiaría la vida. Aquí conoció a su esposa y conformó una familia. También le dio fuerte impulso a ears&eyes, el sello con el que editaba su música y que ahora refleja el arte de una nueva generación en la Argentina. En la ciudad del tango, Matthew encontró también otro camino para el jazz.
¿Matthew, cuál fue la idea inicial en el origen de ears&eyes?
Comencé como una manera de poder registrar mi música. En Chicago hay muchos sellos y también muchos músicos. Y es difícil acceder a tener un registro de lo que uno produce. Cuando vi que no tenía respuesta a mi música en distintos sellos, decidí hacer el mío propio. Así comencé. Luego se fueron sumando algunos amigos que tenían el mismo problema que yo. Y el sello les fue dando un lugar. Al principio solo fue participar en el catálogo del sello. No mucho más. Por aquellos años en Chicago comencé a organizar festivales. Hice el ears&eyes Festival y lo continué durante tres años. Había música, indie rock, soul, jazz, cine independiente, varias cosas. Esto también fue fortaleciendo el sello y haciéndolo más conocido.
¿Y con toda esa actividad cómo fue que llegaste a Buenos Aires. Qué te motivó?
Vine para conocer. Los inviernos en Chicago son muy duros y yo estaba buscando algún lugar con un clima mejor. Alguna ciudad que no conociera. Y un amigo, músico también, me recomendó Buenos Aires. Me habló de la ciudad, de su gente, de la comida, el vino. Y me vine. Alquilé un departamento en Boedo y me traje el bajo. Llegué sin saber una sola palabra en español. Conocí a una chica. Nos pusimos de novios y luego nos casamos. Después volvimos a Estados Unidos. Pasamos un tiempo allá, yo tenía cosas por resolver y mi esposa estaba haciendo un master. Luego, a partir del 2014 ya nos quedamos definitivamente. Entonces comencé a recorrer la escena del jazz en Buenos Aires y a pensar en el sello como una empresa, como para tener ingresos por allí. Ese dinero todavía no llega, pero seguimos trabajando… (risas)
El primer registro de un músico argentino que salió en tu sello es Vidas simples de Juan Bayón. ¿Cómo se conocieron?
Juan es una persona muy importante en mi historia acá. Te cuento. En el 2016 yo estaba charlando con el pianista de Croacia, Matija Dedic, que tenía un proyecto muy lindo en cuarteto sin editar. Yo no tenía experiencia en sacar música de artistas que no fueran mis amigos, mis conocidos. Por eso tenía muchas dudas. Pero este disco, Dedicated, era hermoso y tocaba gente muy importante, así que me decidí a producirlo. Pensé que era una oportunidad para mejorar el sello…
¿Recordás quiénes tocaban en aquel grupo?
Estaban Dedic al piano y en la composición. Chris Cheek en saxo tenor, un músico con una enorme trayectoria; Noah Hoffeld en cello, Johannes Weidenmueller en bajo acústico, un artista que tocó con John Abercrombie, Joe Lovano, Brad Mehldau, John Scofield, Dewey Redman y Wynton Marsalis, entre otros. Un disco muy lindo.
¿Y entonces?
Bueno, comencé a hablar con él en noviembre de 2016. Quería que nos reuniéramos para concretar el proyecto y poder editarlo en enero de 2017. Pero Dedic me dice que no podía en ese momento porque estaba muy ocupado con varias cosas, entre ellas un viaje a la Argentina para tocar en el Festival de Buenos Aires. Yo quedé sorprendido. ‘Pero yo vivo en la Argentina’ le dije. Y allí el que se sorprendió fue él (risas). Bueno, fui a verlo en aquel Festival. El tocó con Juan y con Sebastián Groshaus y yo lo grabé en video y lo subí a las redes. Entonces Juan se comunicó conmigo para agradecerme eso. Nos pusimos a charlar. Él no me conocía, pero enseguida nos sentimos cómodos…
Y los dos son contrabajistas, otra coincidencia no menor…
Claro. Y los dos estábamos trabajando en nuestros sellos. Juan con Kuai Music y yo en ears&eyes. Además le compartí también un video de la banda que tenía en Chicago, la Tomorrow Music Orchestra. Y se dio otra casualidad. Juan había estado en Canadá tocando con el trompetista de la banda, Chad McCullough , con el que además eran amigos. Así que nos juntamos a charlar e intercambiamos discos de los dos sellos.
¿Conocías la música de Kuai?
No. Fue toda una sorpresa para mí. Sentí que Kuai y ears&eyes eran sellos hermanos. Juan me descubrió todo un mundo. Yo no conocía a Lucas Goicoechea, a Andrés Elstein, Camila Nebbia, Nataniel Edelman, tanta gente, tantos pibes que me encantaron. Yo sentí que esa era mi gente. Entonces comencé a ir a Vicente el absurdo, Virasoro, Roseti y busqué de tocar con ellos. Hoy tengo un trío con Lucas y Elstein. Tengo mis cuentos que toco con Omar Menéndez, Martin Sánchez, Guido Kohn y Camila. Y además mantengo la Tomorrow, en la que incluí músicos argentinos.
¿Y cómo fue que llegás a editar el disco de Bayon?
Le propuse si quería probar con mi sello. Es un poco extraño porque Juan estaba en Kuai. Pero yo estaba interesado en la música de Juan y se lo propuse. Lanzar un disco no es un trabajo de un día para el otro. En Europa o en Estados Unidos, es un proceso que lleva toda una preparación previa. Hay que anticiparlo a los medios, ir buscando un espacio en la prensa para cuando salga. Hay que armar todo un trabajo. Yo estoy haciendo esto solo, entonces mis tiempos tampoco pueden ser tan rápidos. Por eso le dije, dame tu disco y probemos. Entonces llamé a mis contactos en Europa y Estados Unidos, preparando ese lanzamiento. Y pudimos hacerlo bien, por suerte. Igual, te digo, es extraño lo hacen aquí los sellos para difundir la música y buscar que se venda…hay algo que yo no entiendo…
¿Qué sería eso?…
No entiendo porque el disco se pone online gratis desde el primer día. Yo no comparto eso. Porque hacer discos es muy caro. Y más ahora. No es lo que hago en ears&eyes. El aficionado al jazz tiene consciencia de lo que cuesta hacer un disco. Lo sabe. Sabe lo que cuesta grabarlo y editarlo. Sabe lo que ha tenido que estudiar o trabajar el músico para llegar allí. Entonces si le interesa un material y no lo encuentra en Spotify, seguro va a la página del sello o a bandcamp y lo compra. Porque quiere escucharlo. Quiere conocer esa novedad, porque le gusta el músico o porque sigue de cerca lo que hace el sello.
¿Cuál es entones la estrategia de ears&eyes?
Lo que hago es subir primero la música a bandcamp, Amazon o Itunes! por un tiempo. Porque necesito vender. Necesito que se recupere el dinero invertido. Y luego de un tiempo, cuando las ventas decaen, lo subo a streaming, porque también nos interesa la difusión. Recuerdo cuando presentamos el disco de Juan en Thelonious que pasó algo gracioso. Yo estaba junto a la barra, con los discos. Y en un momento Juan se dirige al público y le dice que apoyen la música y que compren el disco porque no va a estar por ahora en Spotify y la gente empezó a gritar y a lamentarse en voz alta. Y yo pensaba ´Uyy todo esto es culpa mía’ (Risas).
Algo que llama la atención es la importante cantidad de discos de músicos argentinos que sacaste este 2020, un año tan atípico.
Sí, creo que son 13 discos, si no recuerdo mal. Están No me digas loco, del trío de Sergio Verdinelli, Retoñar de Dan Pocetti, Aves, con Lucas, Pablo Cavalchini, Ezequiel Dutil y Matías Crouzeilles. Sacamos Aura de Camila Nebbia, Ordendes, de Lucas, el disco de Michael Sarian. Dos de Ernesto Jodos: Trance de Javier Subatin, Matias Formica, Libres de Matías Crouzeilles…vamos a sacar un disco de contrabajo solo de Maxi Kirzner y estamos viendo que otros proyectos podemos editar.
Obviamente son todos músicos y músicas que te gustaron y tenés allí mucho de los bueno que se está haciendo. Entre todo eso y si te pido un nombre ¿qué destacarías como lo que más te sorprendió?
Son todos músicos excelentes, claro. Y todos me gustan, por eso están en el catálogo de ears&eyes, junto a otros que espero puedan estar alguna vez. Pero respondiendo a tu pregunta quien me impresionó mucho la primera vez que lo escuché fue Lucas Goicoechea. Soy un fan de Lucas. Está completamente loco ese pibe!!!….Cuando veo un músico así yo me muero de ganas de tocar con él.
Bueno, tenés un trío con él y con Elstein.
Si y otras bandas también. Te cuento. Con mi familia pasamos el verano en Quila Quina, un pueblo muy lindo cerca de San Martín de los Andes. Mis suegros tienen una cabaña allí. Entonces supe que mi amiga Caroline Davis, una excelente saxofonista, venía a tocar a Santiago de Chile. Pensé que sería lindo si pudiéramos tocar juntos, ya que estábamos cerca. Entonces me puse a componer para ese encuentro. Recordé que en Morán había visto a Mariano Otero, Sergio Verdinelli y Leo Genovese. La música me había gustado mucho. Y pensé en hacer algo así en ese estilo para tocar con Caroline. Cuando estaba componiendo me di cuenta que estaba muy influenciado por el lugar. Sentí que era música de Quila Quina. El soundtrack de Quila Quina.
El paisaje protagonista de la música.
Si, totalmente. El lago, la montaña, los pájaros, el espacio…Luego, el show de Caroline se canceló. Entonces yo pensé que esa música sonaría muy bien con Lucas, Camila y Omar Menéndez. Cuando volví hicimos una fecha en Cuerda Mecánica, con cinco temas de esa suite. Una semana después lo grabamos en el estudio de Florencio Justo. Todavía no lo edité, pero ya vendrá, seguramente.
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