Mucho y bueno es lo que se ha editado a lo largo del año en la escena del jazz local. En los últimos tramos del calendario se sumó a este panorama un puñado de trabajos de singular valía. El rescate que hizo BlueArt de una grabación de Rodrigo Domínguez y Natalio Sued en 2009, el primer disc0 como líder de Pablo Moser, una nueva entrega del talentoso Francisco Slepoy y un enorme trabajo del quinteto de Pablo Díaz; se cuentan entre ellos.
Desvio (BlueArt) Natalio Sued-Rodrigo Dominguez
Ya de por si los nombres en la carpeta del disco son toda una declaración de principios. Juntos, Rodrigo Dominguez y Natalio Sued, dos de los tenores más talentosos de los últimos años en la escena local, son una invitación ineludible para oídos inquietos.
«Desvíos» fue grabado en 2009 y ahora regresa a las bateas a través del interesante trabajo de búsqueda y rescate que realiza Horacio Vargas para el sello rosarino BlueArt, donde Domínguez editó su último trabajo hasta aquí, el excelente «Relojeros (ya no quedan)».
En marzo de 2009 Dominguez venía de grabar «Soy Sauce», su personal mirada sobre temas poco transitados de Luis Alberto Spinetta y Sued, ya radicado en Holanda, había editado poco antes su «Mirada esquiva», junto con Michael Moore.
En aquella sesión en Sound Rec, y con Fernando Martinez como ingeniero de sonido, Dominguez y Sued transitan un puñado de temas, muchos de ellos de singular brevedad, solos o en cuarteto, junto a Hernán Merlo y Sergio Verdinelli.
A los dúos, una serie de melodías improvisadas numeradas de 1 a 6, que de por sí solos justificarían este disco o cualquier otro, le siguen temas escritos, como «Zamba para Nicanor» de Sued o «Green D», de Dominguez, en un viaje lleno de matices y texturas. Buena música, de esas que el tiempo no derrota.
Planetas (Indep) Francisco Slepoy
«Planetas» es el nuevo trabajo de Francisco Slepoy, el joven guitarrista que ya cuenta con una vasta producción como líder de sus propias bandas. Aquí, en su quinto disco personal, Slepoy se aventura en un recorrido por distintos géneros y temáticas, en una búsqueda que transita con creatividad desde las melodías más intimistas hasta la exploración de nuevas formas y colores.
Lo hace en solitario, con guitarra acústica de ocho cuerdas, como en el «Maribel se durmió» una fugaz y sentida visita al universo del «flaco» Spinetta, o en el tormentoso «Cinturón de asteroides», donde Slepoy explora nuevas sonoridades.
En otros pasajes Slepoy es secundado por el grupo Proyecto Oso Verde, que completan Francisco Cossavella en bombo leguero y percusión, Lucas Goicoechea en saxo alto y Andrés Elstein en batería. Junto a ellos, y en temas como «Nuevo Melmac» o «Saturno oso blanco», donde el grupo alcanza singular expresividad, combinando sonidos poco transitados en la actual escena.
Slepoy detalla que la composición de las músicas fueron hiladas entre si y planteadas conceptualmente con esa lógica. «También llevé a ese terreno el tema de la tradición, en el que me propuse estructurar ese ‘gen compositivo’ en formas tradicionales que tuvieran algún pequeño accidente con el cual la música siga vinculada a esas raíces, pero que a la vez genere una nueva forma».
Mar rojo. (indep) Anonimus Big Band
Fundada en 2009, la Anonimus Big Band lanzó sobre mediados de año su primer trabajo discográfico, el interesante «Mar rojo», en donde la agrupación aborda con su personal estilo la obra de compositores actuales, como Guillermo Klein, Juan Cruz de Urquiza o Hernán Cassiba.
A través de un trabajo colectivo, en el que a primera vista no se evidencia ni director o conductor definido, la Anonimus se muestra como una aceitada maquinaria musical, en donde las individualidades (que las hay y de las buenas) suman con acierto a la propuesta grupal.
La Anonimus fue formada por iniciativa de alguno de sus miembros actuales, los trompetistas Jorge Fleitas y Guillermo Santilli, el baterista Carlos Derisio y el trombonista Alejandro Martín.
Actualmente la integran Fleitas, Santilli, matías Bahillo y Nahuel Viola en trompeta; Pablo Fortuna, Nicolás Porley, Gonzalo Rodríguez Vicente,Claudio Scolamiero y Marcelo Andrada en saxo; Martin Lauriño, Milton Rodriguez, Rocío Elizalde, Damián Chavarría en trombón; Marcelo Bragagnolo en piano; Matías Suárez en guitarra, Hern{an Cassibba en contrabajo y Carlos Derisio en batería.
Mascota (Kuai Music) Pablo Moser Cuarteto
Sobre el final del disco, un solo de saxo despojado, áspero, bordeando los límites; sintetiza en un par de minutos el espíritu que alimenta los siete temas restantes de «Mascota», el primer y esperado disco de Pabo Moser como líder.
Al frente de un cuarteto que completan Juan Pablo Hernández en guitarra, Juan Bayón en bajo y Pablo Díaz en batería; Moser despliega aquí su música a través de un nada complaciente puñado de composiciones propias; en donde la búsqueda y el riesgo que ella implica, abonan el camino.
Desde «Mushotoku», el tema que abre el disco con cuarteto a pleno y un inspirado Hernández en guitarra, pasando por el melancólico e intenso «Dos corazones», con Moser a puro sentimiento; hasta «Aduk», con el saxo al frente respaldado por la solidez de Bayón y Díaz y con la guitarra de Hernández bordeando la melodía; transcurre la primera mitad del trabajo en medio de una levedad que atrapa.
En la segunda, «Las montañas», con Moser en soprano y un delicado solo de Hernández en guitarra, anticipan lo bueno por venir. Primero la intro de «Pueblo fantasma» con un solo de Juan Bayón que ya de por sí alcanzaría para justificar su presencia en el disco y luego el desarrollo del tema en su totalidad, con la banda a pleno.
Todo preanuncia el final, con «Aardvark», y el solo desagarrado de un Moser que corona así, su primer y más que interesante debut como líder.
Destemporizador (NendoDango Records) Pablo Diaz Quinteto
¿Qué se puede pedir de un disco que integra la trayectoria y honestidad de Enrique Norris con la atractiva combinación de experiencia y juventud de Paula Shocron y Pablo Diaz y la pujanza de Pablo Moser y Germán Lamonega? Simplemente, que las composiciones merezcan a los intérpretes. Y queda claro que este es el caso.
«Destemporizador», el nuevo álbum del prolífico Pablo Díaz, que este año ya había editado “Tierra”, un arriesgado trabajo junto al saxofonista Miguel Crozzoli y “Anfitrión”, en formato de trío junto a Shocron y Lamonega, vuelve a poner de relieve su búsqueda artística.
Una búsqueda que privilegia las formas libres, la amplitud de expresión y que configuran ya desde el primer corte, con «Antitónica», una formulación de principios que no se ven traicionados en los ocho temas restantes.
El segundo corte, «Serpiente de fuego», de formas más tradicionales, antecede a «Destemporizador», el tema que le da título al disco y en el que las formas libres, en apariencia desconectadas, suman a un todo de arriesgada concepción. Pero quizás sea con «Uno es el ritmo», con sus 11 minutos de extensión, donde mejor se evidencia la enorme potencialidad del grupo y la creatividad de cada uno de sus componentes.
El principio podría ser hasta engañoso. Se presenta como un típico tema de hard bop, con la banda a pleno y el ritmo bien marcado, para luego dar paso a una sucesión de solos de esos que dejan sin aliento. El primero lo toma la corneta de un Norris siempre creativo, para dar luego paso al saxo de Moser. Poco después, con el grupo en formato de trío, Paula Shocron toma la posta y arremete con un solo que va creciendo en intensidad hasta convertirse en un viento huracanado, con una entrega visceral que deslumbra. Díaz y Lamonega secundan el increscendo de Paula que luego se desvanece para dar cabida a Pablo y su inspirado solo detrás de los tambores. Sobre el final el grupo regresa a pleno con el mismo motivo del inicio. Un enorme tema, que de por sí bastaría para justificar cualquier disco, en cualquier época y en cualquier lugar.