Pablo Ledesma y Pepe Angelillo comparten desde hace décadas su pasión por la música. Años de transitar escenarios, grabar discos o integrar innumerables grupos. Ahora un nuevo proyecto vuelve a reunirlos. La edición de “Orillas”, un trabajo de excelente factura, que incluye un disco de música improvisada junto a un libro con las fotografías que la inspiraron.
La improvisación musical inspirada en una sucesión de imágenes, tiene en el jazz un antecedente ineludible: Miles Davis en el Paris de 1957, creando sobre las imágenes de “Ascensor para el cadalso” (“Ascenseur pour l’echafaud”), la película de un veinteañero Louis Malle, con el protagónico de la bella Jeanne Moreau.
Se sabe que Davis le dio a sus músicos: Barney Wilen en saxo tenor, René Urtreger en piano, Pierre Michelot en contrabajo y Kenny Clarke en batería; sólo algunas pautas que había imaginado después de ver la película. A partir de allí el grupo se lanzó a la improvisación al tiempo que proyectaban algunas secuencias relevantes del film.
Muchos años después, en otra escena y en distinta geografía, el saxofonista Pablo Ledesma y su habitual compañero de ruta, el pianista Pepe Angelillo, se embarcan en un proyecto de similares características. Componer en el momento sobre las sensaciones que motiva un puñado de fotografías de paisajes del artista bonaerense Argamonte.
Con la suma del veterano Mono Hurtado en contrabajo y del salteño Martín Misa en batería, el recorrido que propone la música a través de lo que sugieren las imágenes, se abre a un universo inabarcable. Las más de las veces en cuarteto, otras en trío y hasta reducida a la mínima expresión de un dúo, la entrega musical de “Orillas” se nutre del mensaje de paisajes despojados que propone el arte de Argamonte, para crear su propio universo de imágenes sonoras.
La propuesta, un disco más un libro de fotografías de 20 páginas y tapa dura, fue presentada en octubre pasado en el Museo Provincial de Salta, donde además se exhibieron las obras que dieron lugar y motivo al trabajo.
En ese escenario, quienes asistieron pudieron observar el arte de Argamonte, tomar los auriculares que aguardaban colgados a un costado de la obra y escuchar a un mismo tiempo, la música que esas imágenes habían inspirado.
También allí, como en un juego de espejos, infinito y circular, de esos que gustaban tanto a Borges; Angelillo, Ledesma, Hurtado y Misa volvieron a escena para improvisar sobre la música irrepetible de un disco nacido de la creación espontanea.
“Es cierto como algunos dicen, que algunos tracks tienen cierto color. En la música que acompaña las fotos sobre el Rio Pilcomayo podes rastrear cierto aire folclórico. Pero es sólo eso, un aire, dice Pablo Ledesma. Nada más que una sugerencia. Porque esto es improvisación pura. Y nunca volveremos a hacerlo igual. La música será siempre distinta, aunque volvamos a tocarla y nosotros seamos los mismos”.
Agua, costa, arena, piedras. Viento y desolación. La mirada que retrata un lago neuquino, las cumbres de Córdoba, la chilena Isla Negra o el Pilcomayo salteño. Fotografías en blanco y negro que sugieren más de lo que muestran. Y la música dando marco a estas ”Orillas”, como una obra dentro de otra.
“Quedé sorprendido al ver lo que podía ocurrir en una situación de improvisación real, dice Pepe Angelillo . Pablo tiene más experiencia en esto. El desarrolló esta vertiente en todos estos años. Ha tocado con gente como Agustí Fernández. Pero para mí es la primera experiencia de improvisación total. Y estoy totalmente complacido y agradecido por el resultado”.
Así es este “Orillas”. Una creación espontánea que se inspira en la imagen. Composiciones que nacen en el mismo momento en que mueren. Una belleza huidiza y fugaz. Única e irrepetible.
Argamonte – Fotografía Pablo Ledesma – Saxo Soprano y Alto Mono Hurtado – Contrabajo Pepe Angelillo – Piano Martín Misa – Batería y Percusión Grabado el 17 de mayo de 2014 en los estudios MIT y editado con aportes del Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural de Salta
