En mayo de 1996 en el Knitting Factory de Nueva York, Pablo Aslan grababa en vivo su “Avantango” junto a Thomas Chapin y Ethan Iverson. Aquel disco, hoy un clásico indiscutido, marcó la carrera del contrabajista argentino, que fiel a sus convicciones siguió produciendo trabajos destacados, nutriendo al tango con espontaneidad jazzera. Dos décadas después, Aslan regresa con Avantango a Buenos Aires, con distinta formación, pero con idéntica vocación innovadora, para presentarse en el Festival de Jazz de Buenos Aires.
A 20 años de la edición argentina del disco “Avantango. Y en el 2000 también”, Pablo Aslan regresa a Buenos Aires con su nuevo trío para rememorar aquel disco inolvidable, que lo unió a Thomas Chapin y Ethan Iverson y para presentar además su nuevo registro: “Contrabajo. Works for bass and string quartet”, de reciente edición.
Llegás a Buenos Aires para recrear un disco histórico tuyo, el primero de Avantango, grabado en Nueva York en 1996, pero también traes bajo el brazo tu última producción esta vez al frente de un cuarteto de cuerdas…
Si, se llama “Contrabajo. Works for bass and string quartet” y es un disco importante para mí. Está recién editado y con muchas composiciones hechas especialmente para este trabajo. Lo hicimos con el cuarteto de cuerdas y además está Paquito D’Rivera en un tema y yo mandándome un poco más al frente como contrabajista, un poco más solista que de costumbre. La producción es de Gabriel Senanes.
Hay nuevas composiciones, algunos tangos históricos y hasta “Come Sunday”, de Duke Ellington. ¿Qué te motivó a incluirlo?
Es un tramo de la obra “Black, Brown and beige”, de Duke. Es una de las ideas que planteamos con Gabriel cuando armamos el disco, y como los dos somos fanáticos de Ellington, fue sencillo ponerse de acuerdo.
¿Vas a presentar esta música durante tu estadía en Buenos Aires?
No, por el momento no. Tenía ganas de armar algo en Buenos Aires, pero la gente del cuarteto tenía una agenda muy ocupada, así que lo dejamos para otro momento. Será en el próximo viaje. Si lo voy a hacer en Nueva York. La idea es juntarme con cuartetos que ya estén armados. Grupos que vengan tocando juntos y que quieran hacer conmigo esta música. Ya estoy en tratativas con dos grupos, con uno de ellos ya trabajé el año pasado y con otro este año. Veremos que sale. Ahora con el disco físico en mano, comienza el trabajo de buscar cómo hacerlo en shows y todo eso…
Retrocedamos veinte años. En mayo de 1996 grabaste “Avantango. Y en el 2000 también” en Nueva York, junto a Thomas Chapin e Ethan Iverson. El disco es hoy un clásico. ¿Cómo fue aquello?
Cuando nos decidimos a grabar nosotros veníamos tocando ya desde hace un tiempo. Una amiga nuestra nos había programado en un loft de Nueva York. Y luego de esa serie de shows fuimos al estudio y grabamos todo el disco. Regresamos luego a tocar en Knitting Factory y decidimos grabar eso también. Veníamos con un millaje importante y nos conocíamos muy bien. Pero cuando volvimos al vivo nos dimos cuenta que teníamos la mezcla perfecta para nosotros. Entre la concentración del estudio y la impro del escenario. Un balance bárbaro. Cuando editados el disco, decidimos que quede la grabación del vivo, menos un tema: “Telling comment” que era de Thomas y él pidió que usemos la toma del estudio. Así que en algún lado estará el disco entero grabado en el estudio, que finalmente no usamos…
Ahora vas a reeditarlo remasterizado… estás trabajando en eso…
Si. Vamos a sacarlo remasterizado. Cuando lo mezclamos yo lo llevé al estudio de un amigo, que lo primero que hizo fue pasarlo a una cinta de dos pulgadas, limpio, así como se grabó. Luego él trabajó sobre ese material. Yo en ese momento no sabía bien como se hacían esas cosas y el venía de la música pop, asi que le puso un montón de efectos. Lo comprimió y de alguna manera se desvirtuó el sonido natural. Pero la cinta con la grabación original me quedó a mí. Y siempre tuve ganas de reeditarlo con el sonido original. Ahora lo vimos con Luis Bacqué, que es un muy buen ingeniero y fue bárbaro. Está allí el sonido original del grupo. Para mí fue una emoción tremenda. Se oían las pequeñas cosas, los detalles que estaban perdidos con la compresión. Y volví a escuchar a los muchachos, a Thomas y a Ethan, como si estuvieran ahí….fue una sensación tremenda.
Es uno de esos discos que resiste el paso del tiempo, que sigue siendo actual…
Además es una buena oportunidad de resaltar el trabajo, ahora que se sabe más de Thomas y de Ethan y algo más de mí. Creo que hay cosas que perduran. La música es linda, hay buenas ideas. Hay una búsqueda para improvisar sobre el tango, lo que en ese momento recién se comenzaba a ver.
Como decís, ahora se sabe mucho más de Chapin o de Iverson. ¿Pero cómo te relacionaste con ellos hace más de 20 años, cuando aún no tenían la carrera que desarrollaron después?
Cuando yo llegué a Nueva York comencé a trabajar en las milongas. Fueron años de mucho trabajo. Entonces un día pusimos un aviso buscando pianista y apareció Ethan. Paralelamente yo tenía contactos en todo el circuito de lofts y toda esa corriente de improvisadores. Un día me invitaron a tocar en una big band y allí conocí a Thomas. Todos estábamos de alguna manera conectados, dando vueltas por el mismo circuito.
¿Desde un inicio arrancaron como el trío que luego se conoció?
No, comenzamos como un sexteto alrededor de 1994. Luego pasó a ser cuarteto. Pero un día el baterista, que era Kenny Wollesen, que ahora viene al festival con Sylvie Courvoisier, no pudo ir al show y entonces lo hicimos igual. A partir de allí quedamos tres. Que para la música es un número perfecto. Y seguimos trabajando mucho hasta que Thomas volvió de Africa enfermo. Eso fue en el 97. Algunas veces que Thomas no pudo estar, recuerdo que convocamos a Donny McCaslin, que por entonces estaba en el grupo de Fernando Tarrés. Thomas falleció en febrero de 1998, antes de que saliera el disco…
Ahora que cosa extraña sucede a veces con los discos. El trabajo del que estamos hablando es hoy un clásico. No hay muchos discos así en la música improvisada argentina. ¿Por qué crees que Avantango alcanzó ese estatus?
No lo tengo claro. Si puedo decirte que me sigue abriendo puertas. Una de las razones por las que fui convocado al Festival de Buenos Aires es por mi relación con Adrian Iaies. Y yo a Adrian lo conocí a través del disco. Nos hicimos amigos a partir de ese disco. Así me pasó también con Pipi Piazzolla y los chicos de Escalandrum y con tantos otros músicos. Lo que pasó ahí, es que me junté con dos músicos increíbles. Ya por entonces se podía predecir que iban a ser figuras muy reconocidas. Yo le decía a Ethan que en el futuro me iba a dar corte contando que lo conocía antes de que fuera famoso. Porque ya se veía venir. Y con Thomas también.
¿Y que pensás que aportaste vos para lograr un trabajo de ese nivel y de esa permanencia?
Yo creo que por ese entonces ya le había dado varias vueltas de tuerca a cómo encarar el tema del tango espontáneo. Ya tenía una experiencia hecha aún antes de llegar a Nueva York y un conocimiento maduro del tango. Creo que le aporté soltura a un material tan rico. Yo creo que aún hoy hay gente que se pregunta cómo hacer esto. Ethan y Thomas no tenían ningún prejuicio al respecto. Se largaban sin preocuparse si sonaba arrabalero o no, cosas que si me preocupaban a mí. Ethan tenía además una combinación extraña. Un tipo formado en lo clásico, con un background impresionante en el jazz, que sin embargo tocaba tres veces por semana en las milongas. Y lo hizo durante años.
Otro disco importante en tu carrera fue “Buenos Aires tango standards” de 2007, que creo, nunca se editó en la Argentina.
No, ese disco lo produjo Zoho y no se editó en Argentina. Luego de aquel trío con Thomas y con Ethan, grabé un segundo Avantango en Nueva York con músicos argentinos que estaban radicados allí. Fue un disco muy escrito, porque sentí que no tenía la libertad de improvisar como hacía con Ethan y Thomas. Luego me fui a pasar un año en la Argentina. Comencé a tocar con Gustavo Bergalli en su grupo y luego armé el mío propio en el que convoqué a Gustavo, a Pipi, a Jorge Retamoza y Abel Rogantini. Allí recién descubrí que podía traer un poco de la metodología que había trabajado con aquel primer Avantango.
¿Vos ya los conocías a todos, habías tocado con ellos?
A Pipi lo conocí en aquellos años. Abel Rogantini fue una sorpresa para mí. Yo en realidad había convocado a Diego Schissi, primero y a Guillermo Romero después, pero ninguno de los dos podía. Alguien me recomendó a Abel, a quien no conocía y se adaptó perfectamente a la música. A Gustavo lo conocía, el ya venía desde hace años explorando lo tanguero en su instrumento y también a Retamoza, que también venía trabajando con el saxo que de alguna manera evoca al fuelle….A partir de allí todos mis discos los hice en Buenos Aires y con los muchachos de siempre.
Pablo, ahora tenés nuevo trío, con Dan Tepfer en piano y Jeff Lederer en saxos, con el que venís al Festival de Buenos Aires. ¿Qué estás haciendo exactamente con ellos?
Bueno, hace años que venimos trabajando juntos informalmente con Dan y Jeff. Así que la aventura comienza formalmente con este viaje. Jeff es un músico que ha tocado jazz, salsa, y música cubana y tiene toda esa cosa de neoyorkino mezclado con músicos latinos. Dan, por su lado ha hecho muchos discos a dúo, entre ellos uno con Lee Konitz y además es bailarín de tango. Ambos son músicos sin ataduras estilísticas, muy improvisadores. Y como voy con ellos a un festival de jazz, voy sin culpas, sin ataduras, sabiendo que podemos abrir mucho la cancha…También voy a estar en esta modalidad de cruces, junto con Sophie Lussi, Jorge Armani y Giovanni Primerano. También voy a estar en la presentación de la película sobre Thomas Chapin, lo que me tiene muy contento, claro.
Hablás de abrir la cancha…allí está quizás el motivo principal de tu entusiasmo con este nuevo trío y la posibilidad de hacerlo en Buenos Aires…
Si, claro. Yo siempre pienso que cuando hago un arreglo no estoy dando mi mejor manera de expresarme. Arreglo cuando la cosa tiene que estar ordenada, pero en este tipo de ocasiones yo prefiero que todo pase arriba del escenario y que pasen cosas que no habíamos previsto. Esto es lo que va a suceder ahora y te digo, además me parece un hallazgo de Adrián Iaies y del Festival. Esto de empujar para iniciar nuevas cosas. De darte una fecha para que pongas en marcha tu proyecto. Para mostrar lo nuevo. Esto para un músico eso es irresistible.
Actividad de Pablo Aslan y sus músicos en el Festival de jazz de Buenos Aires
Viernes 16 de noviembre, 16 hs. Proyección de Night bird song, una película sobre Thomas Chapin, Museo del Cine, Caffarena 51. Entrada gratuita.
Sábado 17 de noviembre, 18 hs. Dan Tepfer presenta Goldberg Variations/ Variations (Variaciones sobre las Variaciones Goldberg de J.S. Bach) en el Salón Dorado del Teatro Colón. Cerrito 628.
Sábado 17 de noviembre, 21.30 hs. Cruces con Sophie Lussi en violín (Suiza), Jorge Armani en guitarra (Argentina), Giovanni Primerano en piano (Uruguay) y Pablo Aslan en contrabajo (Argentina/EE.UU.) en BeBop Club, Moreno 364.
Domingo 18 de noviembre, 16 hs. Avantango Trío en La Usina del Arte. Pablo Aslan contrabajo, Dan Tepfer piano, Jeff Lederer, saxo. Caffarena 1 Entrada gratuita.