Trascender sin someterse a una capital que todo lo arbitra con su centralismo prepotente no es sencillo en la Argentina. El talento solo no alcanza y la ciudad, como un dios impiadoso, pide el sacrificio del desarraigo. Desafiando ese destino, el Supernova Jazz Trío construye su música desde 2011 en Bahía Blanca, a 350 kilómetros al sur de aquella “cabeza de Goliat” que con amarga mirada describía Ezequiel Martínez Estrada. Con dos discos editados y otro por aparecer, Fernando Balestra, Lisandro Diez y Fernando Tomassini, entregan una creativa propuesta grupal para oídos atentos.
Fotografías Federico Brandt y Darío Bonnin
“Este tercer disco, dice Fernando Balestra, pianista y tecladista de Supernova Jazz Trío, representa el punto más alto del grupo, en cuanto a la madurez musical, el sonido y el concepto”. Lo cierto es que Tres, el último trabajo, es una auténtica caja de sorpresas. Dividido en dos partes, una primera acústica y una segunda eléctrica; el registro se muestra intenso y pasional en cada uno de los 12 temas que lo integran. Allí donde la solvencia musical de Balestra, Lisandro Diez y Fernando Tomassini no se desvanece en lo individual, sino que suma a la solidez de un grupo distinto, potente y creativo; para entregar un disco de esos que están llamados a perdurar.
Fernando, en Tres, hay dos secciones bien definidas. Como dos discos en uno. La primera parte acústica y la segunda eléctrica. ¿Esta veta eléctrica siempre estuvo o está pensada para este disco en particular?
No, nosotros siempre tuvimos un formato eléctrico. Mirá, entre los problemas recurrentes que encontrás cuando vas a tocar al interior del país está la falta de un buen piano y el tema del contrabajo, que habitualmente no es ecualizado de la manera correcta. Como Lisando no es solo un excelente contrabajista, sino que también toca muy bien el bajo eléctrico, tener ese formato no fue difícil para nosotros. Y así tenemos un proyecto alternativo, que podemos ofrecer en distintos escenarios. Entonces si tenemos un show en un bar, algo más intimista, vamos con el formato acústico. Pero luego nos salió una presentación en el Teatro Don Bosco, un lugar donde habitualmente van grupos de rock y entonces fuimos con el formato eléctrico. Y así, con esa propuesta llegamos a este disco. Por eso Tres representa el momento actual de Supernova.
Lo interesante es que sus dos partes no suenan como si fueran discos distintos. Hay una continuidad a pesar de que la propuesta tiene ingredientes diferenciados.
Si, nosotros pensamos lo mismo. Por eso hablamos de una escucha teatral. El disco va creciendo en intensidad y tensión a medida que transcurren los temas. Creo que el punto máximo se alcanza con el tema ocho: Galaxia, el segundo de la segunda parte. A partir de allí el clima retoma cierto relax. Es un poco lo que intentamos hacer en cada show, un crescendo que luego se resuelve y regresa al clima que le dio origen. Es una estructura narrativa clásica. Acá hay también un muy buen trabajo de Hernán Caratozzolo, en la masterización, que logró una lógica al sonido del grupo y a las ecualizaciones.
El registro está pronto a ser editado. ¿Ya definieron el formato? un dato no menor en los tiempos que corren.
Va a estar en las plataformas, de manera online, mientras vemos cómo vamos a llevarlo al formato físico. Una idea que estamos evaluando es hacer una caja artesanal, de chapa, con un pendrive. Es decir un formato físico amigable y coherente con los tiempos actuales y con muy buena calidad de audio. Que puedas escucharlo en el equipo de música, en la computadora, pero también en el auto en el televisor.
¿No lo van a editar en CD?
Si, vamos a hacer un CD. Pero todos sabemos cómo se escucha la música hoy. En formatos virtuales, de manera fragmentada. Poca gente escucha como se hacía antes, poniendo un disco en el equipo y dejando correr todos los temas. Pero también sabemos que si bien es un formato en decadencia, tiene mayor aceptación en el interior del país, a donde fuimos a tocar muchas veces. Creemos que hay cierta lógica “comercial” online que funciona muy bien para artistas muy masivos, pero no tanto para grupos como el nuestro, con una música muy definida. Todo eso está en evaluación, pero vamos a ir con CD también.
Pareciera que hoy el artista no puede limitarse a tocar o componer y que debe sintonizar su arte con el avance tecnológico y los nuevos hábitos de escucha y consumo. ¿De qué manera eso influye en la música que hacen?
Hemos ido acomodando nuestra música los tiempos que corren y a las ventajas o desventajas con las que contamos. El jazz tiene que tener una adaptación a los nuevos tiempos. Si no se pierde. Fijate, por ejemplo, es muy poco el jazz que se pasa por las radios, más allá de algún programa específico de amigos a los que siempre agradecemos. Pero si vos tenés temas de 15 minutos de duración, ni siquiera estos amigos lo van a pasar. Porque para una radio eso es imposible. El jazz actual tiene que entender eso y hacer que su música pueda adaptarse para llegar a un público mayor. A nadie le interesa no ser escuchado. Nadie quiere tocar solo para 10 personas. Hay que dar respuesta sin resignar, sin concesiones artísticas, pero hay que adaptarse, como lo hizo el rock…
¿Y seguir manteniendo algún vínculo con la tradición, aún la más reciente?
Y ese es todo un desafío, claro. Nosotros tres somos músicos de formación académica y nos siguen gustando esos tríos clásicos como el de Keith Jarret, Bill Evans o Brad Mehldau. Así que la idea nuestra es hacer un disco más clásico, grabar con un piano de cola, en un muy buen estudio y sacarlo en algún momento en vinilo.
Ustedes arman los shows con un concepto muy interesante también desde lo visual.
Tenemos un concepto artístico amplio. De alguna manera funcionamos como una pequeña empresa. Nos encanta tocar y es lo que queremos seguir haciendo. Pero también nos ocupamos de tener buenos videos, nos acompañan fotógrafos con imágenes profesionales de nuestros shows, hacemos la puesta en escena, modesta, pero puesta al fin. Estamos muy atentos a lo que es un show en general. Queremos mostrar un concepto musical completo, un concepto integral. Por eso nos ocupamos de todos esos detalles más allá de la música misma.
¿Lo escénico, puede oficiar también como puerta de entrada a la música?
Totalmente. Nos ha pasado que mucha gente fue a vernos por curiosidad, por que vio fotos de la puesta o le comentaron algo sobre el show en general y luego nos siguió por la música. Luego del show compró los discos, comenzó a interesarse por saber a dónde íbamos a tocar la vez siguiente. Eso, por ejemplo, nos permitió llenar el Teatro Municipal de Bahía Blanca con más de 550 localidades, algo que no han conseguido aquí artistas de relevancia internacional.
¿Y esto sigue pasando?
Bueno, en los últimos años hubo un recorte muy grande en la apuesta cultural del gobierno local. Esto no es una opinión, si un dato de la realidad. Por ejemplo el Teatro Municipal está cerrado desde hace tres años, una pena. Pero bueno, nosotros seguimos tocando y produciendo. En el 2019 dimos un recital doble en la ciudad. Dos shows distintos, con diferente repertorio y con media hora de intervalo entre ambos. Fuimos a tocar afuera, en el 2017 estuvimos en Cuba y también en el interior del país. Acá, por ejemplo nos conoció Adrián Iaies cuando vino a Bahía. Nosotros en aquel Festival Provincia tocamos con Hugo Fattoruso. A Iaies le gustó nuestro trabajo y luego nos programó en la Usina del Arte.
El primer disco de Supernova editado en 2014 se llamó LAS, un homenaje a Luis Alberto Spinetta con versiones de una docena de sus temas. ¿Cómo encaraste esos arreglos?
Es muy difícil hacer el arreglo de un tema. Aunque la palabra creo que se usa mal. Es deconstruir un tema y que siga sonando interesante, pero que no sea simplemente un cover. Y en el caso de Spinetta es aún más difícil, porque su voz ya era parte de la canción y porque de alguna manera esos temas ya están como cerrados. Yo respeté allí la melodía y la armonía. Porque para mí arreglar implica un compromiso mayor que modificar una o la otra. Es como componer un tema nuevo a partir de lo que otro dejó. Eso es lo que intentamos.
¿Cuál dirías que fue su influencia en un grupo de jazz como el de ustedes?
Es una música muy inspiradora. Está hecha además con elementos muy complejos. Tiene un lenguaje musical muy elevado, como la música de Ravel, Debussy o Bill Evans. Son esas sonoridades llevadas al rock. Entonces hay que tener un respeto muy grande por todo eso.
El segundo disco, Continuo de 2017 ya tiene otras miradas…
Y es el disco que hicimos luego de nuestra experiencia cubana. Fuimos a tocar al Festival Jazz Plaza de La Habana en 2015 y 2016. Fue una experiencia tremenda junto a gente muy importante como Snarky Puppi, Chucho Valdes, Buena Vista Social Club, Christian Mc Bride, entre otros. En Continuo si hay otra mirada. Hacemos La Pomeña, de Manuel Castilla y el Cuchi Leguizamón, versiones de los 80s y los 90s como Careless Whisper, de George Michael y Cinema Paradiso, de Ennio Morricone.
Recién comentabas como habías encarado el trabajo sobre Spinetta. ¿Es aplicable la misma modalidad cuando es otro autor con diferentes complejidades, como Astor Piazzolla o Ennio Morricone?
Por un lado es similar. Para comenzar tenés que conocer la estética musical base de la cual parte el tema. Y en el caso de Spinetta o Piazzolla eso ya es un mundo en sí mismo. Hay que conocer la genética que tiene esa música. Y luego, con ese conocimiento, hay que ser muy cauto a la hora de modificar el ritmo o cambiar la estética. Tenés que pensar bien que formato le va a cada tema si querés modificar el formato de base. No se puede, por ejemplo, tomar cualquier tema y transformarlo en un candombe. Va a sonar forzado. Hay que ser respetuoso con el autor.
Volvamos al 2021. ¿Cómo viene este año para Supernova?…si es que se puede programar algo en un calendario de tanta incertidumbre.
Bueno, en primer lugar con la salida del disco y la definición de los formatos que hablábamos. Por otro lado ya tenemos una fecha en Carhué, en el Lago Epecuén. Allí vamos a ir con la propuesta eléctrica. Y luego veremos cómo sigue el año y como seguimos desarrollando nuestra música. Nosotros siempre estamos dispuestos a crecer, a evolucionar, a buscar cosas nuevas. Eso también es lo lindo de la música.
Tres . Supernova Jazz Trío
(Primera parte)
1. A 3 cuadras / 2.Rain /3.Flow /4.Californication / 5.Oblivion /6.You dont know what love is
(Segunda parte)
7.Obertura / 8.Galaxia / 9.Turquesa / 10.Kic 8462 / 11.Colonia / 12.Rain (Electric versión)
Fernando Balestra piano, teclados, voz y dirección musical / Fernando Tomassini batería y percusión / Lisandro Diez, bajo y contrabajo. Músicos invitados: Andrés Caldironi saxo tenor en Flow y Nicolás Leidi saxo alto en Oblivion. Grabado y mezclado en noviembre 2019 en Quntra (B. B a) con Federico Ursino. Mástering Casa Frida (CABA) con Hernan Caratozzolo. Diseño Cubierta Jorge Morales. Fotografía Darío Bonnin y Federico Brandt.