Hubo que esperar cinco años para un nuevo disco de la pianista colombiana Tatiana Castro Mejía, una de las más activas intérpretes del free en el país. Después de su primer disco, el logrado «Ciclos» junto al saxo de Ada Rave, Tatiana regresa con «Sinancla», un nada disimulado homenaje a Eric Dolphy, con singulares versiones del saxofonista norteamericano y un par de temas propios; en donde Castro Mejía evidencia su persistente progreso. El sábado próximo en La Scala de San Telmo, «Sinancla» comienza a recorrer con su arte los escenarios porteños.
Fotografía de apertura: Martha GonzálezPara Tatiana Castro Mejía cada cinco años los astros se alinean. En el 2005 llegó desde Colombia con una beca para estudiar y nunca más se fue. En el 2010 editó “Ciclos”, su primer disco como líder, con una decena de temas propios. Ahora, en los últimos meses del 2015, sale su segunda placa: “Sinancla”, con el que corona esta reciente y fructífera etapa de su evolución musical.
En “Sinancla” hay dos temas de Eric Dolphy y un tercero basado en una pieza suya. Pero parece que el saxofonista influyó también para dar forma a tu actual grupo y tus propias composiciones.
Si, claro. El primer motivo para juntar esta formación fue para tocar íntegro «Out to lunch», el disco emblemático de Eric Dolphy. Ese fue incluso el primer concierto de este grupo. A partir de allí es que yo siento la necesidad de componer pensando en esta formación y es cuando comienzan a aparecer los primeros temas.
Hacés “Hat and Beard “y “Straight up and down”. ¿Por qué elegiste esos dos temas de «Out to lunch»?
Creo que son los dos temas en los que mejor captamos el sentido más íntimo de la composición. Es en los que mejor pudimos «apropiarnos» del sentimiento del autor. Al menos así lo sentimos nosotros. Luego yo tomo otro de sus temas, «245» que es un blues muy hermoso, y lo deformo desde la composición misma, para hacer otra cosa a partir de allí, citando en algún pasaje el propio tema. Es una manera de rendir homenaje a Dolphy, una especie de homenaje desde la composición…
¿Y “King Korn” el tema de Carla Bley?
Yo venía escuchando mucho a Carla y esa tema me encanta. Está en uno de los discos de la Liberation Orchestra. Pero antes escuché las varias versiones de Paul Bley que me gustaron mucho. Luego estudié la versión de Carla y fortalecieron mis ganas de hacer el tema.
¿Te gusta Carla, has seguido su carrera en estos años?
Es un músico que me gusta, es muy interesante aunque no he seguido en detalle su carrera. Si he tenido la oportunidad de verla en vivo, en dúo con Steve Swallow y fue muy intenso. Me encantó. De todas maneras creo que el aporte singular de Carla pasa más por lo compositivo que por lo pianístico.
¿Y que es lo que más valorás de Dolphy?
Me gusta mucho su sonoridad. Lo que logra con sus composiciones y particularmente en «Out to lunch«. Lo que él logra allí es muy singular. Como con esos músicos y esa manera de escribir, logra generar todo un espacio de improvisación. Todo eso sale de la idea compositiva que él propone. Pero a partir de alli que libera a los músicos para que puedan desarrollar su propio camino. Es un disco increíble. Por las composiciones, por lo que toca cada uno de los músicos y por la interacción que se produce entre ellos. Además de la energía que tiene y la sutileza tambien.
¿Esto que planteas no es común a todo músico creativo? Me imagino que vos también buscás llevar a tu música lo mismo que destacás en Dolphy.
Si, claro. Lo intento. Pero no pretendo hacerlo igual que él. Trato de buscar y busco a través de lo que soy. Desde lo mío. Siento que tengo en común la concepción desde lo creativo, desde la improvisación, pero lo intento con mis propias ideas, con mis propias convicciones. Uno escucha el disco de Dolphy y dice «que bueno, quisiera sonar con esa energía». Pero uno tiene que saber que esa energía es muy personal y que es producto de la conexión que Dolphy tenía con su propia obra. Esa conexión es la que cada uno debe buscar en sí mismo. Entonces la música va a ir mucho más allá de la idea original. Yo cuando pienso en este tipo de artista, de creador, pienso siempre en Dolphy, en (Charles) Mingus, en (Duke) Ellington. Gente muy creativa, muy innovadora que ha sabido desarrollar su arte y que además le dio un valor muy importante a la interacción entre los músicos.
A propósito de la interacción, vos ya venías tocando con Francisco Salgado, con quien además tenés otros proyectos paralelos a tu banda….
Si, pero no solo conFrancisco. Con Maxi (Kirszner) y con Andy (Elstein) también. Son gente que conocí y empecé a frecuentar ni bien llegue a Buenos Aires. Hay una confianza, un conocimiento, un entendimiento con ellos que va mucho más allá de la razón. Hay una conexión muy interesante. Yo creo que está, que tenemos esa energía que yo buscaba en el grupo.
¿Esa interacción se da también cuando tocás en grupos liderados por otros músicos..por caso con el de Guillermo Roldán, con quien venís trabajando muy fuerte?
El compromiso con la música es el mismo. Pero en el caso del grupo de Guillermo, que vos mencionás, él es el encargado de tomar las decisiones del grupo, elegir la música o el rumbo a tomar. Allì está la diferencia. La dirección o la elección de la propuesta es de quien lidera el grupo. Pero como te digo, el compromiso musical es el mismo.
¿Te gusta componer, es algo gratificante para vos?
Me gusta. Y mucho. Pero al mismo tiempo es también un desafío. Estoy buscando que mi música suene. Estoy buscando transmitir mis ideas y al mismo tiempo dejando que cada uno aporte lo suyo. Es lindo y lo disfruto. Pero como te digo, es desafiante.
¿Por qué en tu primer disco, “Ciclos”, había al menos diez temas tuyos y en este hay sólo cuatro?
Porque son momentos diferentes. «Ciclos» fue la culminación de un proceso largo. De mis primeros cinco años en Buenos Aires. Cuando fuimos a grabar el disco había ya mucho material escrito. Ahora con el quinteto fue distinto. Fue un año de trabajo intenso, de ensayos semanales, de varias presentaciones y luego ir a grabar. El proceso de creación de los dos discos fue muy diferente. Aquel primer grupo fue cambiando con el tiempo. Hubo mucha rotación entre los músicos. Solo Ada Rave y yo permanecimos siempre. Con el quinteto hay una continuidad, hay un trabajo conjunto hecho. Otra dinámica.
En Argentina hay muchos músicos que adhieren a un estilo más free, pero no se ven tantos shows de esta modalidad en la escena actual. Por qué pensás que sucede eso?
Es que es difícil mantener los lugares donde poder hacer esa música. Hay muchas ganas y muchos músicos. Pero no es tan sencillo encontrar un público receptivo para esta música. Claro que también creo que si encontráramos más espacios el público iría creciendo. Creo que podríamos generar esa curiosidad en el público y alimentar las ganas de escuchar algo más improvisado o más libre. Pero para eso tenemos que tener más lugares y tenemos que mantenerlos en el tiempo.
¿Te pusiste a pensar porque te gusta tanto la música más improvisada?
Yo creo que es como cuando uno se enamora. Uno se enamora y no se plantea porqué. Te mueve una fibra esencial que va mucho más allá de entender las razones. Yo comencé estudiando composición y siempre lo hice con esa curiosidad por lo nuevo. Y en ese contexto, la improvisación es algo que siempre me gustó. La creación en el momento. Yo creo que mi amor por todo eso viene desde siempre.
Tatiana Castro Mejía Quinteto
La Scala de San Telmo
Pasaje Giuffra 371
sábado a las 23.00

Francisco Salgado,trombón
Maximiliano Kirszner, contrabajo
Andrés Elstein, batería Leé reseña de «Sinancla» en Argentjazz. Cliqueá aquí