Tatiana Castro Mejía y Francisco Salgado son dos jóvenes músicos que acreditan una vasta experiencia en la escena del jazz local. Ambos han compartido distintos grupos y liderado los suyos propios. Grabaron y editaron sus trabajos y año a año encaran nuevas propuestas que renuevan sus desafíos. Ahora, recién llegados de Colombia, donde hicieron una serie de shows con figuras locales, preparan el lanzamiento de un disco a dúo. Piano y trombón, para recrear con su mirada personal, la siempre vigente música de Thelonious Sphere Monk.
A principios de octubre pasado Francisco Salgado y Tatiana Castro Mejía emprendieron una aventura conjunta. Viajaron a Bogotá para una serie de conciertos y volvieron con las valijas cargadas de música e ideas. Por eso, ya comenzado el 2015 ambos tienen en marcha proyectos comunes, que incluyen la edición de un disco a dúo con piano trombón que ya grabaron íntegramente con temas de Thelonious Monk y la realización de distintos emprendimientos por separado.
Tatiana apuesta a transitar el primer semestre editando su nuevo disco como líder, al frente de un quinteto con que grabó composiciones propias y otras de Eric Dolphy y Francisco nutre su agenda con el Under Maffía, ahora convertido en cuarteto y el Salgado y Asociados, donde da rienda suelta a su arte como armoniquista, ambos con proyectos de discos futuros.
¿Cómo surgió la idea de actuar en Colombia, más allá que es el país de origen de Tatiana?
Francisco. Nosotros estamos tocando en dúo con Tatiana desde hace dos años, como un desprendimiento del quinteto que teníamos. Durante ese tiempo vinimos haciendo un repertorio que incluía temas míos, de ella y también algunos de Monk. Llegó un momento que pensamos que el dúo trombón-piano era un buen formato para viajar y hacer ver nuestra propuesto en otros lugares. Entonces pensamos en Bogotá. Tatiana hizo toda la logística necesaria y allá fuimos.
¿Y cómo estuvo todo por allá?
Tatiana. Realmente nos fue muy bien. Hicimos seis shows en 10 días. Uno de ellos en Tabio, donde vive mi familia. Y el resto en Bogotá. Dimos una clase en la Universidad y además pudimos actuar junto con algunos músicos locales en un lugar emblemático de Bogotá, que es el “Matik-Matik”, un escenario que desde hace unos años está muy relacionado con la música experimental y por donde pasa lo mejor que se está haciendo en mi país.
Francisco. Realmente fueron unos conciertos muy lindos, con gente muy interesante, músicos que están haciendo cosas muy copadas. Actuamos con el guitarrista Abel Loterstein y Juan David Castaño en percusión. Otra fecha la hicimos con Kike Mendoza, un importante guitarrista de allá, Santiago Botero en contrabajo y Juan David Castaño en batería. Toda gente muy talentosa. En un show se agregaron Las Añez, dos hermanas que cantan free como los dioses y son realmente asombrosas.
Por lo que ustedes cuentan hay una movida muy interesante en Bogotá.
Tatiana. Si hay músicos que están haciendo cosas muy buenas . Es una escena donde se mezcla lo tradicional, con lo experimental, la electrónica, lo contemporáneo, el jazz, entre otros. Se han generado varios sellos independientes como: “La Distritofónica”, “Festina Lente” , “Matik-Matik”, este último de la gente que tiene el local que te comentaba. Allí está mucho de lo muy bueno que se está haciendo. En “Matik Matik” recientemente Kike Mendoza editó un muy buen disco que grabó con su cuarteto y el saxofonista norteamericano Tony Malaby como invitado. Muy bueno.
Y ni bien llegaron de Colombia se metieron a grabar todo este nuevo material con temas de Monk…
Francisco. Si, ni bien llegamos sentimos la necesidad de grabarlo. Así que tomamos contacto con Florencio Justo y lo hicimos. Uno nunca sabe cuándo es el momento justo, exacto, para grabar. Eso nunca se sabe. Pero la grabación no deja de ser el registro de un momento. Y nosotros sentimos que ese era un buen momento para que quede registrado lo que estábamos haciendo. Y estamos muy contentos por el resultado. Ahora viene otra etapa complicada, que es la de editarlo y tener el disco físico. Pero esperamos poder concretarlo en los primeros meses del 2015.
Hoy la música de Monk ya es un clásico, con peso histórico y una vigencia envidiable. ¿Se puede hacer algo diferente, entregar otra mirada sobre el universo monkiano, desde otro tiempo y otra geografía?
Francisco. Siempre podes hacer algo con esa música. Definitivamente sí. Hay camino para hacer con los temas de Monk. Con Tatiana le fuimos buscando a cada tema su disparador, para ver para qué lado íbamos. Pero también depende del tema. Algunas cosas las podes hacer algo más free, otros podes ir para el lado del blues. Y también complementando los dos discursos. Por allí va la búsqueda.
Tatiana. Yo coincido con Francisco. Depende mucho de los temas. Pero además fíjate que acá no hay eso de uno que improvisa y otro que acompaña. Acá hay un proceso creativo de los dos, cada uno con su estilo, con su instrumento Tratamos de buscar que sea algo que se vaya moviendo, que cada tema sea una obra en sí misma. Y eso hicimos. Por eso buscamos temas no tan transitados de Monk, aunque también incluimos otros muy conocidos. Están por ejemplo “Misterioso”, ”Monk’s mood”, “Jackie ing”, “Think of one” y “Bye ya”.
¿Habían profundizado tanto en un autor como ahora con Monk?
Tatiana. Con mi quinteto hicimos “Out to Lunch” de Eric Dolphy. Recuerdo que fue una experiencia muy enriquecedora. En el disco de mi quinteto, que ya está grabado y espero que pronto pueda salir, incluimos temas de este disco de Dolphy, junto con algunas composiciones mías.
Francisco. Yo hice algo similar cuando estaba en el grupo de Hernán Merlo con la música de Charles Mingus. Hernán había hecho todo un estudio muy profundo, muy seri de la música de Mingus y el grupo lo trabajo mucho. Para mi fue una experiencia muy interesante.
Más allá del disco que este encuentro produjo, y que esperamos con ansiedad, es interesante el intercambio con Colombia. Estamos cerca pero nos conocemos poco, así que siempre es constructivo atravesar fronteras…
Tatiana. Si es totalmente así. Allá hay una movida independiente muy interesante. Hacen ferias de diseño musical, de producción. Y esto no está solo en la música sino también en otras artes, como en la literatura, por ejemplo. Por fin estamos entendiendo que hay que agruparse. Y además teniendo claro para qué. Para generar espacios que se sostengan en el tiempo y que progresen y abran nuevas puertas.
Francisco. Esa es la idea. Generar un corredor. Intercambiar músicas. Que los músicos puedan ir o venir. En Colombia hay muchos músicos que se fueron a estudiar afuera, volvieron y están haciendo cosas muy interesantes. También está pasando aquí, con gente que hace autogestión organizada, como la gente de Kuai o Miguel Crozzoli, por ejemplo.
Superando las imposiciones del sistema.
Francisco. Es que yo cada día estoy más convencido de que no podemos depender del sistema, el cual directamente no nos tiene en cuenta. Hay que armar nuestro propio sistema. Hay que armarlo y ponerlo en marcha. Ya no se trata de impulsos aislados, sino de organizarse. Los músicos de jazz, de música experimental en Colombia lo están logrando. Y acá tenemos que ir por el mismo camino. Por eso hay que generar un nexo. Hay que abrir caminos y empezar a conocernos unos a otros.