Más de 30 mil personas disfrutaron durante cuatro días de más de 40 conciertos, talleres, masterclass y clases de swing, durante una nueva edición del tradicional Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires. Esta edición, con el debut de Julia Moscardini en la Dirección Artística, reunió a más de 250 artistas en una veintena de espacios.
La apertura se realizó el jueves 4 de noviembre. Esa noche, el festival y La Noche de los Anticuarios en conjunto dieron la oportunidad de viajar al pasado para disfrutar del jazz de los años 30. En las calles del Casco Histórico de la Ciudad hubo visitas guiadas por los anticuarios de la zona, shows de Hot Shooters y Desmadre Orkesta, performances y experiencias teatrales, ilustradores interviniendo vidrieras y clases de Swing. En Arte Antica se presentaron Páez-Boccanera-Gatica trío y el músico Miguel Tarzia. En la Scala de San Telmo tocaron Norris Trío y Pablo Raposo Quinteto. Estos y todos los shows de La Scala fueron transmitidos por la web Vivamos Cultura.
Esta edición del festival fue una herramienta que acompañó e incentivó la reactivación del sector, vinculándose con espacios privados icónicos del género como los clubes de Jazz. La programación incluyó más de 40 conciertos, talleres presenciales y virtuales. Hubo cruces entre músicos de distintos puntos del país y músicos residentes en Buenos Aires. La selección de la mayoría de los artistas surgió de convocatorias abiertas a todo el país, como parte del programa Cultura Abierta. Además, gran parte de los inscriptos formaron parte de Vidriera de Jazz, un espacio de visibilización virtual en el que el público pudo descubrir nuevos artistas del género.
La Usina del Arte fue una de las sedes que albergó una gran cantidad de conciertos. Entre ellos los de Magali Fernandez que presentó su disco Don´t Get Scared, Cavalli-Romero Jazz Duo, Hernán Jacinto Trío y Barbie Martínez Septeto y Ernesto Jodos Quinteto.
En ese mismo escenario se realizo el cierre del festival, el domingo 7, con la presentación de Escalandrum a sala colmada. Nacida a principios del año 1999, la agrupación que lidera Daniel Pipi Piazzolla desde los tambores, una de las más importantes de la escena del jazz argentino con 15 discos editados, se completa con Damián Fogiel en saxo tenor; Nicolás Guerschberg en piano; Gustavo Musso en saxos tenor y soprano; Martín Pantyrer en saxo barítono y clarinete bajo y Mariano Sívori en contrabajo.
Los clubes de Jazz, fueron una parte importante del Festival. Cada uno con sus particularidades, llevaron los sonidos del jazz a las calles de Palermo. En Bebop hubo shows íntimos y en la terraza al aire libre. Virasoro se sumó al festival albergando la JAM. En Thelonious hubo un cruce y concierto. Y Borges, espacio que se ha posicionado fuertemente en la escena del Jazz, tuvo dos conciertos y dos clínicas.
También hubo propuestas para disfrutar al aire libre. En el Jardín Japonés tocó Delfina Oliver al frente de su quinteto, donde presentó en vivo su disco Tokyo Sessions grabado en la capital nipona. Como invitado participó el grupo de tambores japoneses Buenos Aires Taiko.
También hubo conciertos en Parque Centenario. Tocaron Flopa Suksdorf septeto y La Fundación de Funk. En Chile y Balcarce funcionó la Calle de la Música. Diferentes bares de la zona albergaron propuestas: tríos y cuartetos de jazz, shows acústicos, clases de swing y big bands.
El domingo se realizó Hilvanando Jazz, un recorrido en bicicletas en el que público, músicos y el festival fue redescubriendo la ciudad. Comenzó en la estación de subte Lanteri de la línea H , con paradas en la explanada del Paseo del Bajo, el Buenos Aires Museo (BAM) y Je Suis Lacan. Guió la actividad el dj Bad Boy Orange, que fue musicalizando el recorrido con lo mejor del Jazz.
En el espacio de formación, de manera virtual Horacio Fumero dió la masterclass “Trayectoria, vigencia y motivación del jazz”, y la música catalana Rita Payés la clínica “El tránsito de una joven artista entre el jazz y la música popular”.
Hubo clínicas presenciales: en La Usina del Arte, Julia Sanjurjo dio “La vocalidad en el jazz: una aproximación al estudio del género, el repertorio y la improvisación”; en Borges Ricardo Cavalli dio “Aprendemos a crear y practicar desde un espacio libre de ruido” y Juan Cruz de Urquiza “Desarrollo de un solo”.
Muy interesante y con suceso. Lástima que ha sido opacada por la clara (y habitual) discriminación en contra del jazz tradicional y la definitiva ausencia de las bandas con más de medio siglo de trayectoria, giras y actuaciones en los grandes festivales de jazz del mundo, compartiendo escenario internacional con los mejores, y otros grandes reconocimientos en el exterior, muchos discos y videos editados, lauros y premios por parte de gobiernos, instituciones privadas, periodismo, etc. de profusa labor en todos los escenarios y medios. Cuna de muchos jazzistas, escuela de jazz, bandas señeras como PORTEÑA, ANTIGUA, FENIX, DELTA, ORIGINAL, LOUISIANA, ST. LOUIS STOMPERS, entre muchas otras, tuvieron desde su inicio escasa y nula participación en este festival. Una pena esa discriminación del grupo director de estos festivales, que solo muestra una limitada y miope visión sectaria y hasta ignorante.