Yamile Burich y las Jazz Ladies presentaron sobre finales de noviembre su segunda placa, «Random», con temas propios y una búsqueda renovada. Con este nuevo trabajo, el grupo reafirma una vez más la calidad de la propuesta, esta vez por caminos diferentes a los planteados en «Ahora!», el primer disco del quinteto, lanzado en 2015.
El comienzo no podía ser más prometedor. La batería a pleno abriendo camino al dúo de saxo y guitarra lanzado a puro vértigo. Luego,un pasaje de aparente relax para anticipar el duo de saxo y contrabajo y el tema que se encamina solo hacia el clímax, con el grupo a pleno buscando la resolución.
Un test a ciegas podría hacer pensar en alguno de los famosos discos de Blue Note de los años 50 y en alguno de sus saxofonistas y sus combos emblemáticos…Lou Donaldson, Jackie McLean, los grupos de Art Blackey…Pero el segundo corte, de tono latino, desconcertaría aún más al testeado, quien quedará irremediablemente perdido luego con el tercero, una balada de esas que conmueven de verdad.
¿Será que dentro de un buen disco conviven otros que lo antecedieron? Lo cierto es que «Random», el cuarto registro de la saxofonista Yamile Burich y el segundo con las Jazz Ladies, reafirma una vez más la calidad de la propuesta, esta vez por caminos diferentes a los planteados en «Ahora!», el primer disco del quinteto, lanzado en 2015.
En este «Random», las cartas están echadas desde un principio. El grupo muestra todo su potencial sin guardarse nada a partir del primer corte, con el vertiginoso «A fire flame on green lane», escrito por Burich en alusión al incendio de su habitación años atrás, cuando estudiaba y trabajaba en Londres. «Azaroso», el segundo corte, muestra a las Jazz Ladies en su veta más latina, con buenos aportes de Carolina Cohen en batería y Analía Ferronato desde las congas, y los creativos solos de Patricia Grinfeld en guitarra y Yamile en saxo alto, con Juan Valentino como músico invitado.
El tercer corte de «Random» es «Nancy (with the laughing face), la balada escrita por Jimmy Heusen y Phil Silvers, que ha tenido versiones emblemáticas con Frank Sinatra, Tony Bennett y Ray Charles, pero que quizás haya alcanzado nuevos horizontes con la interpretación del cuarteto de John Coltrane en su «Ballads», de 1962. La versión de Yamila, acompañada por Grinfeld, si bien no se aleja del original, es tratada aquí con delicado abordaje y sentimiento. Le siguen «Random» con sus aires folclóricos, con Yamile en saxo soprano, y el enérgico «Blues del Parral», para completar la primera parte del disco.
Para la segunda mitad del disco, al oyente le aguardan un par de sorpresas. La primera de ellas la excelente versión de «Lift every voice and sing», la canción que es reivindicada como el auténtico himno para la comunidad afroamericana, compuesta por John Johnson en base a un poema de su hermano, James Weldon.
La versión de Burich y las Jazz Ladies, con el agregado de Gustavo Silva en teclados, Nicolas Segura en percusión, y Hernán Asconiga en saxo barítono y una notable y visceral Ayelén Zuker en voz, logra transmitir fielmente esa aparente contradicción de la música negra, que combina como ninguna otra el dolor por la segregación y el destrato, con una música de paciente melancolía, que transmite esperanza y contagia la alegría del cuerpo en movimiento.
Y de un himno a otro. El «Barco quieto» de María Elena Walsh versionado aquí por el grupo, con Yamile delineando la melodía en soprano, con la sentida guitarra de Patricia Grinfeld y la letra tan presente en su ausencia. «Y afuera llora la ciudad, tanta soledad…».
«Salta blues» de Burich, un homenaje a la provincia que la vio nacer, da vuelta la página para cambiar el clima de melancolía que dejaba el desamor de la Walsh, con el grupo a pleno en uno de esos temas a puro swing que tan bien le sientan. El funk de «Baila León», dedicado al pequeño hijo de Patricia Grinfeld, cierra bien arriba el nuevo trabajo del quinteto.
¿Existe una continuidad entre «Ahora», el anterior trabajo, y este nuevo «Random» de las Jazz Ladies?…Desde lo temático se advierte la preocupación por ampliar espacios. Buscar el desafío a través de composiciones propias (hay seis temas de Burich en este disco y sólo dos en el anterior) o a través de standards no tan transitados. La convocatoria a músicos invitados, la búsqueda de un repertorio no ceñido a lo estrictamente jazzero; podrían enumerarse también como parte de este cambio.
Lo que si permanece es la fuerza grupal. Las Jazz Ladies son cinco individualidades que aportan su arte para la expresión de un todo de enérgica entrega. Una pequeña task force que arrasa con los indiferentes y genera adhesiones de singular fidelidad. Como las que acompañan cada una de sus presentaciones.
excelente cd!!! cuando tocan en vivo y donde?? vuelven a bebop??