Promediando noviembre del 2005 el periodista Adrián Baigorria ponía en el aire desde Córdoba la primera emisión de Despuntando el vicio. Desde entonces, los años transcurridos sin interrupciones convirtieron al programa en una cita semanal obligatoria para los fanáticos del jazz y a su conductor en testigo privilegiado del desarrollo de un género en constante evolución.
Mantener un programa de jazz al aire durante 17 años no es tarea sencilla. Y así lo prueban los hechos. Durante ese lapso se perdieron incontables espacios de difusión para la música improvisada mientras –paradójicamente-, aumentaba la creativa originalidad del género. Entre los tenaces sobrevivientes se encuentra Adrián Baigorria, quien desde 2005 conduce semanalmente Despuntando el vicio, ahora por la 90.7 Punto a Punto radio de Córdoba. Observador critico de la movida, Baigorria no duda en destacar el actual nivel del jazz argentino. “Para evaluar la calidad de este momento bastaría solo con pensar en la cantidad de músicos jovencísimos y talentosos que han aparecido en los últimos años”, dice.
¿Adrián, cómo fueron los comienzos de Despuntando el vicio?
Por el 2004 había una radio en Córdoba que de alguna manera replicaba el modelo de Nacional Clásica de Buenos Aires. Luego esa emisora se desprende del grupo al que pertenecía y se arma con gente de acá. Allí un amigo, que era operador en esa radio, me avisa que los programadores estaban pensando tener un programa diario de jazz. Yo en ese momento no me sentía capacitado para eso. Pero mi amigo insistió. Y finalmente nos largamos a hacer un programa diario que se llamó Jazz de medianoche. Era una locura total. Recuerdo que en aquel momento no había internet en la radio, así que teníamos que ir a un ciber para bajar material para armar el programa. Fue una muy linda experiencia…
¿Y eso cuanto duró…y que hiciste después?
Eso duró un año. Hasta el 2005, cuando la radio deja de emitir. Entonces me convoca Mario Luna, que es un histórico productor y conductor de aquí que por entonces comienza a dirigir Radio Universidad, AM 580. Y allí nace Despuntando el vicio, el 13 de noviembre de 2005.
¿Desde un comienzo la idea fue la de difundir jazz?
La idea inicial, que aún perdura, fue la de difundir black music, si bien el jazz tiene obviamente un espacio protagónico. Por eso le damos espacio al resto de los géneros que, como todos sabemos, tienen un gran historial. Siempre me pareció justo que estén estas otras vertientes, para que la información no sea parcial. Y para que la gente tenga todo el panorama e incluso pueda ver cuál es el origen de otro tipo de músicas.
Pero ocasionalmente también difundís algunos cruces con el tango o el rock.
Bueno, precisamente hablábamos de los orígenes. Solemos pasar de tanto en tanto algo de esa mixtura entre jazz y música ciudadana y a veces también algo de rock si hay alguna fecha o efemérides que lo justifique. Pero tiene que ser algo muy groso, como Spinetta, Charly, Beatles, Stones o Led Zeppelin.
¿Cómo juegan tus gustos personales al momento de seleccionar la música del programa?
Juegan bastante teniendo en cuenta que la elección de la música no deja de ser subjetiva. Pero no dejo de poner algo porque me guste poco o nada. Si reconozco que, por ejemplo, me atrae menos el jazz tradicional. Pero igual lo programo. Intento ser respetuoso y le doy importancia a todas las etapas históricas del jazz. En esta mirada reconozco la influencia de dos figuras centrales de la radiofonía en Córdoba: Kuroki Murúa y Martín Paz, grandes difusores del jazz en la provincia. Por otra parte, es lógico y a todos nos pasa, que con el tiempo vas afinando el oído y vas modificando tus gustos. Pero como te digo soy respetuoso de todas las grandes figuras del género.
Una de las dificultades que suelen tener los espacios dedicados al jazz es la duración de los temas, que superan largamente los tres minutos y pico que se suponen “radiales”.
Y eso es algo que hay que entender o más bien ponderar. El lenguaje radial no da para un tema de 20 minutos con un solo de saxo de cinco minutos en medio. Por más que te guste. Ese es al menos mi punto de vista. Porque tampoco podés estar cortando la música por donde vos quieras. Entonces si decidís pasar Stolen Moments de Oliver Nelson con casi nueve minutos, lo tenés que pasar entero. Y tenés que dar el contexto y contar que están allí figuras históricas del jazz.
Justamente, una de las características de Despuntando el vicio es el espacio que le das al contexto. Siempre procurás un trazo histórico o social que enmarque la música.
Para mí eso es fundamental. Y creo que la gente lo valora. Te doy un ejemplo. Ahora parece que han surgido muchas bandas de funky soul en Buenos Aires. Bueno todo eso sin Willy Crook no hubiera sido posible. Y Willy tributa a Sly & The Family Stone, una banda norteamericana de finales de los 60s. Y si yo los pongo al aire, explico todo eso.
Decías de tu respeto por todas las etapas históricas del jazz. ¿Qué te pasa con lo que se hace actualmente?
Creo que se están haciendo cosas interesantes. Porque además los límites entre géneros están cada vez más difusos. Mirá, hay un dúo inglés muy interesante que se llama Yussef Kamaal, que integran el baterista Yussef Dayes y el tecladista Kamaal Williams. Lo mismo pasa con Domi y JD Beck, no sé si los conocés. Un dúo muy interesante. Domi Louna es una tecladista francesa y JD un baterista estadounidense que este año sacaron su primer álbum y en el que además están como invitados Herbie Hancock y Kurt Rosenwinkel. Bueno, todos ellos representan lo que quiero decir. Artistas que diluyen totalmente los límites y pasan con una facilidad asombrosa de un género a otro. Esa es la tendencia del jazz actual y creo que de buena parte de la música negra en general.
¿Y cómo ves la escena local en relación con lo que decís de las nuevas tendencias?
En parte creo que lo que pasó en el jazz argentino en los últimos 20 años es único. No había sucedido hasta entonces. La cantidad de nuevos compositores, la música original, el nivel técnico de los músicos. Todo eso es muy importante y lo estamos disfrutando mucho. Creo que para evaluar la calidad del momento bastaría con pensar sólo en la cantidad de músicos jovencísimos y talentosos que han aparecido en los últimos años. En Córdoba hay tremendos músicos que apenas han terminado el secundario.
¿Y dónde se forman esos músicos jóvenes?
Principalmente en las escuelas de música, que acá integran la enseñanza oficial. Hay siete instituciones en la ciudad, entre públicas y privadas. Son un gran aporte. Además, como pasa en todas las ciudades, los músicos más experimentados también tienen sus alumnos. A esto le sumaría el tema del Festival de Jazz, que se consolidó desde el 2009 para acá y que entrega posibilidades para que los músicos puedan mostrar lo que hacen y ganar horas de escenario.
También hay una generación intermedia muy interesante…
Si, totalmente. Y allí no puedo no puedo dejar de mencionar a Martín Dellavedova, Cristian Andrada y Eduardo Elía (foto), todos músicos muy importantes, con varios discos a su nombre y con composiciones originales. También te agregaría a Nicolás Ocampo, que dirige una Big Band muy interesante con repertorio original de compositores cordobeses, a Juano Maldonado, un DJ que además es músico y hace cosas muy interesantes en este cruce de géneros del que hablábamos y a Milton Arias, un bajista de una interesante evolución.
¿Hay lugares, más allá del Festival, para que estos músicos se expresen?
No. Muy pocos. Hay un apoyo muy escaso del Estado y muy pocas producciones independientes. Yo he participado en algunas de ellas junto con Capítulo Piloto, una productora que nació hace cinco años y que impulsa un muchacho muy joven con muchas ganas de hacer cosas. Allí se armaron muchas noches de música, literatura, café concert y hemos hecho algo de jazz. Y el Festival, que también está bueno porque hace que se acerque mucho público que habitualmente no va a los boliches de jazz. Pero lo que también faltan son espacios de difusión. Los grandes medios no se hacen eco de la actividad y cada vez son menos los programas que continúan en el aire. Hay uno en la radio de la UTN y luego está La Nota Azul, en una radio online que se llama Zumba la turba y que hace Franco Boczkowski. Que yo sepa no hay más y eso es una pena.
Este año el Festival tuvo el regreso de Javier Girotto, un músico cordobés que hace décadas que vive en Italia…
Si. Pero no vino a hacer jazz, sino principalmente tango. Toco un día con la Orquesta Provincial de Música Ciudadana y otro con el acordeonista italiano Vince Abbracciante. El resto de la programación fue con músicos locales. Pero fíjate que no fueron convocados los músicos cordobeses de los que hablábamos antes. Ni Andrada, ni Elía ni Dellavedova. Músicos y compositores que entre los tres suman 15 discos con música original. Fue un error tremendo que no esté ninguno de ellos y ojalá esto no se repita.
Despuntando el vicio. 90.7 Punto a Punto radio. Viernes de 20 a 22 / Repite los domingos de 18 a 20 por la 102.3 FM. despuntandojazz@gmail.com
Claros los conceptos vertidos por Baigorria. Excelente reportaje.