Horacio Sarria: el séptimo Escalandrum

Desde hace 20 años Horacio Sarria es un integrante más de Escalandrum, uno de los grupos argentinos de mayor incidencia internacional. Desde su función de mánager, toda una rareza en la escena del jazz local, Sarria diseña la agenda del sexteto, que hasta aquí incluyó escenarios en más de 40 países y una sorpresiva grabación en los míticos estudios de Abbey Road.   

Horacio Sarria Facu Rodriguez y Escalandrum en Abbey Road.

Para algunos el nombre de Horacio Sarria recién trascendió aquella noche del 7 de noviembre de 2012, cuando un grupo de jazz nacido de la amistad de sus seis integrantes, ganaba el Gardel de Oro de la industria discográfica derrotando a Miranda y Babasónicos, dos tanques de ventas masivas. Fue cuando Escalandrum llevó su emoción y sus lágrimas al escenario de la Usina del Arte, abrazando la estatuilla de la eterna sonrisa y el sombrero ladeado, que hasta aquí habían conquistado solo unos pocos nombres ilustres.

Y si bien Sarria no era un recién llegado a la escena musical, si constituía por entonces -y lo sigue haciendo- una presencia poco habitual en la escena local del jazz, que relaciona la figura del mánager con géneros de mayor popularidad.  Pero lo cierto es que 20 años después, los logros dan una medida exacta de la importancia de su tarea y Sarria bien puede apuntarse entre sus palmares la nutrida agenda internacional del sexteto, la sociedad con Warner Music y hasta el desembarco en los míticos estudios de Abbey Road.

Horacio Sarria 20 anos con Escalandrum

¿Horacio, cuáles fueron tus comienzos en esta actividad?

Yo venía del palo del rock.  Había estudiado en el Sadem con Isa Portugueis, que venía de Londres y enseñaba management y producción musical. Comencé a estudiar con él y a los dos meses estaba trabajando en su oficina. Por allí pasaban entonces Edelmiro Molinari, Moris, Miguel Cantilo, Antonio Birabent, Pappo, Raúl Porchetto.  Empecé a acompañar a esos músicos en las presentaciones, en las giras. Aprendí lo que era un borderaux, toda lo que se mueve detrás de un show…Una experiencia increíble para mi…Luego estudié producción en el ISER y trabajé con Tom Lupo.

¿Y cómo te vinculaste con Escalandrum?

En aquellos años venía de trabajar con Los Brujos, un grupo de la zona Sur y fuimos con un amigo, Mariano Corazzi a una semana de homenaje a Astor en el Centro Cultural Borges, por intermedio de Marta Saúl, que era de la Fundación Piazzolla, Era el 2002 y allí conocí a los músicos del grupo y vi la propuesta que tenían, y me resultó muy interesante.

Escalandrum con Elena Roger y mas premios Gardel

¿Qué recordás de aquel primer encuentro?

Eran todos pibes jóvenes, hacían jazz, pero tenían rock. Y además esa cosa que remitía a Buenos Aires. También ciertos aires folclóricos…recuerdo que Pipi tocaba un bombo legüero en lugar de una chancha. Para mi tenían todo…

En aquella época ellos solo tenían editados un par de discos y estaban muy limitados a la escena local del jazz…

Sí, claro, pero muy convencidos de lo que hacían. Yo lo veía a Pipi, tan comprometido con su grupo, tan joven, de pelo largo, pero no me animaba a acercarme. Una vez en un show le pregunto a Gustavo Musso, uno de los saxos del grupo, si tenían mánager y él me dice que no. Entonces empecé a pensar que les podía ofrecer.

Y les ofreciste nada menos que un festival a orillas del lago Lacar, en San Martín de los Andes, plagado de primeras figuras.

Si, fuimos a una reunión con ellos con un amigo en común que trabajaba en la Rock & Pop. En aquel momento la radio organizaba un Festival de Músicos Argentinos en San Martin de los Andes y eso fue lo que les ofrecimos. Era un Festival hermoso, estaban Luis Salinas, Hugo Fattoruso, Pedro Aznar, el “Chango” Spasiuk, León Gieco…tremendas figuras. Pero ese fue solo el principio. Estuvo buenísimo para empezar, pero todavía faltaba mucho camino. Y sobre todo un conocimiento. No solo personal, sino también del circuito, del ambiente…había mucho por aprender, por construir.

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¿Y después de aquel Festival?

Al toque surgió la posibilidad de tocar en el teatro ND Ateneo. Entonces comenzamos en la posibilidad de incorporar un vestuario, en tener buenas fotografías del grupo. En la necesidad de comunicar de manera profesional. Nos fuimos armando. Yo no era Daniel Grinbank que ya venía con cierta estructura. Estaba comenzando, como también lo estaban haciendo ellos. Me acuerdo que salí a hacer las pegatinas en las calles. Repartía volantes a la salida del subte. Tenía todo armado en fichas de papel…Siempre pienso que los chicos me tuvieron paciencia y confianza. Lo humano tuvo entonces un peso muy importante y lo sigue teniendo actualmente.

Pero con una realidad muy distinta a la de la época de las pegatinas…

Sí, todo eso fue cambiando y hoy tenemos una estructura mínima que funciona muy bien. Con Marta del Pino en prensa, Javier Beraldi en los diseños. Hay mucho trabajo detrás, pero hoy el grupo tiene un nombre y un prestigio. Seguimos abriendo puertas, buscando nuevos desafíos. Nuevos hitos. Pero también es cierto que hoy el teléfono suena. Hay propuestas que nos llegan desde todo el mundo. Oportunidades que surgen antes de que las busquemos.

Han tocado en más de 40 países y en lugares muy importantes como el Birdland de Nueva York, el Lollapalooza Argentina o el Montreal Jazz de Canadá. ¿Cómo fueron llegando a esos escenarios?

Es lo que se ha ido sembrando durante todos estos años. Es el trabajo de muchos años. Escalandrum es hoy un grupo argentino con presencia internacional. Por eso estamos constantemente planteando nuevos objetivos. Tenemos proyectos y algunos sueños, que luego quizás se den o quizás no. Pero está bueno planteárselos.

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Hablando de sueños, en 2017 grabaron un disco en los míticos estudios Abbey Road, de Londres. ¿Cómo se dio esa posibilidad?

Ya hacía un tiempo que venía “masticando” la idea. Facundo Rodríguez´, el ingeniero que trabaja con el grupo, había estado allí. También Axel Lang, que es músico y productor. Y finalmente lo pudimos concretar. Me acuerdo que les conté sobre la posibilidad mientras estábamos en un aeropuerto y me miraban como diciendo “que le pasa a este tipo”. Finalmente lo concretamos en dos días libres que teníamos entre los shows que hicimos en Francia Y Noruega. En dos días de octubre los chicos grabaron Studio2, en el mismo lugar en donde grabaron los Beatles o Pink Floyd hizo El lado oscuro de la Luna. Y fue algo único. Inolvidable. El disco fue editado por Warner Music al año siguiente y ganó tres premios Gardel.

Mencionabas a Warner. No es habitual que un sello internacional se interese por el jazz argentino. ¿Qué pensás que los motivó para sumarlo a un catálogo plagado de géneros masivos?

Creo que Escalandrum le suma prestigio a un sello como Warner. Y para nosotros es la posibilidad de tener ciertos “lujos”, como la edición en vinilo de los últimos discos. Una campaña de promoción importante y la posibilidad de afrontar nuevos desafíos. Por ejemplo, ahora Warner nos propone adelantar el próximo disco del grupo, con temas propios. Lo consulto con el grupo y si me dan el ok, ya me pongo de inmediato a producir ese disco. Comienzo a buscar el estudio, la fecha para grabarlo, toda la pos-producción. Luego viene el tema del lanzamiento, las fotografías, la prensa, etc. Hay mucho por delante.

Studio2 el album grabado en Abbey Road

¿Qué piden los empresarios que contratan a Escalandrum? ¿Esperan jazz o esperan tango?

En el ámbito local un poco de todo. Afortunadamente se están armando festivales en lugares que antes no lo programaban. En Santiago del Estero, en Hurlingham, Marcos Paz o Merlo, en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo. Allí solo piden Escalandrum. Entonces el grupo ya tiene mucha experiencia en eso y hace un show donde matiza temas de todos sus discos. Temas propios, algo del disco de Mozart y Ginastera y algo de los discos de homenaje a Piazzolla. En el exterior puede llegar a ser distinto. Obviamente el apellido Piazzolla tiene su peso y se da que convoquen para hacer Piazzolla plays Piazzolla. Pero también saben que es un grupo con una fuerte personalidad compositiva, así que también se pueden incluir los temas propios.

También trabajaron por primera vez como grupo en la música de una película…

Si, el grupo ya grabó la banda sonora de Empieza el baile, compuesta por Nicolás Guerschberg, pianista de Escalandrum. El film es una road movie de Marina Seresesky que comienza en España, continúa en Buenos Aires, pasa por Rosario y termina al pie de la Cordillera de los Andes, en Mendoza. Actúan Mercedes Morán, Pastora Vega, Darío Grandinetti y Jorge Marrale y estimo que se va a estrenar en los primeros meses del 2023. Y por ese entonces Warner editará el disco. Un paso más de importancia en esta historia.

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