Hace cuatro años Kuai irrumpía en la escena local como testimonio de la nueva generación del jazz. Cuatro calendarios y muchos discos después, el sello es una referencia obligada para quien quiera conocer por donde pasa la música improvisada en el país. Ahora, en un nuevo desafío, Kuai conforma un ensamble coordinado por Juan Bayón, para rendir un singular tributo a Jorge López Ruiz y su histórico “Bronca Buenos Aires”. “Sentimos que era el momento de levantar la apuesta”, dice Bayón.
Fotografías Catu Hardoy y Fernando Gallardo
¿La idea de este Ensamble y del disco de homenaje a López Ruiz fue tuya?
Si, el concepto fue mío. Es un proyecto que el sello, que ya tiene cuatro años, tenía desde hace un tiempo. La posibilidad de armar un grupo integrado por músicos que habían liderado otros proyectos, es algo que veníamos charlando casi desde un principio.
Y por qué crees que se dio ahora?
Porque sentimos que era el momento en que debíamos levantar la apuesta del sello. Kuai fue progresando en todo este período. Al año de formarse tocamos en el Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires como sello, no como grupos aislados y de allí en más se fueron haciendo otras cosas. Aprendimos también que el sello tiene su propio ritmo y que no se lo puede forzar. Y ahora, entonces, consideramos lógico que el siguiente paso fuera un Ensamble de estas características.
Decías que una de las ideas iniciadoras fue formar el Ensamble alrededor de líderes del sello. ¿Qué otras cosas se propusieron en esta etapa de la iniciativa?
Esa fue la primera idea. Pero necesitábamos un concepto integral para el grupo. También acordamos que los músicos fueran rotando en cada proyecto. Consideramos además muchas ideas. Desde hacer arreglos de música que ya estaba en el sello, hasta arreglar artistas ajenos a Kuai, e incluso de otros géneros musicales como folclore o tango. Pero era difícil hacer algo que ya no se hubiera hecho antes. Entonces a mí se me ocurrió hacer un homenaje a un músico argentino que estuviera en actividad.
Y el elegido fue Jorge López Ruiz…
Claro, fíjate que a López Ruiz lo podes seguir viendo aún hoy en día cargando el contrabajo para hacer un show. Para mí el tipo es un ejemplo de vida. Y tiene una obra que merece ser escuchada. Por eso yo creo también que en el jazz argentino falta revisión histórica.
¿Pero acaso no se estudia justamente con standards, con obras que en muchos casos tienen décadas de vida?
Sí, pero siempre es mirando hacia afuera. En cierta parte eso está justificado, porque los grandes héroes de esta música vienen de afuera. Pero esto no quita que todos los que tocamos hoy, lo hacemos porque antes hubo otra gente que pavimentó el camino. Por todo eso me pareció que era más necesario homenajear o hacer un tributo a un músico de los que hoy siguen tocando. También tiene que ver con tender puentes entre generaciones, que es otra de las cosas que faltan.
Sin embargo Juan, en este disco de homenaje a López Ruiz no hay música de su autoría, a excepción de un tramo final de “Bronca Buenos Aires”. ¿Cómo funciona en este caso el homenaje?
Esto puede ser tomado como polémico. Pero ¿qué es un homenaje o un tributo? Para mi es una celebración. Y esa celebración puede ser literal o puede ser tomando la energía que en un momento dado tuvo una música, un artista o un repertorio y crear a partir de allí algo nuevo.
¿Y esa nueva música debe evocar o remitir a aquella que la inspiró, o puede ser totalmente libre?
Bueno, el desafío es saber cuánto te podés alejar de una obra para que pase a ser tuya y deje de ser una revisión de otra anterior. Ese es el tema. Mis reglas como coordinador de este proyecto eran las de trabajar con la partitura original y producir a partir de allí una obra nueva, que tomara como punto de partida los desarrollos motívicos y melódicos del original. Buscamos también que cada parte de esa nueva obra sea independiente entre sí.
Por cierto transitaste el camino más difícil, al no limitarte a reproducir la partitura original….
Es que no tiene sentido convertirse en una banda de covers. La obra original tiene un peso determinado tal, que hacía que no valiera la pena solamente reproducirla. Las partituras se consiguen. Entonces si eso está, si sigue funcionando, si se puede seguir tocando…me pareció más valido hacer algo que no existe, en vez de repetir algo que ya se viene haciendo. Por eso, yo digo que es una obra nueva, que por otra parte no deja de ser un homenaje, una celebración.
¿Y cómo comenzaste la coordinación a partir de esas premisas?
Repartí los movimientos de la obra entre Jazmin Prodan, Andrés Elstein y Damien Poots y les pedí que al componer respetaran la función original de la obra de López Ruiz. Si al principio había una balada, tenía que ser una balada. Si había algo más agitado, tenían que componer algo más agitado. Pero cada uno a su manera.
¿Cómo trabajaste vos, que compusiste una obra que luego ligás con un tramo de “Bronca Buenos Aires”?
Yo tomé el original de “Bronca Buenos Aires”, la parte del cierre de esa obra y lo usé específicamente para el último movimiento. Para tender una conexión obvia con el original. Me parece que eso tenía que estar en algún punto. Lo que en definitiva terminó pasando, es que se produjo una obra cooperativa entre los cuatro (o entre los cinco si incluimos a López Ruiz), independiente pero conectada con la obra original. Todo lo que sólo podría existir bajo el impulso de un sello como Kuai.
Para saber más de Bronca Buenos Aires, aquí
«Soledades Permanentes».
Ensamble Kuai, coordinado por Juan Bayón
“Introducción: Un sueño casual”/”Parte I: Rumor de Muerte” compuesto por Jazmín Prodan. Solo de saxo tenor: Pablo Moser
“Parte II: Relatar el Mundo” compuesto por Andrés Elstein. Solo de saxo soprano: Emmanuel Famin; solo de trompeta: Sebastián Greschuk
“Parteotify III: Los Silencios” compuesto por Damien Poots. Solo de flauta: Emmanuel Famin; solo de saxo tenor: Pablo Moser
“Parte IV: Murmullos/Bronca Buenos Aires” compuesto por Juan Bayón y Jorge Lopez Ruíz con arreglo de Juan Bayón. Solo de saxo alto: Lucas Goicoechea; solo de saxo tenor: Juani Méndez; solo de batería y percusión: Andrés Elstein y Fran Cossavella.
Jazmín Prodan (voz), Sebastián Greschuk (trompeta), Lucas Goicoechea (saxo alto), Emma Famin (saxos alto y soprano, flauta), Juani Mendez (saxo tenor), Pablo Moser (saxo tenor), Sebastian Mazzalupo (saxo barítono), Nataniel Edelman (piano), Damien Poots (guitarra), Juan Manuel Bayón (contrabajo), Andrés Elstein (batería) y Fran Cossavella (percusión).
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Genio Juan Bayon!!!