Este miércoles en el CCK, Juan Bayón clausura el ciclo Compositores de Jazz al frente de su grupo Ultramar. Con diez músicos de primera línea, una instrumentación alejada del standard y un repertorio de composiciones propias, Ultramar es todo un desafío para el inquieto Bayón, luego de su notable «Control», editado en 2014.
Contame que es Ultramar y cómo es la música que hacen
Ultramar es un grupo de diez músicos con una combinación de instrumentos no estandarizada, una formación “rara” por decirlo de alguna manera. A diferencia de mi proyecto anterior, el cuarteto con el que grabé “Control”, donde sí escribí específicamente para esos músicos en particular –Emmanuel Famin, Juan Torres y Fran Cossavella-, en Ultramar se tocan canciones que fui componiendo en diferentes momentos sin ninguna formación en la cabeza, que es lo que suelo hacer en general.
¿Es decir que «Control» fue una excepción en tu manera de trabajar?
“Control” fue una excepción deliberada. Lo que sí es específico a Ultramar es la situación coral de escribir para muchas más voces instrumentales, lo cual demanda, en mi caso, mucha más densidad de música escrita que en grupos más chicos.
¿Hay menos improvisación aquí?
Hay menos improvisación y la que hay está menos librada al azar del momento, o mucho más encorsetada por el contexto. Mi función principal en el grupo es la composición y dirección mucho más que el contrabajo.
¿Cómo sentís eso de manejar un grupo tan grande y con músicos que son líderes en sus propias bandas?
Tal vez de afuera lo lógico sería interpretar que un músico que a veces desarrolla el papel de líder es alguien con cierto nivel de egocentrismo. Claro que es imposible ser jefe sin adjudicarse la capacidad de dar directivas. Pero la realidad es que tocar con músicos que pasan o han pasado por esa experiencia es una ventaja, porque saben el esfuerzo que demanda llevar adelante un proyecto. Y también saben la significativa diferencia entre facilitar las cosas en contraste a poner palos en la rueda.
Conocen los dos lados del atril…
Es que cuando uno ha vivido eso en carne propia, tiende a ser más respetuoso del esfuerzo del líder. Ser jefe te hace ser un sideman más respetuoso. Al mismo tiempo un grupo grande es otro nivel de esfuerzo mental y físico porque estamos hablando de gente muy ocupada y en demanda y combinarla en un mismo grupo lleva tiempo y cintura para esquivar los problemas inevitables a cualquier grupo de trabajo. Mi forma de lidiar con eso es adoptar una especie de actitud zen en la cual de alguna manera la música llega al concierto queramos o no.
¿Cómo se gestó el grupo y el repertorio?
En el 2012 desarrollamos un proyecto muy lindo que se llamó el Colectivo de Compositores. Un grupo heterogéneo de alrededor de 30, 35 compositores-improvisadores que nos juntábamos domingo por medio en La Playita, lo que hoy es Roseti, y estrenábamos obras que se iban escribiendo para la ocasión. Muchos de los músicos locales que más admiro se involucraron en el proyecto. Pablo Moser, Damián Allegretti, DamienPoots, Fran Cossavella, Santiago Leibson,Juani Méndez, Lucas Goicoechea, Flor Otero, Martín López Grande, Hernán Samá, Andrés Elstein, Jazmín Prodan, Tatiana Castro, Juan Presas, Maxi Kirszner, Seba Stecher, Nacho Amil, Nicolás Politzer y puedo seguir nombrando gente todo el día…
¿Y se organizaban para componer y tocar?
Se sorteaban tres compositores que podían escribir para cualquier formación y en función de sus demandas nos ocupábamos de armar los grupos para leer a primera vista en ensayos abiertos al público. Aunque después de un año el proyecto se descontinuó porque éramos muchos y todos disparamos en diferentes direcciones, el énfasis era ciertamente en formaciones no convencionales con el fin de probar cosas sin el costo de tener que armar un grupo o escribir un repertorio completo.
Entonces allí empezaste a gestar la idea de Ultramar.
Ahí empecé a trabajar la combinación de trompeta, clarinete, cello y saxo barítono más trío de piano. Todo el material del que te hablaba quedó dormido algunos años mientras me ocupé de “Control”. Finalmente agregué esa instrumentación al cuarteto de dos saxos y batería que ya tenía, y aumenté la sección rítmica con guitarra eléctrica y vibráfono, en parte para no tener que lidiar con pianos desafinados en los futuros conciertos. Con eso establecido empecé a escribir el repertorio ya sí para lo que es hoy Ultramar.
Todos, o al menos buena parte de los músicos que nombrabas, son los mismos que hoy integran el catálogo de Kuai…
Si, claro. Es que la experiencia del Colectivo de Compositores como forma de trabajo colectiva y cooperativa también fue fundamental para el desarrollo posterior del sello.
Juan Bayón & Ultramar
Miércoles 14 de diciembre. 19 hs. Entrada libre y gratuita Cierre del ciclo de compositores de jazz Curaduría César Pradines
Mariano Loiacono, flugelhorn; Sofía Buffa, clarinete; Emmanuel Famin, saxos alto y soprano; Juan Torres, saxo tenor; Pablo Moser, saxo barítono; Guido Kohn, violoncello; Juan Pablo Hernández, guitarra; Martín Sánchez, vibráfono; Nicolás Politzer, batería; Juan Manuel Bayón, contrabajo, composición y dirección.